El ataque del 22 de abril de 2025 en Cachemira, que dejó 26 turistas muertos y 13 heridos, es uno de los incidentes más graves en años recientes, intensificando las tensiones entre India y Pakistán. Ocurrió cerca de Pahalgam, un destino turístico a 50 kilómetros de Srinagar, y ha elevado la preocupación internacional por un posible enfrentamiento armado entre estas potencias nucleares.
El conflicto entre ambos países se remonta a 1947, cuando Cachemira, de mayoría musulmana, decidió anexarse a India tras una incursión pakistaní, desatando la primera guerra entre ellos. Desde entonces, la región ha sido un foco constante de tensiones, agravadas por grupos insurgentes y el desarrollo de armamento nuclear, lo que incrementa el riesgo de un conflicto de gran escala. La violencia recurrente y la fuerte presencia militar mantienen viva la tensión nuclear en la frontera de facto.
Tras el fin de la Guerra Fría, el debate sobre los conflictos nucleares perdió relevancia y se menciona más como referencia histórica que como una amenaza inmediata. Sin embargo, se estima que hay más de 12,000 ojivas nucleares en el mundo, distribuidas entre nueve países. Rusia y Estados Unidos poseen los arsenales más grandes, con aproximadamente 5,580 y 5,004 ojivas, respectivamente. Otros países con armas nucleares incluyen China (500), Francia (290), Reino Unido (225), India (172), Pakistán (170), Israel (90) y Corea del Norte (50).
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Si bien el número total de armas nucleares ha disminuido desde su punto máximo durante la Guerra Fría, gracias a tratados internacionales como el TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear) y el TPAN (Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares), la creación de zonas libres de armamento nuclear, acuerdos bilaterales como el Nuevo START (Strategic Arms Reduction Treaty, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), la prohibición de ensayos nucleares y campañas acompañadas por la ONU, la amenaza de proliferación y uso sigue siendo una preocupación para la comunidad internacional.
La frontera entre India y Pakistán es una región con un enorme potencial, caracterizada por sus abundantes recursos naturales, especialmente el agua del río Indo, que desempeña un papel fundamental en la agricultura y el suministro de agua para ambos países. A pesar de los retos que enfrenta, esta zona ofrece una oportunidad valiosa para fomentar la cooperación y promover el desarrollo sostenible, resaltando la importancia de una gestión responsable de sus recursos para mejorar la calidad de vida de la población local.
El desarme nuclear sigue siendo un desafío complejo que requiere un enfoque basado en diplomacia e incentivos estratégicos. No obstante, resulta fundamental abordar las tensiones y presiones que impulsan a los países a mantener sus arsenales, así como los factores que podrían incentivar su uso. En este contexto, la comunidad internacional y su diplomacia deben redoblar esfuerzos para prevenir que las crisis actuales desemboquen en una escalada armada, donde las armas nucleares se conviertan en una opción viable. Un desenlace de este tipo no sólo tendría consecuencias devastadoras para la región afectada, sino que representaría una amenaza global, estableciendo un precedente peligroso sobre la forma de resolver conflictos internacionales.