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Alfredo Acle Tomasini

Con “Griten que ya partí” reafirma su talento narrativo. | Jorge Iván Garduño

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Escrito en OPINIÓN el

“Griten que ya partí” (Amazon) es una novela en la que su autor, Alfredo Acle Tomasini, amalgama tres narraciones traslapadas mediante una trama de intriga y suspenso, que además confronta al lector con hechos, no inusuales en nuestra época, que expresan la deshumanización de la sociedad, donde en cualquier tipo de relación, incluso entre padres e hijos, el interés material puede prevalecer sobre valores tan básicos como la compasión, o sobre derechos tan elementales como el de morir con dignidad y sin sufrimiento.

Sebastián, desahuciado e inconsciente (en apariencia), sobrevive en la Unidad de Terapia Intensiva, porque sus hijos aprovechando un resquicio legal, decidieron ignorar su voluntad de no prolongarle la vida por medios artificiales, pese a las reiteradas súplicas de Magda, su pareja.

Magda, su compañera por más de veinte años, vive en una dualidad dolorosa; desea que él muera para que termine su agonía, pero a la vez, sabe que esto significará la pérdida definitiva del ser que ama. Se recrimina por haber llamado a los hijos de él cuando cayó enfermo y se culpabiliza por el alargue de su sufrimiento.

En vano, busca el motivo que explique porque actúan de esa forma, hasta que ellos se lo revelan de una manera brutal, poniéndola en un punto que pone a prueba sus valores y sentimientos más íntimos.

En su inevitable vigilia, Magda descubre, o quizá imagina, que leyéndole a Sebastián una novela política basada en un hecho real ocurrido años atrás y que ambos vivieron de manera cercana, ella logra conectarse con él.

De esta manera, las páginas que le narra en voz alta se incorporan a la novela en forma de un thriller político que describe cómo se resolvió la sucesión presidencial después del fallecimiento del primer mandatario —en apariencia por causas naturales—, y cómo el autor intelectual de esta muerte, que además tiene una orden de captura de la Interpol por fraude y lavado de dinero, busca, con la ayuda del recién nombrado presidente Interino, escapar del país, dilatar la acción de la justicia y borrar las huellas de su crimen.

Aun inconsciente para los demás, Sebastián es capaz de escuchar y reflexionar sobre lo que oye. Esto se convierte en un monólogo que aúna lo que ocurre entre sus hijos y Magda, con la novela que ésta le lee, misma que enriquece con sus recuerdos y opiniones, o de plano corrige. A esto, sabedor de su irremediable final, agrega el análisis postrero de situaciones que marcaron su vida y sus comentarios ácidos y sarcásticos sobre una muerte a la que no puede llegar.

“Griten que ya partí” es una obra que además exponer las relaciones perversas del poder político con el económico, describe con crudeza como las situaciones extremas evidencian los verdaderos valores de quienes las viven. Ni el traidor puede esconderse, ni el leal eludir la prueba. Tampoco cuenta el pasado y menos los lazos sanguíneos. Ante el peso de las circunstancias, ya no hay manera de ocultar lo que cada quién es en verdad.

Esta obra mantiene una relación natural con su primera novela: “La inoportuna muerte del presidente” (Grijalbo), donde Acle Tomasini nos brinda un escenario ficticio sobre la muerte de un presidente y expone las intrigas, las ambiciones y las artimañas políticas que realizan diversas personas con tal de obtener el poder.

En esta novela se exponen las peripecias de un secretario particular del presidente para evitar una crisis política.

Alfredo Acle Tomasini, escritor y economista, retrata a la clase política y exhibe sus miedos, sus obsesiones y su lucha desmedida por el poder.