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Adrián Rubalcava, marca registrada

Rubalcava en un principio respaldó la versión sobre que él no contaba con los derechos de autor de las fotografías donde aparece.

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Escrito en OPINIÓN el

El jefe delegacional en Cuajimalpa, Adrián Rubalcava Suárez, está envuelto en la más importante polémica de lo que va su administración. La acusación es grave: intentar intimidar a un importante medio de comunicación en línea para que se retirara una imagen en la que se le observa vestido de militar y portando lo que aparentemente es un arma de alto calibre.

 

Para ello, Rubalcava habría utilizado a un supuesto abogado que escribió varios correos electrónicos amenazantes y posteriormente acudió incluso a las oficinas del medio digital. Dicho personaje manifestó que su “cliente” (un tercero) cuenta con los derechos de autor de las imágenes del delegado priista, por lo que exigió fueran retiradas del sitio. Con ese mismo argumento la imagen fue eliminada de otros sitios de internet.

 

El asunto habría llegado después aún más lejos pues la cuenta de una famosa cantante fue “hackeada” para también intimidar al medio, lo cual ha dado pie a que se cuestione si los hechos están vinculados.

 

Rubalcava ha ido presentando diversas versiones para deslindarse de los hechos. Respecto de las imágenes, ha dicho que se trata de una pistola de “gotcha”. Respecto del sujeto que ha reclamado los derechos de autor de sus imágenes para un tercero, ha negado tener algún vínculo con él. Rubalcava sin embargo en un principio respaldó la versión sobre que él no contaba con los derechos de autor de las fotografías donde aparece.

 

El jefe delegacional hizo publicar una supuesta llamada de uno de sus colaboradores al sujeto que ha enviado los correos y se apersonó en las oficinas del medio. En la llamada se escucha una conversación en la que el supuesto abogado y el colaborador de Rubalcava tienen un extraño intercambio sobre el proceder del primero. Resulta muy extraño que un abogado tome una llamada de esta naturaleza, más aún que explique con semejante nivel de detalle los distintos hechos que presuntamente desvinculan al priista del escándalo. “Lo que yo menos quiero es opacar la personalidad del señor [Rubalcava]”, se escucha decir a quien se dirigiera antes amenazadoramente a un medio de comunicación.

 

El derecho a la propia imagen es un derecho humano. El Art. 87 de la Ley Federal del Derecho de Autor establece claramente también esa prerrogativa. Nadie puede registrar una fotografía sin consentimiento de quien aparece en ella. La historia original de Rubalcava era absurda y en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui tuvo que matizarla. El jefe delegacional entonces dijo que este registro se había realizado sin su consentimiento. El autor de este texto le ha señalado varias veces a Rubalcava Suárez –a través de redes sociales– que entonces debería proceder a autorizar expresamente al medio que hizo la publicación, independientemente de si después procede legalmente contra quienes presuntamente habrían hecho el registro ilegal de la imagen.

 

En realidad, pareciera ser que originalmente Rubalcava habría encontrado un modo de hacer que algunos sitios retiraran la imagen que le resulta inconveniente. Una efectiva forma de censura argumentando derechos de autor, que además tiene la virtud de no vincularlo directamente. Peligroso precedente para la libertad de expresión y el derecho a la información, del que no se puede dejar de tomar nota.

 

En otro texto he acusado también que el jefe delegacional priista es responsable por la destrucción de importantes áreas del Ex Convento del Desierto de los Leones (http://goo.gl/yqRihz), cosa que fue ratificada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y se encuentra ya en manos de la Contraloría General del Gobierno del Distrito Federal. Rubalcava ha guardado silencio sobre ese tema. Parece ser que el modus operandi del jefe delegacional, es no asumir la responsabilidad de sus actos.

 

@r_velascoa