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Accidente en el Metro: El triple error humano

Si queremos un Metro de primer mundo tenemos que pagar los precios de un servicio de primer mundo.

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Escrito en OPINIÓN el

Como todos saben hace horas el Gobierno del Distrito Federal, dio a conocer el resultado de las investigaciones del accidente, por alcance, entre dos convoyes del Metro.

 

Luego de “sesudas investigaciones” los especialistas y el GDF llegaron a la no menos brillante conclusión de que el alcance en la estación Oceanía del Metro de la Línea 5 se produjo “por un doble error humano”.

 

Lo que no saben los señores Mancera y Joel Ortega y ninguno de sus muchachos –y por eso no lo explicaron- es que todos los errores son humanos. Más aún, no existen  errores que no sean humanos. Las máquinas, por ejemplo, no cometen errores. Las máquinas, en todo caso, fallan, se descomponen, sufren averías, desgastes, agotamiento en sus piezas…

 

Pero más allá del lapsus en los términos empleados, lo cierto es que en el accidente del Metro se puede hablar de “un tercer error humano”.  ¿Y qué quiere decir eso?

 

Elemental, que el problema en el accidente en cuestión no está sólo en las fallas cometidas por dos operarios. No, el problema es que el Sistema de Transporte Colectivo no tiene una dirección adecuada, a un especialista en la materia y, por consecuencia, el verdadero error en las fallas y accidentes del Metro está en la selección de sus directivos.

 

Al frente del Metro, como todos saben está Joel Ortega, un político “sabelotodo” que acomoda las circunstancias a su realidad. Es decir, que encuentra culpables que –si bien pudieran serlo-, no tienen toda la responsabilidad. ¿Por qué? Porque ese monstruo del transporte público conocido como STCM, enfrenta una larga lista de carencias, deficiencias, dificultades y sobre todo, enfrenta el envejecimiento de sus líneas, sus trenes y sus trabajadores.

 

No, el problema no es en la estación Oceanía de la línea 5, el problema es en todo el sistema, que requiere de un mantenimiento mayor, que exige una renovación completa, que reclama mejoras en todas sus áreas.

 

En realidad buena parte del avejentado Metro, circula casi de milagro. ¿Por qué?

 

Porque es más importante el populismo de los gobiernos de la llamada izquierda –como el de Miguel Mancera- que presumen que el Metro de la ciudad de México es el más barato, pero que esconden una realidad que parece criminal.

 

Esconden que el Metro ya no da más, ya no puede seguir así y reclama una urgente inyección de recursos económicos y un equilibrio financiero entre su costo-beneficio.

 

Dicho de otro modo que los gobiernos del DF  “sean del PRI, del PAN o del PRD”, no pueden seguir poniendo en riesgo la vida de los usuarios del Metro a cambio de mantener vivo el populismo electorero y clientelar de las bajas tarifas.

 

Y es que si los capitalinos queremos un buen STC, si queremos un Metro de primer mundo tenemos que pagar los precios de un servicio de primer mundo.

 

Y decimos que hay un tercer error humano, porque Miguel Mancera, se aventó la puntada no sólo de nombrar como director del Metro a Joel Ortega, sino que dio por bueno el diagnóstico presentado por el otrora ex secretario de Seguridad Pública del D.F.

 

Es decir, que el señor Ortega llegó a la conclusión de que no había otro remedio para el viejo Metro, que el de elevar las tarifas. Brillante conclusión.

 

Por eso hace meses se dio un incremento en el costo del Metro. Sin embargo, nadie sabe a dónde fue a parar todo ese dinero. Bueno, tampoco pudieron con otra de las lacras del Metro, el comercio informal.

 

Sí el problema del Metro es de errores humanos; errores como la selección inadecuada del director del Metro.

 

Al tiempo.

 

@RicardoAlemanMx