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5 de junio: ¿Todo listo?

Estas elecciones 2022 tienen un significado particular, debido a que se juega en ellas el fortalecimiento o la debilidad de la 4T. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

A las cero horas del jueves 2 de junio próximo comenzará la veda electoral. A partir de ese momento casi todos los involucrados en el proceso electoral del domingo 5 deberán guardar silencio... “que están durmiendo los nardos y las azucenas”. “Chitón”. Ni una palabra, ni un gesto, ni una señal, a riesgo de incumplir las leyes electorales vigentes acordadas y aprobadas por todos.

Son seis estados de la República en los que se llevarán a cabo comicios para elegir a quien habrá de gobernarlos los próximos seis años. El tema central hoy es cómo quedará la composición política del país luego de este proceso de selección, toda vez que en 2024 se llevarán a cabo las elecciones para renovar gobierno federal y la mayoría de los congresos del país. 

Por lo pronto 11.3 millones de mexicanos podrán acudir a las urnas ese día. Podrán decidir, en secreto, a quien prefieren de las distintas opciones que se les fueron presentando a lo largo de semanas durante las precampañas y campañas electorales. Visto así todo parece miel sobre hojuelas y el ciudadano podrá tomar su propia decisión en base a su criterio e intereses políticos y de gobierno para lo que sigue.

Pero resulta que estas elecciones 2022 tienen un significado particular, debido a que se juega en ellas el fortalecimiento o la debilidad de la 4T que está en el gobierno, y que quiere continuar en él los siguientes seis años, al término de este sexenio.

Y para que esto sea así el gobierno federal ha puesto todo lo que está a su disposición para que los seis estados –que hoy no son gobernados por Morena– pasen a ser gobiernos morenistas y, por tanto, capital político incalculable para lo que será el proceso dentro de dos años cuando comience el jaleo preelectoral, electoral y elecciones. 

De hecho, hoy como pocas veces se ha visto una movilización inusual desde el gobierno federal: El envío de funcionarios de altísimo nivel que dejan de lado sus funciones, para apoyar las campañas de los candidatos de Morena en cada uno de estos estados y, de paso, placear a los que quieren ser candidatos a la presidencia de México...

Como es el caso del mismísimo secretario de Gobernación, Adán Augusto López, así como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum que de un tiempo a esta parte acude a todas las fiestas electorales con el mandato supremo o el canciller Marcelo Ebrard Casaubón. 

A estos tres personajes los ha mencionado el presidente de México como posibles candidatos a la presidencia en 2024. El tema que tal adelanto de nombres hace que el panorama político de México siga otros derroteros, mientras que los grandes problemas nacionales siguen sin resolverse. 

Por tanto, digamos que en ese sentido la contienda ha sido desigual. Todo el gobierno federal y gobiernos estatales han estado dispuestos a apoyar a los candidatos de Morena. Incluso con recursos e infraestructura, cabildeo y hasta con la señal de que los gobernadores que apoyen a Morena en estas elecciones podrían ser acreedores a una embajada de México luego del fin de su gobierno, lo que garantizaría, por otro lado, que no se les persiguiera por malos hechos de gobierno durante su gestión. 

Por su parte la oposición a Morena lucha por retener gobiernos y por obtener ganancias electorales. Muy difícil para todos ellos porque su fuerza política y electoral sigue siendo nebulosa y débil. Sus propuestas no pasan de lo mismo y sus estrategias electorales no dejan de repetir hasta el cansancio que con ellos las cosas serán distintas y que todo se mejorará. Quizá sí. Pero su voz se escucha cascada, vieja, y repetida tantas veces. 

Es ahí en donde radica el fracaso de todos en México. A pesar de los esfuerzos de muchos por consolidar la democracia en México y hacer que los partidos políticos sean eso: partidos políticos y no entidades de interés grupal-gremial-particular, esto no se ha conseguido y seguimos en la vieja historia del principio: un partido predominante en el gobierno y que, por lo mismo se convierte en enemigo de la democracia porque quiere imponerse a toda costa, y partidos débiles acostumbrados a las dádivas y a recibir beneficios sin merecerlos por sus propios méritos ni por su fuerza arrasadora,  

Pero prácticamente ya todo está listo para este domingo 5 de junio. Si gana Morena sólo un estado –aunque se supone por ahora que podría ganar 4 de los 6–, ya será triunfador porque le arrancará a la oposición uno de sus bastiones. Y este bastión habrá de operar para hacer que la 4T (Morena) repita en 2024. 

¿Y los ciudadanos? Todo parece indicar que a los ciudadanos se les ve como entes de apoyo o de confrontación. Como alfiles que habrán de moverse para proteger al rey o la reina. A menos que cada uno de ellos tome conciencia de su importante papel en la democracia, y que haga uso responsable de su máximo capital político: su voto. 

Los ciudadanos serán los que decidan al final. Y sólo ellos. ¿Inducidos o no? Esa es la parte delicada. Pero también es cierto que parte de la consolidación de una democracia comienza con la responsabilidad democrática de cada uno de los ciudadanos, con base en su suma del interés individual y colectivo. Ojalá que sea en este sentido como voten los 11.3 millones de mexicanos este domingo –o los que acudan–. Si quieren un México igual al de hoy, o si quieren comenzar a construir otro nuevo.