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A AMLO le vale la ley

"Le vale al presidente mentir donde sea y con quién sea, un verdadero mentiroso trastornado que se caracteriza por el desinterés hacia otras personas"

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Escrito en OPINIÓN el

Nunca hemos sido un pueblo o sociedad que se distinga en respetar la ley. ¿Se ha preguntado a qué obedece? Estoy convencido que a lo largo de la historia de México, el gobierno en turno se ha encargado de ser el primero en no cumplir ni respetar la ley y por consiguiente la sociedad o el pueblo ha copiado el ejemplo de la autoridad, que ha sido siempre el primero en enseñar a sus gobernados a violar y no respetar el estado de derecho.

¿Para qué sirve la ley? La ley es el conjunto de normas o reglas que se deben someter todos los gobernados o habitantes  de una nación o país para evitar conflictos y vivir en armonía. Pero aún en estos tiempos hay funcionarios dispuestos a violar la ley y retorcer procedimientos legales una y otra vez para lograr beneficios personales, como lo hace una y otra vez el presidente López Obrador.

Derivado de la falta de cumplimiento de la ley por parte de la misma autoridad encargada de hacerla cumplir, el paso siguiente es la corrupción. ¡Sí! Eso que conocemos muy bien los mexicanos generación tras generación donde el gobierno nos ha enseñado la “máxima” de quien “No transa, no avanza”. 

Y el gobierno en turno a través de su máximo representante y exponente de autoridad, el presidente de México López Obrador, ha hecho gala una vez más de lo que es aplicar e implementar malas prácticas en el ejercicio del poder generando más y más corrupción y malos ejemplos para México.

 La corrupción es una desviación de la conducta de los funcionarios públicos, que se aparta de las normas establecidas para ponerse al servicio de intereses privados o intereses propios para obtener beneficios y ventajas torciendo la ley y los reglamentos, manipulando y mintiendo a los ciudadanos. Cuando proviene este comportamiento del jefe del ejecutivo, del jefe del Estado y del gobierno mexicano, es lamentable para el pueblo.

López Obrador repitió más de mil ocasiones la promesa de campaña  de luchar contra la corrupción, pidiendo a los ciudadanos unirse contra ella: “La corrupción es el primer problema de México, cero corrupción, cero impunidad, se terminó ya la corrupción en México, no va a haber interés personal o de grupo por poderoso que sea que haga negocios al amparo del poder público, con el dinero de los mexicanos, se termino ya la corrupción”. Y la corrupción sigue y sigue cabalgando con más fuerza que nunca en su gobierno, al amparo y protección del propio mandatario.

Qué decir de la mentira y el engaño como la mejor fórmula y política pública aplicada todos los días a toda hora, en todos los temas y en cualquier foro. El colmo de las vergüenzas ajenas que acabamos de vivir los mexicanos en voz del mitómano presidente, al conmemorarse el 75 aniversario de la ONU.

Lo que dijo AMLO al mundo: “la economía de México va de maravilla, el Covid19 controlado, la seguridad pública mejor que Dinamarca y Noruega, la rifa del avión increíble y para rematar la broma simpaticona del nuevo “clavillazo” que el nombre de Benito Mussolini había sido inspirado por el padre del dictador fascista en honor a Benito Juárez.

Le vale al presidente mentir donde sea y con quién sea, un verdadero mentiroso trastornado que se caracteriza por el desinterés hacia otras personas y su necesidad compulsiva de mentir sobre asuntos pequeños o grandes, independientemente de la situación. Lo mismo le vale madre declarar que los niños enfermos de cáncer tienen garantizado el abasto de medicamentos, que decirle al mundo que somos un ejemplo universal del manejo de la pandemia, cuando estamos en el cuarto lugar mundial de muertos y somos el primer lugar mundial en personal fallecido por el Covid-19: Amnistía Internacional.

El trastorno mental de AMLO que provoca disfunción del pensamiento, la percepción y la capacidad de relacionarse con otros, su falta de empatía, su constante manipulatividad, la imagen distorsionada que tiene de la realidad social, política y económica del país, lo lleva a la mentira patológica todos los días mintiendo, engañando y valiéndole madre la ley para hacer su voluntad por encima de todo y de todos. 

Todo un gobierno autoritario que bloquea cuentas a través de su Gestapo mexicana, la Unidad de Inteligencia Financiera que realiza investigaciones para acallar adversarios, porque el déspota presidente no respeta ni tolera la crítica y mucho menos la libertad de expresión. Ahí está lo que hizo con el movimiento FRENA, que por cierto, nadie los frena.

¿No cree usted?

Dr. Carlos Díaz Abrego