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Aceptabilidad de la derrota y madurez democrática

Que los discursos de concesión marquen el inicio de una nueva etapa mexicana. | Miguel Ángel Lara Otaola y Leonardo Valdés Zurita

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Escrito en OPINIÓN el

Después de un resultado electoral poco favorable los candidatos o partidos perdedores pueden reaccionar de tres formas distintas: pueden aceptar su derrota, pueden desconocer los resultados o pueden recurrir a vías no democráticas para alterar el resultado (Lago y Martínez i Coma, 2017[1]). De estos tres resultados posibles, la aceptación de la derrota –ejemplificada por grandilocuentes discursos de concesión y felicitación– es la más deseable. Las imágenes de Al Gore en el año 2000 y Hillary Clinton en 2016 nos vienen a la mente. El rechazo, por su parte, puede adquirir varias formas, desde la impugnación legal –natural en un sistema democrático de pesos y contrapesos– hasta protestas violentas que pueden causar muertes y dañar la democracia. De los tres, el camino menos deseable es el tercero, normalmente ilustrado por golpes de estado.

Desafortunadamente, a nivel internacional, no son pocos los casos de rechazo a los resultados electorales. De acuerdo con el Índice de Percepciones de Integridad Electoral (Índice PEI[2]) de la Universidades de Sydney y Harvard, en 45% de las elecciones nacionales celebradas entre 2012 y 2015, los resultados no fueron reconocidos por los contendientes. Por si fuera poco, 51.8% de estas elecciones registraron protestas y 18.5% registraron algún tipo de violencia.

Además, este fenómeno no es exclusivo de países autoritarios o de regímenes híbridos, donde con justa razón se deben protestar elecciones poco limpias y libres. Siempre usando el Índice PEI, obtenemos que para el mismo periodo, el 33% de las elecciones celebradas en países democráticos, no fueron reconocidas. Los resultados también se rechazan aún en casos donde la integridad electoral es alta. Un caso emblemático es la elección Indonesia de 2014, donde Prabowo Subianto –segundo lugar en la elección presidencial, con 6 puntos por debajo del ganador– acusó fraude y rechazó los resultados electorales, motivando movilizaciones populares. Esto, a pesar del buen índice de integridad electoral del país y de evaluaciones de expertos que consideraron la elección creíble e incluyente.

La aceptabilidad de la derrota

México se sitúa en ese grupo de países. A pesar de contar con un sistema electoral sólido y con instituciones que son referencia internacional, la desconfianza y la sospecha siguen siendo ingredientes en los procesos electorales. Por ello, en México, es aún vigente la figura que construyó el ex presidente del Gobierno de España, Felipe Gónzalez, cuando en 1999 dictó una conferencia en el auditorio del Instituto Federal Electoral, que tituló: “La aceptabilidad de la derrota, escencia de la democracia”. Ahí explicó que “la aceptabilidad de la victoria es facilísima”. En cambio, advirtió, “la aceptabilidad ex ante y ex post de la derrota es lo que define a un sistema democrático maduro”. Insistió, “se trata de la aceptabilidad de la derrota, no de la victoria”.

Es cierto, México lleva ‘pocos’ años de realizar elecciones confiables (situamos esta génesis en los años 90s cuando se contaba con un Instituto Federal Electoral independiente, un Tribunal Federal Electoral autónomo, y se eliminó el sistema de auto calificación electoral). A pesar de ello, ya se ha demostrado una y otra vez que las casillas se instalan bien, que los materiales son seguros, que el voto es secreto, que los cómputos son transparentes y que las resoluciones de los tribunales son confiables. La pasada elección del 1 de julio, dio un ejemplo más de lo anterior y la calificación del Tribunal en las próximas semanas seguramente abonará a ello.

Sin embargo, y a partir de la experiencia comparada presentada, la lección es clara: celebrar elecciones limpias y libres no es suficiente para su aceptación. Muchas otras condiciones sociales y estructurales son necesarias (Karp, J., Nai, A. Lara Otaola, M.A. y Norris, P., 2016)[3]. Una de ellas, siguiendo el espíritu de las palabras de Felipe González, es la moderación y buena disposición de los perdedores. Por eso, se puede esperar que los discursos de concesión, que siguieron a la jornada electoral del domingo pasado, marquen el inicio de una nueva etapa mexicana donde la desconfianza ceda el paso a la madurez democrática.

[1] Lago, I. Martinez i Coma, F. (2016) ‘Challenge or Consent’ Understanding Losers’ Reactions in Mass Elections. Government and Opposition, 52 (3), 412-436.

[2] Cálculos propios a partir de datos de: Norris, P., Martinez i Coma, F., Grömping, M., and Nai, A. (2015) Perceptions of Electoral Integrity, (PEI-4.5) Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/data/ 

[3] Karp, J., Nai, A. Lara Otaola, M.A. y Norris, P., (2016) Building Professional Electoral Management, Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/election-management/  

 

Miguel Ángel Lara Otaola

Jefe de la Oficina de IDEA Internacional para México y Centroamérica. Doctor en Ciencia Política.

Leonardo Valdés Zurita

Ex Presidente del Instituto Federal Electoral. Doctor en Ciencia Social.


La imposibilidad del fraude electoral en México

@malaraotaola | @leonardovaldesz | @OpinionLSR | @lasillarota

[1] Lago, I. Martinez i Coma, F. (2016) ‘Challenge or Consent’ Understanding Losers’ Reactions in Mass Elections. Government and Opposition, 52 (3), 412-436.

[2] Cálculos propios a partir de datos de: Norris, P., Martinez i Coma, F., Grömping, M., and Nai, A. (2015) Perceptions of Electoral Integrity, (PEI-4.5) Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/data/ 

[3] Karp, J., Nai, A. Lara Otaola, M.A. y Norris, P., (2016) Building Professional Electoral Management, Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/election-management/


[1] Lago, I. Martinez i Coma, F. (2016) ‘Challenge or Consent’ Understanding Losers’ Reactions in Mass Elections. Government and Opposition, 52 (3), 412-436.

[2] Cálculos propios a partir de datos de: Norris, P., Martinez i Coma, F., Grömping, M., and Nai, A. (2015) Perceptions of Electoral Integrity, (PEI-4.5) Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/data/ 

[3] Karp, J., Nai, A. Lara Otaola, M.A. y Norris, P., (2016) Building Professional Electoral Management, Disponible en: https://www.electoralintegrityproject.com/election-management/