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Algunos datos detrás de la elección (I)

En estas elecciones 20 mil cargos estuvieron en disputa, y 138 mil 812 candidatos y candidatas buscaron la preferencia de la ciudadanía. | Fernando Díaz Naranjo

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Escrito en OPINIÓN el

El hecho de que México haya efectuado el pasado 6 de junio una elección, constituye el engranaje constitucional que obliga a contar con elecciones periódicas para la renovación de diversos cargos de elección popular.

Sin embargo, me gustaría resaltar algunos aspectos que construyen la fortaleza de una elección, los elementos que la soportan y que llevan su desarrollo a buen puerto para que las y los electores puedan concurrir con libertad y seguridad a emitir su voto en las urnas por el partido político, coalición, candidata o candidato de su preferencia.

Por ello, resulta fundamental conocer algunos datos que nos permitan dimensionar lo que significó para nuestro país esta elección. De entrada, se caracterizó por ser la elección más grande que haya tenido nuestra nación en virtud de los más de 20 mil cargos que estuvieron en disputa; la renovación de los 500 espacios legislativos de la Cámara de Diputadas y Diputados federal; 19,915 cargos locales destacando las 15 gubernaturas que estuvieron en juego; la renovación de 30 congresos locales (642 diputaciones de mayoría relativa y 421 de representación proporcional); 1,923 ayuntamientos (más dos elecciones extraordinarias en los municipios de Acaxochitlán y Ixmiquilpan), así como la elección de 431 cargos auxiliares.

Este total de cargos significó que hubiera en la elección 138 mil 812 candidatos y candidatas buscando la preferencia de la ciudadanía, de donde resalta que, por primera vez en la historia de nuestro país, se contara con 71 mil 465 mujeres buscando el triunfo de algún cargo de elección popular.

Para el caso de la elección federal, los partidos políticos nacionales recibieron, por concepto de financiamiento público, un total de $7,194,497,923 desglosados de la siguiente manera: $5,250,952,127 por concepto de actividades permanentes (que constituyen el 73% del financiamiento); $1,575,285,638 por gastos de campaña (22%); 157,528,564 por actividades específicas (2%); 210,038,090 por franquicia postal, y 69,504 por franquicia telegráfica. Recursos repartidos conforme al modelo de financiamiento establecido en la legislación electoral.

En esta elección votó el 52.66% de las y los ciudadanos inscritos en la lista nominal que registró más de 93 millones de electores, es decir, ha sido la participación ciudadana para una elección federal intermedia más grande en el presente siglo.

Para lograr esta participación el Instituto Nacional Electoral (INE), en coordinación con los organismos públicos locales electorales (OPLE) instaló 162 mil 538 casillas de las 162 mil 570 aprobadas, es decir, sólo 32 casillas que equivalen al 0.02% del total no se instalaron por diversos incidentes. De igual forma, 944 mil 010 ciudadanos y ciudadanas participaron como funcionarios para recibir la votación de nuestros vecinos y vecinas.

Es de resaltar que, al menos a nivel federal, el INE realizó dos ejercicios que permitieron conocer, el mismo día de la elección las tendencias electorales: los conteos rápidos y el programa de resultados electorales preliminares y, de acuerdo con lo mandatado por la legislación electoral, el miércoles siguiente al de la jornada electoral los cómputos tuvieron verificativo y comprobaron la consistencia de dichos ejercicios.

En este sentido e independientemente de quienes hayan resultado ganadores, podemos apreciar que la planeación, organización y desarrollo de los procesos electorales en nuestro país significan un arduo trabajo de todas las instancias involucradas que da como resultado, además de la renovación del poder público, el fortalecimiento de uno de los pilares de nuestro sistema político: la democracia.

En una segunda entrega analizaremos otros referentes también muy significativos.