Main logo

Al INE Vidas Dedicadas a la Materia Electoral

La trayectoria profesional y experiencia directiva y operativa de Marco Antonio Baños, Lorenzo Córdova Vianello y Edmundo Jacobo Molina, tres de los candidatos a presidir el INE, los coloca en una posición privilegiada, pues los primeros dos no sólo han presidido el órgano electoral federal, sino que han participado del trabajo de varias comisiones del Consejo General del IFE; mientras que Edmundo Jacobo, es el actual Secretario Ejecutivo de este organismo electoral

Por
Escrito en OPINIÓN el

Haberlos incluido, a cada uno, en una quinteta, envía un mensaje institucional positivo de que puede haber, en los próximos años, continuidad en la política electoral institucionalizada por el IFE, independientemente de que alguno de ellos pudiera no ser votado como presidente del INE. Este mensaje de continuidad se refuerza al haber incluido también en quintetas separadas a los otros dos consejeros: María Marván y Benito Nacif.

 Estoy convencido de que la persona que ocupe la presidencia del órgano superior de dirección del INE, o bien, el cargo de consejero (a), debe contar con experiencia probada en la operación electoral y, he insistido, en que esta experiencia debe estar sostenida por el desempeño electoral tanto en el ámbito federal como local.

Por otra parte, nuevamente llamó la atención en que hoy la llamada “cuota de género” debe de estar representada en este nuevo organismo electoral de carácter nacional.  Para ello, los legisladores, que en estos momentos están en posesión del ovoide del juego del ajedrez humano, deben hacer la selección en cada quinteta de manera focalizada con base en la experiencia concreta, en las habilidades, destrezas y en el potencial de desarrollo de las y los aspirantes, a efecto de integrar un INE con las fortalezas necesarias en cada comisión, en cada área ejecutiva y técnica.

Si revisamos los formatos públicos curriculares de los candidatos[1] podemos advertir el nivel de altura de varios aspirantes, en tanto que otras y otros su incorporación al rubro electoral es reciente e inclusive su experiencia previa se traduce en cargos en gobiernos estatales y/o federales en turno y que, de su trayectoria curricular, no se desprende claramente un viso de que en algún momento les hubiera interesado la materia electoral especializada, antes de que “alguien” las y los propusiera para integrar una institución electoral.

En este sentido, nuestra representación nacional no debe dejar pasar la oportunidad de contar con especialistas electorales, entrenados a lo largo de los años, en la organización de elecciones constitucionales tradicionales y con instrumentos electrónicos; de elecciones de órganos de representación; en la instrumentación de procedimientos de participación ciudadana; en la operación del nuevo modelo de comunicación política; en la construcción de puentes de entendimiento con medios; en la fiscalización de los ingresos y egresos de los partidos políticos y de las agrupaciones o asociaciones políticas locales o estatales formadas por ciudadanos; entre muchos subtemas especializados más.

Asimismo, tampoco se debe dejar pasar esta oportunidad para escoger perfiles que han demostrado una gran capacidad para operar elecciones y proyectos específicos en grandes concentraciones urbanas como el Distrito Federal. Tan sólo por poner un ejemplo, diré que el tema de “educación cívica”, por lo menos, en la constitución, no será del todo competencia del INE, sino de los órganos electorales locales, por lo que es urgente revisar quien de los aspirantes hombre o mujer, mujer u hombre, tienen experiencia significativa en materia de educación cívica a nivel federal y local o han presidido una comisión de capacitación electoral y educación cívica, y en el desempeño en esa comisión ha mantenido vínculos con la autoridad federal y otras instancias nacionales. Es urgente, porque no se puede llegar a improvisar en un tema sustantivo como lo es la formación cívica y el fortalecimiento de la cultura democrática.  Éste es un rubro sustancial para dignificar la política, nuestra democracia y los procesos electorales tanto federales como locales.

Por otra parte, tampoco debemos perder la oportunidad de que la República cuente con biografías que, además de su experiencia electoral, han demostrado ser capaces de introducir dinámicas de pesos y contrapesos en los órganos colegiados en los que han estado, más aún cuando se han desempeñado en escenarios estatales en los que una sola fuerza política cuenta con la mayoría del congreso local.  Es la hora democrática, es cuando deben revisarse los resultados de los cargos que han ocupado los candidatos al INE. Ha llegado el momento de que se valoren sus aportaciones concretas a la operación electoral y no sólo sus discursos, las notas a su favor, o las recomendaciones directas e indirectas.

Tal y como están estructuradas las quintetas, sugiero poner especial atención en la adecuada proporción de géneros.  Especial atención y con cuidado merecen mujeres que hablan o se posicionan sobre temas de género, que promueven la pluralidad ideológica de la participación de la mujer, que dicen ser “independientes”, que se promueven con la bandera del Servicio Profesional Electoral, pero que han forjado su trayectoria laboral y se han mantenido en el espacio público al amparo de grupos de poder, de interés, y a veces, movidos por hilos que, a simple vista, no se detectan, pero que sus consecuencias se notan.  También, en esta competencia por el INE, hay mujeres, que en cada paso que han dado, han demostrado autonomía, trabajo y resultados comprobados, aunque no hayan “presidido” ninguna institución. Esas mujeres pueden enorgullecerse de algo todavía más elevado: de que han presidido su propia vida con libertad, dignidad y decoro.

@fdodiaznaranjo