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Acusaciones infamantes

No, doctor López-Gatell Ramírez. No son golpistas. Son padres de familia que requieren que el gobierno cumpla con su trabajo. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

He visto en repetidas ocasiones el material grabado con las declaraciones del Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de salud del gobierno federal, acerca de la lucha que sostienen los padres de niños con cáncer para que les sean proporcionados los medicamentos oncológicos que sus hijos requieren para sobrevivir.

He visto en su totalidad el programa El Chamuco TV que emitió el Canal 22, desde el cual hizo los comentarios el médico y funcionario público, entrevistado por los caricaturistas Rapé, El Fisgón y Hérnández.

No hay lugar a interpretaciones. Literalmente López-Gatell Ramírez delineó la teoría de que los padres de niños con cáncer que reclaman la falta de medicamentos forman parte de una conspiración contra el gobierno.

Textualmente dijo, a pregunta de El Fisgón: “entonces ahí es donde uno empieza a darse cuenta que son grupos fomentados, fabricados, desconozco si están en una nómina o les dan otros tipos de prebendas o quizá los medicamentos, mismos que no han escaseado”.

En un momento de la entrevista, uno de los caricaturistas dijo: “la (narrativa) de los niños con cáncer que es un cuento muy bien armado. Llama a conmover. Son niños, tienen cáncer, están desprotegidos. Eso es una telenovela en una frase en una consigna, es una telenovela en una consigna”

Y fue cuando el doctor López-Gatell Ramírez respondió: “me gustaría aprovechar para hacer una especie de alerta, o por lo menos que quede registrado. Este tipo de generación de narrativas de golpe, a veces se ha conectado en Latinoamérica, en la historia de Latinoamérica, con golpe-golpe, golpe de Estado, y esta idea de los niños con cáncer que no tienen medicamentos, cada vez lo vemos más posicionados como parte de una campaña, más allá del país, de los grupos de derecha internacionales, que están buscando crear esta bola de simpatía en la ciudadanía mexicana, ya con una visión casi golpista”.

No lo podía creer. La televisión pública mexicana, en un programa pagado con nuestros impuestos, con conductores que cobran de nuestros impuestos y entrevistando a un funcionario público, descalificando al movimiento de padres de familia que hacen todo cuanto pueden para conseguir los medicamentos para sus hijos.

No solo les llaman parte de una intentona de golpe de Estado, el funcionario López-Gatell también sugirió que son pagados, que reciben algo a cambio de protestar.

Una infamia total.

Después, conferencia mañanera de por medio, se desdijo. O dijo que no dijo lo que dijo. Más infamia.

Las cosas son como son: este gobierno federal ha convertido a los medios públicos en reproductores de propaganda y de defensa de la muy particular visión del presidente López Obrador. Eso ya se sabe.

Que los medios públicos son espacios ocupados por los defensores político-ideológicos del régimen. Nada extraño, ni novedoso.

Pero que desde ese sistema público surjan acusaciones infamantes contra personas que pugnan por la vida de sus hijos, no tiene perdón.

En repetidas ocasiones padres de familia y niñas y niños con cáncer han desfilado para hacer ver al gobierno que no son invenciones sino personitas de carne y hueso que sufren una enfermedad catastrófica y que no reciben del Estado Mexicano la atención que debieran.

En repetidas ocasiones el presidente López Obrador se ha referido a esta situación, primero diciendo que no había desabasto de medicamentos oncológicos, luego reconoció que sí, y desde entonces cada vez plantea fechas de llegada de medicinas, plazos que no se cumplen y que derivan en más daño a la salud de niñas y niños.

No, doctor López-Gatell Ramírez. No son golpistas. Son padres de familia que requieren que el gobierno cumpla con su trabajo. Y si usted quiere creer que en ellos está el enemigo que busca derrocar al gobierno, usted está muy mal. Quieren medicamentos para sus hijos.

Haría bien, doctor López-Gatell Ramírez, si en vez de aventurar teorías golpistas se diera tiempo como buen médico, de ver y acompañar a los pequeños pacientes que están requiriendo sus medicamentos y no los reciben. Quizá así entendería algo de lo que sienten los padres de familia, un sentimiento que está muy claro para quienes tenemos hijos .

Ahora bien, si el gobierno federal quiere cortar de tajo cualquier teoría conspirativa, sencillamente que les den los medicamentos que sus hijos requieren. Y punto.

El régimen debe resolver el problema y las acusaciones infamantes como las realizadas por López-Gatell Ramírez no son parte de la solución.