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¿Acelerados?

El gobernador de Morelos está dispuesto a dar la pelea a Mancera, a López Obrador y a quien sea que se incorpore desde la Izquierda.

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Escrito en OPINIÓN el

Los cambios en el gabinete representan más que un relanzamiento del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Se convirtieron en el punto de partida del #PRI para incorporarse a la campaña presidencial del 2018.

 

La batalla por la sucesión toma más fuerza.

 

¿Quién hubiera imaginado un escenario político con estas características en la segunda mitad del siglo pasado? Ante las intenciones abiertas y manifiestas de varios aspirantes, el partido en el poder no podía permanecer solo observando.

 

La lucha por el poder cambió en forma drástica.

 

Los medios de comunicación y las nuevas plataformas digitales abrieron nuevas posibilidades. El sentido de oportunidad que sólo podía marcar el Presidente —y la disciplina a la que estaban acostumbrados sus secretarios— dejaron de funcionar hace más de 15 años.

 

"Encartarse" hoy es algo normal.

 

Lo ha hecho una vez más Andrés Manuel López Obrador y han tomado la decisión Margarita Zavala y Miguel Ángel Mancera. Varios gobernadores ya están en la lista, aún el mismo Jaime Rodríguez El Bronco, quien está más que interesado.

 

Graco Ramírez ya se apuntó el martes pasado.

 

El gobernador de Morelos está dispuesto a dar la pelea a Mancera, a López Obrador y a quien sea que se incorpore desde la Izquierda. Declaró que su equipo ya está trabajando el proyecto, no obstante las pocas posibilidades que hoy le ven analistas y líderes de opinión.

 

El astronauta mexicano se mantiene firme.

 

Rodolfo Neri Vela no será el único candidato independiente. Habrá diversas sorpresas que aumentarán la lista ante el desgaste cada vez mayor del sistema de partidos y la baja credibilidad de la mayoría de políticos tradicionales.

 

Desde el Congreso surgirán otros personajes.

 

En el Senado y en la Cámara de Diputados algunos ya están preparando su plataforma. Los veremos muy activos en los próximos meses y, de manera particular, en los estados que elegirán gobernador el próximo año.

 

Los nuevos partidos también se preparan.

 

Si bien sus posibilidades de ganar son bajas, la selección de personajes "famosos" podrían mover las tendencias y convertirse en cartas de negociación cerca de la fecha de la elección. Si Cuauhtémoc Blanco ganó Cuernavaca, por ejemplo, ¿qué podría lograr otro con más fama y capacidad de conectar emocionalmente con ciudadanos descontentos?

 

El Presidente amplió el número de jugadores.

 

La decisión que tomó fue acertada y oportuna. Los dos punteros de su equipo (Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong) han padecido el desgaste provocado por una realidad compleja, adversa y hasta cierto punto incierta.

 

El pragmatismo se impuso.

 

Entraron en escena Aurelio Nuño y José Antonio Meade, entre otros que podrían entrar más adelante como emergentes. Sin embargo, al paso tan importante que se ha dado le faltaría mayor audacia y contundencia.

 

Para avanzar hay que arriesgar.

 

Por ahora queda claro que la lista de los precandidatos del #PRI se amplió, que el Presidente tiene una fuerte inclinación por dos o tres secretarios y que la disciplina en el "destape" se mantendrá hasta que el Presidente les dé luz verde, hecho que sucederá tal vez a finales de 2017.

 

¿Y si los priístas dicen que sí de inmediato?

 

Las ventajas podrían ser mayores que mantenerlos a raya. La competencia despertaría un interés muy particular en la sociedad, además de que estaríamos en posibilidades de presenciar un ejercicio democrático y de #ComunicaciónPolítica sin precedente.

 

¿Quién dice que no se puede?

 

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