Terminaron las campañas con lo que inicia el llamado periodo de reflexión o de veda en el que se suspende la transmisión de spots así como la realización o difusión de reuniones o actos públicos de carácter proselitista. Se trata de abrir un espacio para que las y los ciudadanos podamos procesar el cúmulo de información recibida y analizar con calma el sentido de nuestro voto en vísperas de la jornada electoral aunque también, hay que decirlo, son días en que los contendientes preparan sus estrategias de movilización -que lamentablemente muchas veces van acompañadas de operativos para la presión y compra del voto-, y no es difícil que continúe la guerra sucia principalmente a través de las redes sociales.
Nos quedaron mucho a deber
Lo cierto es que las campañas quedaron mucho a deber en términos de discusión de los principales problemas del país y de la presentación de propuestas. Los candidatos nos bombardearon con lugares comunes, promesas vacías repetidas hasta el cansancio, ocurrencias y descalificaciones a los oponentes, pero nunca supimos cuáles eran sus planteamientos concretos en materia de seguridad, justicia, combate a la corrupción, pobreza y desigualdad, crecimiento económico o salud. Los millones de spots de los que dispusieron los partidos fueron un desperdicio, proliferaron las fake news, aunque quizá dentro de lo rescatable está el esfuerzo del INE para impulsar la organización de tres debates con un formato mucho más dinámico que constituye un ejercicio que debemos seguir afinando.
También son de reprobar los graves hechos de violencia que han cobrado la vida de más de 100 personas a lo largo del proceso electoral, entre los que se cuentan 48 candidatos a distintos puestos, el uso faccioso de la Procuraduría General de la República para perseguir a uno de los contendientes, así como el intercambio de agresiones verbales que se han suscitado entre simpatizantes de las distintas ofertas políticas.
A cumplir con nuestra responsabilidad
No obstante, ya está todo listo para que el próximo domingo podamos acudir a las urnas a cumplir con nuestra responsabilidad ciudadana y elegir al presidente, a los 500 diputados y 128 senadores que integrarán el congreso federal, así como nueve gubernaturas, ayuntamientos y legisladores locales. Ello ha demandado un enorme despliegue logístico por parte de las autoridades electorales para que se puedan instalar alrededor de 157 mil casillas en todo el territorio nacional -con los consecuentes riesgos en las zonas donde imperan las organizaciones criminales-, y en las que se contará con la participación de un millón 400 mil ciudadanos quienes serán los encargados de vigilar el voto lo cual, junto con las múltiples medidas de seguridad y la presencia de los representantes de los partidos políticos, hace prácticamente imposible que se puedan alterar las boletas depositadas en las urnas.
Todo listo
También se realizó con éxito el simulacro del programa de resultados preliminares, y está todo dispuesto para que a las 23 horas del mismo domingo, el Consejero Presidente pueda dar a conocer los resultados de los conteos rápidos que le entregue el comité técnico conformado por especialistas de la UNAM, el ITAM y la UAM.
A pesar de las dificultades que ha enfrentado la organización de la elección más grande y compleja en la historia del país, las condiciones están dadas y ahora corresponde a la ciudadanía salir a votar por quien quiera en libertad y en paz, a no dejarse presionar, a no caer en provocaciones y a respetar la decisión de la mayoría cualquiera que esta sea. De eso trata la democracia.