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A consulta

PAN, PRI y PRD, han manifestado su deseo por presentar a consulta pública, algunos temas que podrían ser del interés público.

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Escrito en OPINIÓN el

Las tres principales fuerzas políticas del país, -PAN, PRI y PRD,- han manifestado su deseo por presentar a consulta pública, algunos temas que podrían ser del interés público.

 

El PAN desea consultar a la ciudadanía, si estaría de acuerdo en un aumento al salario mínimo; el PRI, si está de acuerdo en disminuir 100 diputados y 32 senadores plurinominales; y el PRD, sobre la reforma energética.

 

Las pretensiones de los dos primeros serían absurdas, toda vez que no hay persona que no le gustaría obtener un aumento de sueldo en su trabajo, y disminuir la cantidad de legisladores, quienes llevan a cuesta una pesada losa de descrédito con una muy baja estima.

 

La primera y la última no tendría restricción legal, pero la encuesta de tricolor podría quedar fuera de consulta, en virtud a que el artículo 11 de la Ley Federal de Consulta Popular señala entre otros asuntos, que la materia electoral no podrá ser objeto de consulta popular, por lo que muy seguramente la Suprema Corte de Justicia de la Nación, órgano encargado de valorar y calificar el objeto de la consulta, lo deseche.

 

Es obvio que la pretensión del revolucionario institucional es con tintes electorales y como una manera de posicionarse, de cara al inicio del proceso electoral.

 

La propuesta de reducir legisladores no es nueva. En 2011 y en los inicios de esta legislatura, se propuso reducir legisladores; pero el tricolor reimpulsa esta propuesta, en la que sabe que mediáticamente atraerá los reflectores, para desviar la atención de las consultas propuestas por el PAN y PRD.

 

En el fondo, el partido del presidente está consciente que ganará perdiendo con la consulta propuesta, porque en primera instancia, diversificaría la opinión pública, desviando el tema de la reforma energética consultada del PRD; en segundo lugar, sabe que la izquierda, -con el PRD, PT y Movimiento Ciudadano-, obtuvo 64 diputaciones sólo por la vía plurinominal para constituir la actual LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, que representan el 32% del total de diputados plurinominales en el país.

 

No sólo eso. A este escenario se le debe sumar las diputaciones por esta vía que obtenga el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador y que podrían no ser numerosas, toda vez que Morena tiene generadas oportunidades para arrebatarle diputaciones de mayoría al PRD, sobre todo en el Distrito Federal y algunas a Movimiento Ciudadano en el interior de la República, lo que le restaría diputaciones por la vía plurinominal.

 

Pero en el hipotético caso de que la reducción de legisladores propuesta por el tricolor prospere, este ejercicio sería aplicado en la elección federal del 2018 cuando también entra en vigor la reelección legislativa, ya que su consulta sería realizada el mismo día de la jornada electoral, es decir, en junio de 2015. El perdedor en este ejercicio sería la izquierda, a quien le restaría poder las diputaciones que pierda en el cálculo de la vía plurinominal.

 

La representación proporcional fue generada en 1963 bajo la figura de diputados de partido, para reconocer el derecho de todas las expresiones políticas a participar en las discusiones de los temas nacionales en ambas Cámaras; luego, en 1977 se crearon las circunscripciones plurinominales, a efecto de garantizar la pluralidad político partidista.

 

Actualmente, el modelo de representación proporcional favorece a las elites político-partidistas, que son los que verdaderamente dirigen los destinos del Poder Legislativo, en algunas ocasiones con infaustos resultados, como el ejemplo de los moches cuyo escándalo salpicó a todos los grupos parlamentarios del Congreso, o específicamente los diputeibol del PAN.

 

Un hecho en la historia que no fue sometido a consulta. Cuando el 15 de mayo de 1867 las fuerzas imperialistas de Maximiliano de Habsburgo avanzan al encuentro de los Republicanos en Querétaro, en lugar de hacer fuego, irrumpen en vivas a la República. Entonces se presenta un comisionado de Maximiliano y se acuerda un alto al fuego.

 

Acto seguido, se presenta ante el Gral. Ramón Corona, Maximiliano con sus generales Castillo y Mejía, diciendo: "General aquí tiene usted mi espada, ya no soy Emperador…"; Corona le responde: "Es usted digno de conservar su espada como hombre valiente, pero Emperador nunca ha sido…" y le ofrece garantías en tanto llega el general en jefe, Mariano Escobedo.

 

Estas garantías eran, ni más ni menos, que la aplicación de los artículos del primer convenio de Ginebra del 22 de agosto de 1864, para aliviar la suerte que corren los heridos y los enfermos de los ejércitos en campaña y cuyas prácticas llegaron a México en el contexto histórico del desarrollo de la segunda Intervención Francesa, que terminaba con la rendición en Querétaro.

 

Mientras le esperan, al aire libre y bajo un intenso frío, el Gral. Corona comenta a Maximiliano: "Está usted temblando, Maximiliano…”, quien responde: "Sí, pero no de lo que usted cree, General…”. La prensa en Europa elogiaba al primer presidente indio de México que derrotó al invencible ejército francés.

 

@racevesj