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La guerra que viene

El eco de los tambores de guerra entre Pakistán e India resuena cada vez más fuerte, y los temores de un conflicto inminente son palpables. | Ulises Castellanos

Créditos: Ulises Castellanos
Escrito en OPINIÓN el

El eco de los tambores de guerra entre Pakistán e India resuena cada vez más fuerte, y los temores de un conflicto inminente son palpables. Ambas naciones, potencias nucleares, se encuentran en un punto crítico donde las tensiones han escalado a niveles alarmantes. El periodismo ha comenzado a informar sobre posibles ataques y movimientos militares que podrían desatar una guerra nuclear devastadora.

La religión y la cultura juegan un papel fundamental en esta compleja situación. Las diferencias históricas y las rivalidades han alimentado un clima de desconfianza que parece difícil de resolver. Cada noticia sobre enfrentamientos o declaraciones belicosas aumenta la preocupación por el futuro, no solo para los países involucrados, sino para el mundo entero.

Es crucial que la comunidad internacional preste atención a estos acontecimientos y busque vías diplomáticas para reducir las tensiones antes de que sea demasiado tarde. La posibilidad de una guerra nuclear entre estas naciones, no es solo una cuestión geopolítica; es una amenaza real que podría tener consecuencias catastróficas para toda la humanidad. 


Islamabad, Pakistán 2001. Foto: Ulises Castellanos

Por distintas circunstancias, resulta que conozco ambas naciones. En 2001 viajé a Islamabad para cubrir la invasión norteamericana a la vecina Afganistán, en aquella oportunidad, incluso pudimos acercarnos a Cachemira que ya era foco de tensión entre ambas naciones. Anduvimos por la zona cerca de tres semanas y fui testigo de su cultura bélica, en las calles de la capital había réplicas de sus bombas atómicas en los cruceros de la ciudad. Adoran la “Bomba”.

En un café internet desde donde enviaba mis imágenes a la revista Proceso, tenían pequeñas réplicas de la bomba sobre las computadoras. Incluso el joven que trabaja ahí las presumía, e inocentemente me preguntaba qué ¿cuántas bombas teníamos en México? Cuando le respondí que ninguna, no lo podía creer. Asombrado me decía, y ¿cómo hacen para que los respete Estados Unidos? Acá la bomba “es un tema de respeto”, me decía. Por eso no nos ataca la India. Era apenas 2001, hace 24 años.

Bombay, India, 2012. Foto: Ulises Castellanos

Una década más tarde, por ahí de 2012, organizamos un viaje a la India, recorrimos 10 ciudades de aquella nación por un mes, fue una locura; sin duda aquel país es uno de los más interesantes que he visitado; me pasó de todo, me rompí la muñeca al tercer día, y al final, en Varanasi me quebraron dos costillas. Tomé más de 1,300 imágenes con mi Canon de aquel entonces.

Ahora estos dos países están en guerra, hay decenas de muertos y poca información. Pero es gravísimo.

La India supera ampliamente a Pakistán en población, economía y tamaño de fuerzas armadas, pero curiosamente están casi empatadas en número de bombas atómicas, ambas naciones dicen poseer 172 misiles con capacidad nuclear cada una de ellas.

India fue la primera en realizar una prueba nuclear en 1974 y mantiene una doctrina oficial de "No First Use" (no usar armas nucleares salvo en respuesta a un ataque nuclear previo), mientras que Pakistán, que entró al club nuclear en 1998, no adopta esta política y ha desarrollado armas nucleares tácticas para uso en el campo de batalla.

India es mayoritariamente hindú, Pakistán es abrumadoramente musulmán. Ambas tienen enorme población pobre y minúsculas élites rebosantes de dinero.

Y aunque ambos países poseen armas nucleares en cantidades similares, la India tiene mayor capacidad militar convencional y un presupuesto de defensa mucho más alto. En comercio, India tiene también una economía más diversificada y de mayor tamaño que su vecino. Pakistán destina un mayor porcentaje de su PIB a defensa, pero su presupuesto es mucho menor en términos absolutos. Los número les dan la ventaja a la India en todos los sectores. Pero los muertos los podrían por igual sus respectivos pueblos.

Finalmente Cachemira es el principal foco de tensión entre India y Pakistán debido a su estatus territorial disputado y a una larga historia de enfrentamientos desde la independencia de ambos países en 1947. La región está dividida entre ambos, pero cada país reclama el territorio completo como propio.

Ojalá lo que vimos esta semana, sea sólo una escaramuza y cada uno regrese a sus cuarteles. Nada se habrá resuelto, pero la paz tendría una nueva oportunidad. El mundo no necesita más guerras.

Ulises Castellanos

@MxUlysses