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A marchar, pero sin capuchas en CDMX

Jefa de Gobierno: sea todo lo que las mujeres políticas estamos esperando de una líder, prohiba llevar cubierta la cara en las marchas. l Ana Villagrán*

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Escrito en OPINIÓN el

Tiene que prohibirse usar pasamontañas para marchar. Punto. Este puede ser el punto de inflexión para que las cosas cambien en la CDMX. Marcha tras marcha hemos observado una radicalización de grupos que se saben protegidos por este gobierno. La izquierda ha gobernado por décadas esta capital pero es hasta este sexenio que vemos una impunidad total ante el que abusando de su derecho a la libre manifestación, destruye, amedrenta y desvirtúa causas justas que requieren presión y donde a muchas y muchos nos gustaría levantar la voz. 

Esto no va en un sentido prohibitivo o restrictivo respecto a las marchas, al contrario ojalá hubiera más y más voces quejándose por lo que está mal, señalando a aquellos que han dejado deudas o aun las tienen con la sociedad, sin embargo no puede ser que este ejercicio tan necesario que fortalece la democracia sea convertido en un show de violentos porque la Jefa de Gobierno “viene de la lucha social” y ve bien que quemen, pateen y ataquen policías, que destruyan ese local que tanto dinero te costó poner o que dejen detrás de sí una estela de rayones en la pared de tu casa. 

La que aquí escribe ha participado en marchas anteriormente, por los derechos de los animales, en solidaridad con mis amigos en marchas por el orgullo LGBTTTIQ, por la defensa de la democracia, marchas partidistas y más recientemente en la marcha del 8 de marzo por lo que conozco el ambiente maravilloso que puede haber en las mismas, y también la tensión que generan aquellos radicales que no quieren ser escuchados o vistos sino romper y dañar. Por eso lo repito, es simple: prohíban el uso del pasamontañas, llevar la cara cubierta durante las marchas (y no hablo del cubre bocas que aunque Gatell lo niegue, salva vidas) sino de todo aquello que nos impida ver tu rostro al momento de atacar a otros o hacer destrozos. Tu escudo para la impunidad y la cobardía. 

Este gobierno idealiza las marchas, la Jefa de Gobierno se niega a señalar aquello que está mal, la violencia no está bien ni siquiera en marcos de encono y desahogo social. Cada que es cuestionada por los daños a periodistas, policías y propiedad ajena, Claudia Sheinbaum señala su origen como política de izquierda formada al grito de manifestaciones y acciones sociales que ella llama pacíficas, sin embargo, los daños que hemos visto en las últimas marchas son todo menos eso. 

Nos enfrentamos a un gobierno que toma decisiones basadas en el deber ser de sus propios principios (no lo que marca la ley), un gobierno construido en lo que ellos creen que las cosas son, y no como son en realidad. No se trata jamás de criminalizar la protesta, pero el derecho a marchar no es derecho a destruir o violentar y esto, señores, es lo que está enrareciendo de sobremanera a nuestra capital.

¿Qué diría la Jefa de Gobierno si ella fuera la agredida, o su casa o su hijo o hija golpeada por otros jóvenes a los que la policía no detuvo porque podían acabar en la cárcel, todo en una “manifestación pacífica” como ella las llama? ¿Qué fue un grupo de provocadores los que hicieron esto y que intentan descalificar al gobierno? ¿Que es la derecha perversa queriendo verla caer? Déjeme le digo una cosa: usted gobierna esta ciudad y en usted cae la responsabilidad  de brindar orden y estabilidad, así que no salga con más actitudes evasivas de esas que son su especialidad y asuma que esta situaciones la están sobrepasando por falta de claridad en decisiones.   

Siempre a favor del derecho a marchar y protestar y manifestarte, a contribuir a visibilizar situaciones que la mayoría de la sociedad ignora, pero también siempre por los derechos humanos de los policías y periodistas, al orden y respeto a la propiedad privada y generar equilibrios uno y otro. Si ésta es una ciudad de derechos, como afirma la 4T y como también decía Mancera, y antes de él Marcelo, entonces que los derechos se hagan cumplir y no solo para aquellos que en el fervor de una “causa” deciden agredir a otros, y violar la ley porque saben que al final si son retenidos y obligados a cumplir su responsabilidad este gobierno será mal visto y serán liberados.  

Total ya lo hemos visto. Esta gente utiliza la Ley de Amnistía  para hacerlos pasar por “presos políticos” y así evadir la ley. Por lo menos deberían ser obligados a trabajo comunitario, que limpien lo que rayaron, que paguen lo que rompieron, no quieren cárcel ni MP, pero que por lo menos devuelvan a la ciudad aquello que le quitaron. Ninguna marcha por más violenta que sea, revive a los muertos, ni nos devuelve a las mujeres nuestra dignidad, ni va  lograr que los contrincantes políticos cambien. Nuestro coraje, dolor e indignación tendría que ser la base para construir no para destruir.

Lo vimos hace unos días, en el marco de una marcha convocada para exigir justicia por Giovanni, joven asesinado por un abuso policial en Jalisco, una menor de edad llamada Melanie provocó a los policías obligados a contener a las y los manifestantes, los insulto, se unió al grupo que los confrontó de manera directa, como si ellos hubieran golpeado a Giovanni, y finalmente agredió a uno de ellos con un tubo de metal. Sí, como lo lees: con un tubo de metal.  

Estemos en donde estemos esto es ilegal, agredir a otros así con instrumentos que pueden hacer un daño mortal. Melanie actúo mal y no justifica “que ella era diminuta” al lado de policías que estaban uniformados. Ellos están ahí por una razón: para cuidarnos de gente como Melanie, que va ahí a sacar su coraje, o para evitar que más Melanies hagan destrozos, o bueno eso era antes de que Sheinbaum dijera que pueden acabar en un reclusorio por hacer su trabajo. El caso es que ni la violencia de esta joven se justifica ni la posterior reacción de otro elemento policiaco que, una vez que avanzaron, le colocó la bota en el cuello. Violencia genera violencia, y Melanie iba encapuchada.

La policía necesita capacitación para el manejo de esta violencia, sí. La sociedad civil requiere también lo mismo lineamientos claros y concisos de no abuso, de no violencia, de no ataques. Ni los policías son nuestros enemigos, ni los manifestantes son un problema. 

Ni el abuso de una, ni del abuso del otro

Es justo aquí donde se esconde la incompetencia del gobierno, en culpar a la policía en lugar de aceptar su responsabilidad de inacción y prevención de escenarios así. Lo cual reafirma mi punto, si desde el inicio de estas congregaciones hubiera cuerpos del gobierno que les recordaran a los manifestantes que usar cubre rostros y llevar palos y martillos y teasers eléctricos, está prohibido, y de verdad estuviera prohibido, entonces nos ahorraríamos muchas escenas de violencia como la arriba descrita. 

Giovanni si fue asesinado injustamente mientras cenaba con su familia, Melanie golpeó a un policía y luego fue agredida. Uno, un acto sin nombre, el otro, consecuencia de participar en la violencia que acarrea sus acciones. Todo mal.    

Aunque no queda claro entonces qué es contener, cómo debe actuar la policía para “ser la mejor del mundo” como afirmó Sheinbaum en conferencia de prensa o cómo no van a tolerar el abuso policial si les piden “contener” a manifestantes.

Para como va el curso de las acciones en la CDMX ya es mejor que no se cuente con presencia policial ¿para qué los exponen si al final no pueden hacer su trabajo de cuidarnos sin acabar con una investigación en su contra? Yo quisiera ver a la Jefa de Gobierno y al Secretario de Seguridad Ciudadana intentando calmar a esos grupos que actúan, verlos en la primera línea mientras las y los encapuchados los agreden con fuego, palos o bombas, bajo su perdón y excusa.   

Las acciones de contención hasta el momento mostradas no sirven, sus “cinturones de paz” son una burla ¿obligar a burócratas a contener a las y los violentos porque la policía genera entretenimientos? Eso ni siquiera está en su contrato de trabajo y podrían acabar en un hospital sin insumos, y todo porque Morena ha creado una historia discursiva en contra de los cuerpos policiacos; gobiernan ideológicamente basados en sus rencores y antagonismos y así tomas las decisiones, esta violencia les pertenece. 

En la CDMX no es válido decir que esto es culpa de gobiernos anteriores, porque la capital les ha pertenecido durante años. Y los que gobernaban ayer son los mismos que gobiernan hoy, sólo que con otro nombre. Y recordar además la gran promesa de campaña de Claudia: se iban a acabar los graneros, iban a desaparecer, y hoy no solo siguen ahí, los utilizan, los ignoran y los culpan. Creo que alguien miente y traiciona por aquí. 

Por otro lado, declaración tras declaración el GOBCDMX se cura en salud diciendo que en las marchas hay presencia de elementos de Derechos Humanos, y ya. Con eso, ellos creen que evitaràn la violencia. Los derechos humanos tienen que ser nuestro eje madre para todo, sí, pero derechos humanos para todos. Porque hoy tienen más derechos y voz aquellos que realizan destrozos y pesan más que los derechos de personas, transeúntes, habitantes de Cuauhtémoc (alcaldía donde mayoritariamente se realizan las marchas) y de policías. 

Yo quisiera saber ¿hasta qué punto de acuerdo con esta gente, está considerado manifestación y cuándo se cruza al punto de la destrucción? Todos los que vivimos en la ciudad y la cuidamos merecemos saberlo . 

Como Concejal de la Alcaldía de Cuauhtémoc presenté una propuesta para exigir al GOBCDMX un seguro contra daños por marchas. Si Sheinbaum y sus Diputados locales son cómplices por silencio del daño que sufren nuestros habitantes, colonos y quienes son dueños de establecimientos, así sean cadenas enormes, deben ser resarcidos. Entonces quizá pensarían dos veces en dejar que cualquier manifestante sea quien sea destruya nuestra Alcaldía.  

Tengo un solo llamado a la Jefa de Gobierno: sea firme, sea fuerte, sea todo lo que las mujeres políticas estamos esperando de una líder. La CDMX la necesita comprometida con la ciudad no con sus valores de izquierda e historias rosas de su pasado político. La violencia está escalando en las marchas, así que tome medidas que harán la diferencia, siendo clara con los protocolos policiales, pero también con los manifestantes: prohíba usar pasamontañas, llevar cubierta la cara y definitivamente también llevar martillos, palos, bombas, teasers o cualquier objeto que se le parezca que solo destruyen y aminoran la justicia de las voces que buscan soluciones.  

Las marchas son en sí un síntoma más de la violenta realidad que vive el país. Se puede manchar sin violencia, sí con euforia, sí con dolor, sí con manifestaciones que exalten lo que nos mueve, pero así como no queremos abusos policiales NUNCA, tampoco queremos una estela de vidrios rotos, casas dañadas, negocios y sueños destrozados. 

Las marchas en la CDMX, detonadores de emociones y gobiernos ineficaces. Repito, prohíban el uso de pasamontañas, capuchas y llevar cubierta la cara en las marchas.

*Mtra. Ana Villagrán. Concejal de la Alcaldía Cuauhtémoc