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¿Ahora también los aeropuertos en peligro?

En los últimos meses han ocurrido distintos sucesos en el sector aéreo que, vistos en su conjunto, marcan una alerta nunca antes vista. | Lourdes Mendoza*

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Escrito en OPINIÓN el

En la columna anterior sobre el tema les dije que ésta causaría grandes turbulencias, pues con 90% de lealtad y 10% de eficiencia, están poniendo en riesgo vidas humanas.

En los últimos meses han ocurrido distintos sucesos en el sector aéreo que, vistos en su conjunto, marcan una alerta nunca antes vista. Ya he hablado de la reconfiguración del espacio aéreo que, si bien era necesaria por la saturación del AICM, se precipitó para demostrar que puede convivir simultáneamente con el aeropuerto mamut... ah no, el Felipe Ángeles. También los despidos y choques entre el sindicato de controladores aéreos y el Seneam que lleva Víctor Hernández, quien por cierto no ha logrado explicar a la SFP la compra de equipos ILS –equipos para transmitir señales entre torre de control y aeronaves– de determinadas marcas e incluso el arrendamiento de un simulador de torre de control, entre otros.

Esta vez déjeme detenerme en la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), que supuestamente es una organización autónoma de la SCT. Tras varios meses de estar acéfala mientras se hacía la auditoría de la FAA, llegó Carlos Rodríguez, un expiloto militar, lo que confirma que la aviación civil ahora está en manos de la Sedena. Algunos optimistas señalaron que su llegada podría ser el inicio de una reorganización de la AFAC, pero lo que he encontrado está lejos de confirmarlo.

¿Por qué? Porque algo de lo que le voy a platicar seguro fue encontrado por los representantes de la FAA durante su auditoría en la que decidieron degradar a la autoridad aeronáutica mexicana en mayo pasado.

Acomódese porque estamos por despegar con fuertes turbulencias.

La experiencia es lo de menos

Por un lado, tenemos a un grupo de funcionarios responsables de la seguridad operacional que no tiene o acredita el perfil necesario para sus posiciones. Ahí anote a Jesús Moreno Bautista como director ejecutivo de Seguridad Aérea, que no reporta ningún curso en materia de seguridad y que antes de este encargo era el director de Certificación de Licencias. O a Ricardo Colliers Urrutia, director de Análisis de Accidentes e Incidentes Aéreos, cuya única experiencia es ser piloto aviador, y que ingresó a la AFAC en 2020 como director de Control.

¿Qué me dice de Francisco Oropeza? Ingeniero aeronáutico que es jefe de Análisis de Accidentes e Incidentes, que tampoco acredita cursos internacionales especializados en la materia. Y cómo dejar fuera a Elic Jacob Herrera, nada más ni nada menos que director de Seguridad Aérea, que tampoco tiene cursos en la National Transportation Safety Board (NTBS). O a Angélica González Cervantes, licenciada en ciencias humanas, exsobrecargo y que es subdirectora de área de la IVA, que son los responsables de vigilar la seguridad operacional, inspección, certificación y vigilancia de los encargados del mantenimiento de aeronaves. También está Gabriel Peña, que con su carrera en turismo es el inspector verificador aeronáutico de pilotos. ¡Quihúboles! ¿Qué pensará de esto el Colegio de Pilotos de Heriberto Salazar o Humberto Gual del sindicato de pilotos ASPA?

¿Independencia o encubrimiento?

Apenas hace unos días el desaparecido de SCT, Jorge Arganis, anunció que las funciones de investigación de accidentes aéreos ya no las haría la AFAC, sino la Subsecretaría de Comunicaciones. ¡Qué bueno! ¿Pero será que sólo lo hizo para taparle el ojo al macho por la auditoría de la FAA? ¿Estará pensando llevar a los mismos funcionarios sin siquiera darles un curso en investigación de accidentes aéreos? Porque si algo era de todos conocido es que entre los pilotos y los responsables de las investigaciones de accidentes había ciertas complicidades. Por ejemplo, de José Armando Constantino, director de Análisis de Accidentes, se dice es la “garganta profunda” y compadre de muchos pilotos activos y en retiro.

Contrataciones al “ai se va”

Por si esto fuera poco los “comandantes” de aeropuertos, que son la máxima autoridad en los aeropuertos en el país, tienen muy baja o nula preparación. Ponga en la lista a Luis Geraldo García de los Cabos, que sólo cursó hasta preparatoria y no tiene ningún curso aeronáutico, o Héctor Reynoso, en SLP, que es médico veterinario. ¿Será que lo habrán nombrado para el manejo y control de fauna en el aeropuerto? Puede ser, ¿no? También tenemos a Eduardo Carsentes Valdovinos, que siendo licenciado en informática es, desde 2021, el comandante del aeropuerto de Ixtapa Zihuatanejo. Otro que también estrenó cargo sin ninguna experiencia aérea es Rolando López, del aeropuerto de Jalapa, en Veracruz, así como José Mario Chávez, un piloto sin cédula profesional, como comandante del aeropuerto de Apodaca. En este cuadro de deshonor anote a José Carlos Robledo, licenciado en administración pública, como responsable en el aeropuerto de Culiacán, quien seguramente debe de tener mucha experiencia en seguridad de las operaciones del crimen organizado.

Podría seguir, pero lo más grave es que cuando hay accidentes aéreos son producto de una suma de factores: debilidades institucionales, errores humanos y falta de experiencia. Todos esos elementos están hoy sobre la mesa y no debemos esperar a que ocurra una desgracia para que se corrijan estándares, normas y se asigne presupuesto para la capacitación, entrenamiento y especialización tanto del personal de la AFAC, como de otras dependencias como el Seneam y ASA.

Siempre he sido crítica del sector y la seguridad es prioridad, lo cual implica primeramente operaciones seguras, aeropuertos con certificaciones internacionales con instalaciones dignas y atractivas para que México cada vez esté mejor conectado con el mundo.

Y pensar que apenas hace unos cuantos años criticaba los colores pastel de los macetones, la iluminación led de la T2 o las adecuaciones a las salas de abordaje en la T1 para que llegara el A380 o pagar el TUA más caro del mundo y hoy lo seguimos pagando.

La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.

* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.