Agoniza ya 2014 y con ello, me parece un buen momento de reflexión sobre diversos aspectos de la política electoral en nuestro país, sin dejar de lado que vivimos tiempos difíciles por diversos aspectos entre los que destacan: escándalos políticos, salida a la luz pública de actos contrarios a nuestras normas legales, la delincuencia organizada, desapariciones de personas y, entre otros tantos rubros más, destacamos el enorme malestar social por la aparente incapacidad del Estado de encontrar una solución que engrane las demandas sociales con la forma de hacer política que no es otra cosa que justamente atender dichas demandas.
2014 en el terreno electoral trajo consigo ni más ni menos que un cambio al Sistema Político Electoral, para muchos superficial y para otros incompleta. Para su servidor una Reforma Incompleta. Así, desde la norma Constitucional Federal, se establecieron diversos cambios que derivaron en la creación de Leyes Generales que instauraron los parámetros generales para crear una serie de normas y criterios que derivaron en que en las entidades federativas y el Distrito Federal en donde habrán elecciones concurrentes este 7 de junio de 2015, armonizarán, en la medida de lo posible, sus normas electorales.
En términos generales, los principales cambios consistieron en la creación del Instituto Nacional Electoral (INE), con más de 70 nuevas facultades; tiene a su cargo diversos aspectos de la organización electoral y la capacitación tanto federal como local; es la única autoridad en la administración de los tiempos del Estado en materia electoral y con base en las normas legales, ha emitido lineamientos en materia de resultados preliminares, encuestas o sondeos de opinión, observación electoral, conteos rápidos y la producción de materiales electorales. Designó a los 126 consejeros electorales de los Consejos Generales de los 17 OPLE´S que tendrán elección en 2015. Asimismo, se estableció la posibilidad de que el INE organice los comicios locales a petición de las autoridades de las entidades federativas que lo lleguen a solicitar o bien, puede asumir, atraer o delegar actividades propias de los OPLE´S.
Otros aspectos importantes es que los partidos políticos que contiendan en el proceso electoral en curso, deberán alcanzar un 3% en cualquier elección en juego para conservar su registro, por ello, resultará por demás interesante, lo que definan los partidos políticos en torno al sistema de coaliciones, ya sean totales, parciales o flexibles, con excepción de los tres nuevos partidos que obtuvieron su registro que no podrán, por Ley, en su primera incursión en la competencia electoral hacer alguna Alianza. Todo esto bajo el manto de nuevas reglas en torno a la fiscalización sobre el origen y destino de los recursos con los que cuentan los partidos políticos, las coaliciones y los candidatos.
En el terreno de la competencia político electoral destacan aspectos tales como la aparición en la escena política y con ello, se abre un espacio de interlocución con la sociedad civil, de las candidaturas independientes, tres nuevos partidos políticos y la obligación para que los partidos políticos garanticen la paridad de género en el registro de candidatas y candidatos a cargos de elección popular. Ante esto la lucha interna que ya libran los partidos en su interior es de pronóstico reservado, sobre todo porque quienes lleguen tienen la posibilidad de buscar la tan ansiada reelección; aspecto inconcluso en la reforma.
Y por si fuera poco también fue transformado el sistema de justicia electoral. De entrada las resoluciones de los procedimientos sancionadores se transfieren al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), resuelve quejas o denuncias en materia de radio y televisión, propaganda y los actos anticipada de precampaña y campaña en que pudiesen incurrir los actores de la competencia electoral, bajo el umbral de un nuevo sistema de nulidades en la que destaca exceder los topes de gastos de campaña en 5% del monto total autorizado. Todos estos aspectos y otros tantos más que debido al espacio de esta columna, constituyen el nuevo marco electoral del proceso electivo en marcha desde el pasado 7 de octubre de 2014.
Ahora bien, en marcha ya el proceso electoral, se registran diversos conflictos sociales que, a escasos 5 meses, hacen reflexionar sobre el panorama que pudiera prevalecer en la jornada electoral, sobre todo en entidades federativas como Guerrero y Michoacán; esto aunado a la aparente inestabilidad de nuestro peso que a los ciudadanos preocupa por acontecimientos ocurridos en el pasado, entre otros asuntos más; por ello resulta indispensable retomar el Estado de Derecho, que el Gobierno atienda las demandas sociales y las resuelva; que las Instituciones hagan su tarea y que los partidos políticos y candidatos realicen campañas electorales en donde den a conocer sus propuestas de Gobierno y no se dediquen a darse de golpes los unos con los otros, pero sobre todo, que sean cuidadosos de las personas que postularán como candidatos. 2015 debe ser un buen año para los mexicanos y para nuestro país.
2014 nos deja cosas positivas y cosas que no queremos que vuelvan a ocurrir jamás; cada quien debemos poner nuestra aportación desde nuestra trinchera para enaltecer nuestro México y la gran Nación que somos. Veremos que ocurre al final, en términos político electorales, que rumbo toma el país en el primer semestre del año entrante y luego, con la decisión mayoritaria de los electores en las urnas, que rumbo adquiere el país para los próximos años. Por ello, las elecciones se vuelven un aspecto fundamental para manifestarnos en las urnas de forma civilizada e institucional.