El siglo XXI de América Latina se vio marcado por el advenimiento de gobiernos de una izquierda progresista, menos radical y más apegada a los valores de la democracia liberal, lo interesante de este hecho es que es el ejemplo perfecto para contrarrestar la tesis del politólogo Fukuyama, quien decía que la “era de las ideologías terminaron” y que “la historia ha llegado a su fin” al ver la caída del muro de berlín y la desintegración de la URSS. Junto con este hecho también se suma la forma en la cual ha llegado la derecha a los gobiernos del mundo, como los discursos de odio han proliferado y se han planteado como contrahegemónicos, esto solo muestra que las ideologías no han muerto, sino que se han reafirmado pero de una forma espectral, fantasmagórica, con máscaras que no permiten leerlas pero han sido reinterpretadas.
En Argentina se presenció la aparición de lo que hoy se le podría nombrar como “nueva derecha” representada con la figura de un personaje que basa su personalidad en la irreverencia, un peinado extraño y una extravagancia que pretende denotar sus rasgos cubiertos por la blanquitud, llamado Javier Milei. La misma descripción podría valer para Donald Trump en los Estados Unidos, con una peculiaridad bastante interesante, pues a diferencia de Javier Milei, Donald Trump no es libertario, claro lo ha dejado con la guerra comercial que inició al principio de su mandato.
En ese sentido, el mundo está frente a un fenómeno socio-político que está tomando fuerza y que muestra que la ideología de derecha aún existe y persiste, bien se puede explicar con el caso de Argentina. La derecha que representa Javier Milei, actual presidente de Argentina, es una derecha que tiene el apellido de libertaria, que en términos muy amplios son quienes defienden la libertad, la propiedad y la familia, valores claramente tradicionales que no parecen tener algo de nuevo en la “nueva derecha”, pues siguen teniendo una relación cercana y de complicidad con las fuerzas armadas y la religión, uno de los componentes que podría aparentar ser nuevo debido a las circunstancias históricas, es la incorrección política.
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“La incorrección política o el juego de los espejos locos” es el nombre que lleva el segundo capítulo del libro titulado “¿La rebeldía se volvió de derecha?” del historiador Pablo Stefanoni, en el cual desarrolla la forma en que la extrema derecha, el neorreaccionismo y el libertarismo ha configurado el discurso contra la izquierda, mostrando que el término “marxismo cultural” nace de afirmar que, si bien la derecha y el capital ganaron el espacio económico, la izquierda domina el campo cultural por ello habría que despertar de este adormecimiento cultural, como si fuese la matrix. Por ello, quienes se adhieren a este pensamiento contra el llamado “marxismo cultural”, construyen narrativas contra el feminismo, el movimiento black lives matter, y la comunidad LGBTIQ+, que se engloban en una conspiración auspiciada por Jeff Bezos y la ideología de género; discurso que tiene cabida en grandes portavoces como la politóloga guatemalteca Gloria Álvarez; el autor de “El libro negro de la nueva izquierda”, Agustín Laje y; el ahora presidente de Argentina, Javier Milei, que en sus inicios era un economista que se burlaba de la clase política en sus obras de teatro y que escaló hasta canales de televisión en hora estelar y viralización en redes sociales.
No es fortuito que el uso indiscriminado de redes sociales, así como la crisis de la legitimidad ante los grandes relatos, sea utilizado por personajes como Nicolás Márquez o Agustín Laje (ideólogos del libertarismo) para distribuir y reproducir sus ideas. El discurso libertario entonces es la representación de cómo la derecha ha utilizado la infelicidad que ha provocado el capitalismo durante las últimas décadas, para una vez más hacerse del poder y seguir reproduciendo y defendiendo sus intereses y discursos, y que ahora permea también a la juventud.
Tal vez lo último que hayamos escuchado antes del declive del mundo sea que “¡Viva la libertad carajo!” ante el menguante psicocognitivo y subjetivo provocado por la crisis climática, financiera, de vivienda y, por supuesto, humana.
Diego Nájera*
Maestrando en Sociología Política por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora con líneas de investigación en comunicación política, teoría política, procesos políticos y pensamiento político contemporáneo. Analista político y especialista en investigación cualitativa, obtención y análisis de hallazgos, identificación de insights y soluciones a nivel experiencia.