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¿Agoniza la televisión abierta?

La desaparición de la televisión abierta en México está más lejos de lo que pen-sábamos. | José Antonio Sosa Plata

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Escrito en OPINIÓN el

Desde hace algunos años, los especialistas en telecomunicaciones y medios digitales nos han dicho que internet y las nuevas tecnologías están desplazando a la televisión convencional en el consumo y uso del tiempo libre de las audiencias. Sin embargo, el estudio más reciente del consumo de medios en México, del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), tiene otros datos:

•      93% de los hogares en México tienen 2 televisores en promedio. 7 de cada 10 entrevistados con televisor afirmaron ver contenidos de canales de televisión abierta.

•      Poco más de la mitad de los hogares con televisor en todo el país cuentan únicamente con señal de televisión abierta.

•      49% de los hogares con televisor cuenta con señal de televisión de paga. En estos hogares, el 66% de las personas consume canales de televisión abierta, lo que significa que dos de cada tres personas contratan la televisión de paga para ver la televisión abierta.

•      El 97% de los entrevistados con televisión abierta la ve en el hogar.

•      El 46% de los entrevistados declararon consumir contenidos audiovisuales por internet.

•      YouTube es utilizado por el 77% de las personas que consumen contenidos por internet, seguido por Netflix con un 27%.

•      Los principales medios para seguir las noticias son televisión abierta (42%), radio (41%) y redes sociales (22%).

Entérate: Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2018, Instituto Federal de Telecomunicaciones.

“La televisión abierta sigue estando vigente”, aseguró en entrevista María Lizárraga, titular de la Unidad de Medios y Contenidos del IFT. Y luego de revisar el desglose de los resultados de la encuesta es posible afirmar que la televisión abierta seguirá siendo la protagonista principal del ecosistema de comunicación durante los próximos años.

También puedes ver:  Entrevista de Gabriel Sosa Plata a María Lizárraga, Media 20.1, TV UNAM.

Con el surgimiento de la televisión abierta el siglo pasado se auguró el fin de la radio, primero, y luego del cine. No sucedió. Por el contrario. Cada medio masivo pudo sobrevivir y adaptarse a las necesidades y expectativas de una sociedad que valoraba y apreciaba mucho el uso de su tiempo libre, con base en las características de un modelo económico que así se lo facilitaba.

Décadas después llegó la televisión digital. Se dijo que los días de la televisión abierta estaban contados, pero tampoco ha sucedido. Paradójicamente las diferentes plataformas, la multiprogramación, los nuevos lenguajes y nuevos formatos audiovisuales la mantienen competitiva a pesar de los problemas financieros y en la generación de contenidos que están enfrentando, desde hace algunos años, las principales cadenas en nuestro país.

Lee más: Neldy San Martín. Televisa: declive inevitable, Proceso, 22 Septiembre 2019.

La adquisición de nuevas identidades de las audiencias, el fenómeno de hipersegmentación que generan los medios digitales y la diversidad de prácticas de consumo han presionado el rediseño de los procesos de producción, publicidad, normatividad, segmentación de audiencias, diseño de contenidos y hábitos de consumo.

El cambio de paradigma ha creado nuevas especialidades profesionales y ha obligado a cambios o ajustes de fondo en la actividad cotidiana de productores, directores, guionistas, líderes de opinión, periodistas o consultores, por mencionar solo algunos de los más sobresalientes. La tendencia no se limita a transitar de los viejos medios a los nuevos. Más bien, asistimos a la codependencia de unos con otros.

Te puede interesar: Sara Rivas Moreno. El ocaso de la televisión tradicional, El País, Retina, 5 Eenero, 2018.

En el tema de la Comunicación Política (#ComPol), lo cierto es que aún no termina por comprenderse el cambio mediático que estamos viviendo. La adaptación que se está haciendo en las estrategias no está funcionando con los resultados positivos que se obtenían a finales del siglo pasado y durante la primera década del actual.

Hoy, muchos consultores piensan que con las redes sociales se obtienen los triunfos o los mejores resultados en términos de popularidad en las campañas electorales y las de gobierno. Nada más lejano de la realidad. La tendencia apunta en ese sentido. La realidad y los datos duros confirman que estamos en una transición y que debemos adaptarnos a los modelos de convergencia y la hipersegmentación de las audiencias.

Ciertamente las redes sociales han incrementado su poder e influencia, pero no a los niveles que aún tienen la televisión y la radio. El problema para lograr la eficacia en una campaña de comunicación no está en el medio, sino en el desgaste que han sufrido los formatos, como los spots y los contenidos o estructuras de los programas noticiosos.

No hay duda, tampoco, de que a gran velocidad asistimos a una transformación cultural y a cambios significativos en los hábitos de consumo de medios por parte de la población. Uno de los efectos más notorios es la evolución que están registrando los modelos de participación ciudadana. En las Elecciones 2021 se pondrán a prueba los nuevos modelos de comunicación política. Por lo tanto, queda muy poco tiempo para realizar los diagnósticos correspondientes y hacer los ajustes que más convengan en modelos y estrategias, porque la televisión abierta seguirá siendo poderosa e influyente.

También puedes consultar: Primera encuesta 2019. Usuarios de Servicios de Telecomunicaciones, Instituto Federal de Telecomunicaciones. (La encuesta del IFT es una de las más profundas, detalladas y confiables que se han realizado en los últimos años. Las entrevistas se realizaron cara a cara en hogares, con personas de 7 o más años de edad habitantes de la República Mexicana. Se reportan más de 112 mil casos finales, con un nivel de confianza del 95% y un margen de error teórico del +/- 0.6%. El levantamiento se llevó a cabo del 30 de noviembre del 2018 al 30 de enero del 2019, bajo la responsabilidad de la empresa).