Nuevamente, la celebración del Día del Maestro (el 15 de mayo) fue utilizada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para iniciar un plantón indefinido en el Zócalo capitalino y realizar una serie de marchas y acciones de desestabilización que incluyeron los bloqueos al Palacio Nacional y al Aeropuerto Internacional, tomando como rehenes a los habitantes de la Ciudad de México.
Dicen que la presidenta Claudia Sheinbaum abrió la caja de Pandora al retirar la Ley del ISSSTE, como lo exigía la CNTE. Los profesores no se conformaron con este gesto y exigieron más: Aumento salarial del 100% por ciento y regresar al antiguo sistema de pensiones, que no utilizaba las Afores.
Ante el incumplimiento de acuerdos y la intolerancia de los profesores, la presidenta Sheinbaum advirtió que su gobierno no caerá en provocaciones y canceló la reunión acordada con los representantes de la CNTE en Palacio Nacional, indicando que ahora el diálogo será a través de las secretarías de Gobernación y Educación Pública.
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A pesar de que la presidenta Sheinbaum anunció que los maestros serán beneficiados con un aumento salarial del 9% y un 1% extra a partir de septiembre, la CNTE incrementó sus acciones de presión. A partir de este lunes, los profesores realizarán plantones frente a la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Secretaría de Hacienda, amenazando con extender los bloqueos a bancos y plazas comerciales e incluso boicotear la elección judicial del próximo domingo.
De esta manera, las movilizaciones de la CNTE tienden a incrementar la “tormenta de mayo”, como ha calificado el periódico Reforma a los diversos conflictos que recientemente han “cimbrado” al gobierno de Sheinbaum, que van desde las amenazas de Donald Trump de intervenir militarmente en México hasta el doble asesinato político de dos estrechos colaboradores de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada.
Este tipo de presión extrema, como la que aplica la CNTE, puede obtener resultados en el corto plazo pero alimenta una narrativa de caos y descontrol que es capitalizada por sectores reaccionarios. El chantaje, por definición, no es política. No busca convencer, dialogar o construir acuerdos. Implica condicionar la paz, el orden o el servicio público a la satisfacción de demandas particulares.
La historia de la CNTE comenzó hace casi medio siglo, 46 años para ser precisos, en Reforma, una población en el norte de Chiapas donde prendió la chispa a mediados del mes de mayo de 1979, a causa del encarecimiento de la vida por la explotación del petróleo y dos mil maestros se declararon en paro indefinido, demandando aumento de sueldos.
El movimiento, ante la fallida respuesta de las autoridades, pronto se extendió a todo el estado de Chiapas y aglutinó a los grupos de maestros disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) del sur del país, quienes en una asamblea realizada en Tuxtla Gutiérrez, el 17 de diciembre de 1979, crearon la CNTE.
Al año siguiente, el 29 de enero, realizó su primera “marcha nacional” en la Ciudad de México y para noviembre de 1980, la huelga de los profesores de Chiapas se extendió a Morelos y al Valle de México. Las movilizaciones de la CNTE fueron determinantes para terminar en 1989 con el cacicazgo de Carlos Jonguitud en la SNTE y convertir a la coordinadora en el principal grupo de oposición al sindicalismo oficial del magisterio.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los líderes de la CNTE olvidaron la bandera de la democratización sindical y volvieron a las viejas prácticas del corporativismo para convertirse en un intransigente grupo de presión. Asumieron una postura de “izquierda radical” e intolerante, mediante una estrategia de plantones y movilizaciones para bloquear, paralizar, imponer y exigir.
Entre 2012 y 2019, la CNTE llevó a cabo mil 168 protestas callejeras en la Ciudad de México, incluyendo marchas y plantones, según información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Además realizó movilizaciones en otros estados del país, principalmente en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, donde tienen sus principales contingentes.
Uno de los principales daños causados por la CNTE es su constante interrupción del calendario escolar. Cada año, miles de niños pierden semanas —e incluso meses— de clases debido a plantones, marchas y paros indefinidos. En 2024, por ejemplo, la CNTE paralizó la actividad escolar en varios estados durante casi un mes. Esto no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia repetida año tras año.