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#2AñosPerdidos

Las cosas no van bien y el presidente López Obrador lo sabe. Se veía incómodo con sus propios datos. | Julio Castillo

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Escrito en OPINIÓN el

Como cada primero de septiembre el informe presidencial se vuelve el tema principal, y aunque lejos de los días en los que todo se paralizaba para ver qué decía el presidente (podían anunciar cosas tan importantes como la nacionalización de la banca), y reconociendo que el gobierno de López Obrador no tiene absolutamente nada que informar, – y no lo digo peyorativamente pero un sujeto que tiene un show de alrededor de dos horas cada mañana no aprende un nuevo diálogo de un día a otro– es interesante ver la forma en que presentan los resultados entre justificaciones y acusaciones a todo lo que considera antagónico. Algunos comentarios: 

• No sé quién eligió los datos que resaltarían, pero son tristes… hablar de la creación de 93,000 empleos, más otros 15,000 que mencionó en otro rubro cuando según el Banco de México sólo desde el inicio del covid se han perdido más de 12 millones es triste.

• Mencionar el aumento de las remesas que llegan de los Estados Unidos como un logro del gobierno es pensar que la gente en realidad es tonta. 

• Decir que en México se ha manejado la pandemia de forma distinta que en todo el mundo y ha funcionado es otra mentira insultante… tenemos de las más altas tasas de letalidad por casos, tenemos la menor cantidad de pruebas hechas y además, con los pocos datos que se pueden tener sin pruebas somos el tercer país con más casos y muertos… EU y Brasil son más de dos veces México y son los dos primeros, pero ellos sí tienen datos. Ojalá el presidente pensara en las 65,000 familias de luto antes de cubrirse de gloria con sus malos resultados. 

• Dijo que era el presidente más atacado desde Madero… otra mentira que busca dejar un mensaje (o sea no es por ignorancia), para empezar no es comparable porque no hay medios comparables pero en todo caso en mi columna del miércoles anterior expliqué con cifras cómo el gobierno de López Obrador influye en los contenidos de los medios más importantes de México, y que la única verdadera libertad de expresión está en los columnistas (que son leídos por un círculo reducido) y en algunos portales de internet. No está de más recordar todos los comunicadores que ya están en el exilio como Víctor Trujillo, Pablo Hiriart o Loret de Mola.

• Lo más relevante son los beneficiarios de programas sociales en donde la narrativa resalta 8 millones de adultos mayores, 11 millones de alumnos, 174 mil millones en programas, y que 7 de cada 10 familias reciben algo. Para empezar, son datos que se repiten; los 18 millones que suman adultos y estudiantes están incluidos en la suma de los 174 mil millones repartidos y forman parte de las 7 de cada 10 familias, pero eso no es lo peor, en el fondo esto es patético. Cuando en lugar de contar a cuántos les dan dinero, cuenten a cuántos ayudaron a salir de la pobreza, o cuántos encontraron un empleo digno, podrían celebrar algo… celebrar que haya cada día más pobres a quienes ayudar es celebrar la ruina.

• Los otros mensajes que han resaltado son: Acuerdo histórico con representantes Yaquis, construcción aeropuerto, construcción de ventiladores de bajo costo, los 97 mil elementos de la Guardia Nacional, la ambigua y vacía frase “alejamos a miles de jóvenes de la delincuencia”, algo que propusieron ante la ONU (que ni me molesto en investigar porque son realidades ajenas al gobierno de López Obrador) y la gran gran gran mentira de que rescataron a PEMEX y CFE, esos ni están salvados ni están funcionando. Datos ambiguos o menores todos. 

• Ahhh y el ahorro que presume de 560 mil millones por su austeridad no es ni cercanamente lo que perdió en PEMEX, el aeropuerto, el pozo sin fondo de Dos Bocas y la cancelación de proyectos como la cervecera y los gasoductos. 

Las cosas no van bien y el presidente López Obrador lo sabe. Se veía incómodo con sus propios datos, menores a lo que cualquier gobernador o alcalde de municipio grande puede informar. Intentó abordar con optimismo su discurso, dando datos totalmente maquillados como que el barril de petróleo lo pasaron de 0 a más de 20 dólares, como si eso fuera algo que presumir o que hay más homicidios, pero menos feminicidios, cuando eso es un asunto de tipificación y cualquier enterado sabe que no se puede simplificar así. 

Por cierto, es un tipo peligroso y cada vez se le nota más en los ademanes, en la mirada y en las palabras. Cuando dice “yo estoy en contra de que se juzgue a los expresidentes pero que la gente decida”, es una mentira muy malintencionada para buscar recuperar algo de los 23 puntos (al menos) que ha perdido desde que inició su gobierno. Si en realidad fuera un demócrata, sabría que la justicia que se hace por aclamación se llama linchamiento, no justicia, que si hay pruebas (diga lo que diga democráticamente el pueblo) deben ser enjuiciados, y si no deben dejarlos en paz (también sin importar lo que diga el pueblo)… Y prometer a todos, y gratuitamente, una vacuna que no existe es absurdo y cruel.