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Abrir los archivos secretos de Pío XII

La expectación por la publicación de los archivos genera expectativas, en el fondo la intención de Francisco es reivindicar el papado de Pacelli. | Fred Álvarez

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Escrito en OPINIÓN el

La verdad os hará libres", Jesús de Nazaret.

El Vaticano desclasificará archivos secretos de Pío XII…

La mañana del lunes 4 de marzo el papa Francisco anunció la apertura de los documentos del Archivo Secreto del Vaticano sobre el pontificado de Pío XII y decidió que los documentos estén disponibles para los investigadores desde el 2 de marzo de 2020.

Veinte oficiales especialistas en desclasificar archivos, dirigidos por monseñor Sergio Pagano, prefecto del Archivo secreto, se encargaron durante 13 años de ordenar 16 millones de documentos, más de 15 mil sobres y 2 mil 500 archivos, de Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli (1876-1958), más conocido como Pio XII, el papa número 260 en la sucesión de Pedro, y quién gobernó la Iglesia Católica desde el 2 de marzo de 1939 hasta su muerte en 1958.

Pacelli accedió al Pontificado en 1939, seis meses antes de la invasión de Polonia, ochenta años después su pontificado sigue siendo objeto de discusiones y polémicas: algunos lo acusan por “los silencios” frente al genocidio nazi; otros lo defienden afirmando una obra oculta de salvamento. Por este motivo, la expectación por la publicación de los archivos genera expectativas y en el fondo la intención de Francisco es reivindicar el papado de Pacelli.

Su gestión como nuncio en Alemania y como cabeza de la Iglesia Católica durante la Segunda Guerra Mundial es controversial, principalmente en lo que respecta a la intensidad de su reacción frente a los crímenes del régimen fascista en Europa contra judíos y comunistas.

Para algunos Pacelli es un antisemita; para otros, es todo lo contrario.

Hasta el momento la sólo noticia de abrir los archivos ha generado reacciones…

Los archivos sobre Pío XII se catalogan en tres grandes grupos: los de las representaciones pontificias (nunciaturas), los de la Secretaría de Estado y los de las congregaciones romanas y de otros departamentos vaticanos.

Las aperturas del Archivo Secreto para los estudiosos no es algo nuevo. Comenzó en 1881 durante el Pontificado de León XIII (1878-1903) y posteriormente el principio seguido por los pontífices ha sido abrir los archivos a los estudios “pontificado tras pontificado” y no a partir de un determinado límite de tiempo; en septiembre de 2006 ya el Vaticano abrió al público toda la documentación relativa al pontificado de Pío XI (1922-1939) existente en el Archivo Secreto vaticano, entre la que destacan documentos sobre la Guerra Civil Española (1936-39), de la Alemania nazi y de la Italia fascista.

¿Y el caso de Pio XII?

Hasta ahora, el Vaticano sólo ha accedido a abrir a los historiadores, en 2004, la “Inter Arma Caritas, la oficina de información vaticana para los prisioneros de guerra instituida por Pio XII (1939-1947)”, un libro que recoge las fichas de 2 millones 100 mil prisioneros de la Segunda Guerra Mundial sobre los que se pidió información.

Y en 1965, el Vaticano publicó una amplia documentación recogida en doce volúmenes bajo el título “Actos y documentos de la Santa Sede relativos a la Segunda Guerra Mundial” donde ya aparecía mucho material sobre el pontificado de Pío XII, pero a partir del 3 de marzo de 2020 tendremos información completa de ese personaje controversial, como por ejemplo determinar si Pío XII fue un cómplice de los nazis o, al contrario, alguien que protegió a los judíos en Roma e incluso si participó en varios planes para derrocar a Hitler.

O quizá podamos saber las misivas entre Pacelli y Hitler…

¿Víctima o villano?

Eugenio Pacelli fue quizá injustamente criticado en  la historia ya que sin haberse dado una investigación profunda de su pontificado se le generó una “leyenda negra” plasmada primero en la obra teatral “El Vicario del escritor y dramaturgo alemán Rolph Hochhuth donde insinúa que Pío XII fue indiferente a la exterminación de judíos en la Segunda Guerra Mundial...

El Vicario es un drama publicado en 1963 que tiene una posición crítica respecto de Pío XII y de la Iglesia Católica en general, sosteniendo que durante la Segunda Guerra Mundial se abstuvo de intervenir frente a las campañas de exterminio de la población civil, en especial de los judíos, de la Alemania nazi. Algunos la juzgan como una obra literaria de considerable mérito en tanto otras la consideran imperfecta desde el punto de vista de la dramaturgia. La pieza en su versión original dura más de cinco horas e incluye la historia real de Kurt Gerstein, un devoto protestante y posterior miembro de las SS que escribió un informe testimonial acerca de las cámaras de gas cuya muerte en julio de 1945 en París mientras se encontraba detenido como prisionero de guerra fue atribuida a un presunto suicidio.

La pieza se estrenó en Berlín el 20 de febrero de 1963 bajo la dirección de Erwin Piscator. Su debut en inglés se produjo en el teatro Aldwych en 1963 representada por la Royal Shakespeare Company en una traducción de Robert David MacDonald, dirigida por Clifford William.

En 2002 la obra fue dirigida por Costa Gavras, y en inglés fue titulada Amen.

Y años después en 1999 vino el libro “El Papa de Hitler”, del británico John Cornwell (El Papa de Hitler. La verdadera historia de Pío XII) que reforzó la leyenda negra según la cual Pacelli habría sido antisemita y cómplice de los nazis durante la ocupación alemana de Italia en la Segunda Guerra Mundial.

Pero está la otra cara de la moneda…

Para muchos Pacelli es un gran salvador de 800 mil judíos, se dice que en su cuarto nacieron cerca de 42 niños, hijos de refugiados. Como gratitud, varios fueron llamados “Eugenio”.

Según la agencia católica ACI, en 2007 un ex espía rumano de la KGB, Ion Mihai Pacepa, dijo al National Review Online que el Kremlin y la inteligencia rusa diseñaron un plan llamado “Asiento 12” para destruir la autoridad moral de la Iglesia Católica en la década de 1960.

Pacepa indicó que el principal objetivo era Pío XII, pues había fallecido hacía dos años y, como decía el entonces presidente de Rusia, Nikita Khrushchev, “los muertos no pueden defenderse”.

El ex espía relató que la KGB “quería presentarlo como un antisemita que había alentado el holocausto de Hitler”. Para lograrlo le pidieron modificar algunos documentos originales del Vaticano, ninguno de los cuales incriminaba a Pío XII.

Al parecer esa fue la base para la obra de teatro “El Vicario” del alemán Rolf  Hochhuth…

Hay otras investigaciones realizadas, han demostrado que las acusaciones contra el Pontífice son parte de una leyenda negra y que incluso muchos lugares de refugio para los judíos eran instituciones de la Iglesia Católica, donde se les acogía clandestinamente y se les proporcionaba alimentos y medicinas hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, y que al contrario de lo que afirma la leyenda negra, los nazis lo llamaban “el amante de los judíos” y lo odiaban tanto que quisieron evitar que fuera elegido Papa en 1939.

Por eso es importante leer que una de las primeras reacciones ante la noticia del Papa Francisco fue del embajador de Hungría ante la Santa Sede, Eduard Habsburg quien lanzó un desafío a quienes dicen que el fallecido Pontífice es el “Papa de Hitler”.

“Tratando de imaginar el shock de algunas personas cuando sepan que Pío XII no fue el ‘Papa de Hitler’ sino que en realidad salvó a miles de judíos”, escribió el diplomático en su cuenta de Twitter.

La reacción de la comunidad judía fue de júbilo

Para el Congreso Mundial Judío las palabras a Francisco son de agradecimiento por la  “decisión ejemplar” de abrir los archivos…

“El Congreso Mundial Judío ha urgido al Vaticano durante mucho tiempo para que haga un movimiento de vital importancia, para clarificar las muchas preguntas y preocupaciones que han prevalecido durante décadas en relación a lo que el Santo Padre hizo o no durante la Segunda Guerra Mundial”, aseguró en una carta a Francisco el líder del Congreso Judío, Ronald Lauder, citado en un comunicado.

“Su aceptación a hacer pública una información potencialmente sensible en relación al legado del papa Pío XII es una demostración verdadera de su dedicación al recuerdo de la Shoah (el holocausto), y un testamento a su compromiso a unas relaciones fuertes y abiertas entre católicos y judíos”, afirmó en la misiva.

“Estoy verdaderamente agradecido de que bajo su papado los vínculos promovidos entre la Iglesia Católica y los judíos en las pasadas décadas hayan continuado floreciendo y prosperando y aprecio que usted sea siempre un aliado dispuesto a dialogar con la comunidad judía”, subrayó Lauder.

Para Yehuda Bauer, investigadora principal del Holocausto, la apertura de los archivos podría ayudar a responder las preguntas planteadas en las últimas décadas, incluida la medida en que Pío pudo haber estado involucrado en la ocultación de judíos en Italia y en el extranjero.

Y seguramente hay muchas reacciones más...

Francisco se la vuelve a jugar.

En una entrevista con La Vanguardia, en junio de 2014, había adelantado este deseo de abrir los archivos y había defendido a Pacelli “le han tirado encima de todo”, lamentó. “A veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman con la Iglesia y Pío XII y se olvidan de las grandes potencias”, dijo, al recordar que estas tenían las fotos de la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración, “pero no las bombardearon”.

La Santa Sede siempre ha defendido a Pío XII -de hecho, abrió un proceso de beatificación, por el cual alcanzó el escalón de siervo de Dios”-, sosteniendo que salvó a miles de judíos -escondiendo algunos incluso en la residencia veraniega de Castel Gandolfo- pero en forma discreta. 

Hace años también Benedicto XVI defendió y elogió a la figura de papa Pacelli en más de una oportunidad y una vez hasta citó una famosa carta de pésame escrita por Golda Meir en ocasión de su muerte que destacaba cómo “durante los diez años de terror nazi su voz se levantó en favor de las víctimas”.

En la audiencia concedida a funcionarios del Archivo Secreto, Jorge Mario Bergoglio les dijo de frente que la Iglesia no tiene miedo de la historia, al contrario, la ama y le gustaría amarla más y mejor, ¡como Dios la ama! Por eso, con la misma confianza de mis predecesores, abro y confío a los investigadores este patrimonio documental”.

Y subrayó que asumía la decisión “después de escuchar el parecer de mis colaboradores más cercanos, con ánimo sereno y confiado, seguro de que la investigación histórica seria y objetiva podrá evaluar, en su justa luz,  con la crítica apropiada, los momentos de exaltación de aquel pontífice y, sin duda, también los momentos de graves dificultades, de decisiones atormentadas, de prudencia humana y cristiana, que a algunos podrían haber parecido reticencia y que, en cambio, fueron intentos, humanamente también muy combatidos, por mantener encendida durante los períodos de la oscuridad más intensa y de crueldad la llama de las iniciativas humanitarias, de la diplomacia oculta pero activa, de la esperanza en las posibles buenas aperturas de los corazones”.

Francisco nos volvió a sorprender, siempre lo hace y también pide que recen por él...

¡Enhorabuena! ¡Ah, y esperamos ver los archivos completos...!

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