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¿Adónde esconder la inflación?

¿Por qué no habla sobre la incapacidad del gobierno que tiene al país de cabeza?

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Escrito en OPINIÓN el

Agustín Carstens, iluminado gobernador del Banco de México ya no sabe dónde esconder la inflación que está creciendo como espuma. Es la más alta de los últimos 8 años, pero dice que no nos preocupemos: que “está bajo control”.

La inflación para economistas como Carstens es un problema pasajero del que no debemos afligirnos, que no tendrá consecuencias para nuestro país. ¿Y para las personas de a pie señor gobernador?

Este grupo de economistas preveía una inflación del 3% para 2017, pero se ha duplicado y un poco más; alcanza un 6.7% para la primera quincena de mayo según cifras del Banco de México. ¿Por qué fallan tanto sus cálculos?

Le echa la culpa al cambio de gobierno en Estados Unidos por el triunfo de Donald Trump y que de no haber hecho nada andaríamos rozando el 8%.  ¿Y del fracaso de las reformas estructurales que acelera la afectación del mercado nacional y las finanzas nacionales? ¿Por qué no dice nada sobre ese tema? ¿Por qué no habla sobre la incapacidad del gobierno que tiene al país de cabeza?

Reconoce que son 10 meses de crecimiento constante de la inflación y aún no sabe cuándo se va a detener esta. ¿Entonces que nos espera?

A estos economistas se les hace fácil hablar de la inflación, como si fuera el anuncio del clima al día de hoy, o de qué color son tus zapatos. Un número más en las estadísticas, pero no pasa nada.

Para las personas que tienen que enfrentar el día a día, la inflación es como un demonio suelto, que hace a los precios volar y a los salarios bajar.  Que sube el pasaje, por el incremento de gasolina; que suben los productos por el incremento en la electricidad y el gas; que suben los artículos de primera necesidad porque tenemos que importarlos y los dólares en las nubes.

Que el salario no alcanza porque los trabajadores no están organizados, porque la justicia laboral es una tragedia, porque no hay inspectores de trabajo que alcancen, que la corrupción se desborda, porque la Secretaría de Trabajo dice que no se puede subir el salario.

Porque nuestros funcionarios solo piensan en las elecciones del próximo domingo.

Como hacer concentrar a nuestros gobernantes federales que ya dieron por perdida la gubernatura de Nayarit y alarmados están porque en Coahuila el clan Moreira puede recibir un coletazo.  Y en Veracruz el gobernador Yunes tendrá su prueba de fuego ante la baja de credibilidad de su gobierno.

No hacen caso de esa inflación que sube y sube porque está la clase política está preocupadísima por lo que vaya a ocurrir en el estado de México porque su candidato nada más no prende.

Tanta inversión de dinero, tantas tarjetas repartidas, tantas copias de credenciales de elector y el nerviosismo que no para.

La inflación (léase aumento de precios) no les importa a esos funcionarios preocupados, nada más, en su futuro político, solo a Carstens que juega con una pelota de fuego, esperanzado que antes de irse de nuestro país no le estalle en las manos, pero no sabe cómo ni dónde esconderla.@Manuel_FuentesM