Seguro próximamente se venderán los aranceles por kilo para sacar los maleficios de la casa, o posiblemente haya flores o chocolates del mismo tipo para competir con los del bienestar. No sé si eso ocurra, pero ya en los centros de trabajo, la palabra: “aranceles”, se pega hasta en los zapatos como el chicle en el piso.
Se anda usando hasta para dar miedo a los pequeños cuando se portan mal; ya les dicen que si no hacen su tarea, o no se comen las verduras, les darán unos buenos aranceles de castigo.
El presidente Donald Trump, se ha puesto a meter en sus bodegas de pisos y paredes de oro algunos miles de aranceles como buen remedio, dice, para generar un enorme crecimiento en favor la industria automotriz de EU y con ello impulsar el empleo y la inversión.
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A su vez, el líder del sindicato automotriz United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, quien en un principio se opuso a Trump en las elecciones presidenciales pasadas, elogió sus acciones y dijo que estaba dando un paso adelante para finalizar el desastre del libre comercio, que había devastado a las comunidades de la clase trabajadora norteamericana durante décadas.
El 2 de abril, el presidente de Estados Unidos anunció la introducción de aranceles aduaneros a gran escala contra los socios comerciales del país que representa. El arancel básico mínimo sobre las importaciones de casi todos los países fue del 10%, que entró en vigor el 5 de abril.
Además, a partir del 9 de abril, se introducirán aranceles recíprocos individuales más altos sobre bienes de los países o bloques comerciales que tienen un alto déficit comercial con EU. Eso incluye a China y la Unión Europea, que tendrán nuevos aranceles del 34% y 20%, respectivamente.
El objetivo es que las empresas tengan más incentivos para mover sus industrias a Estados Unidos.
Algunos bienes aún no están sujetos a aranceles recíprocos. Los que sí están sujetos son los productos de acero y aluminio, los automóviles y sus autopartes, con un 25% para México, Canadá y China. Los aranceles sobre las importaciones de automóviles entraron en vigor el 3 de abril, mientras que los aranceles para las piezas de automóviles comenzarán el 3 de mayo.
EU importó aproximadamente 8 millones de automóviles el año pasado, lo que representó alrededor de 240 mil millones de dólares en comercio, aproximadamente la mitad de las ventas totales.
Se estima que esto afectará a aproximadamente 7.3 millones de vehículos importados. El gran beneficiado de esta guerra comercial, dicen por ahí, serán los autos Tesla producidos por Elon Musk. Al menos en la colonia Doctores de la Ciudad de México donde ando, no he visto ninguno.
El 50% de los coches que se venden en Estados Unidos provienen de fábricas ubicadas en México (37.96%) y Canadá (12.03%); el 11% de Europa; el 18% de Japón y el 19% de Corea del Sur.
La política de aranceles tendrá un agudo impacto negativo en México, quien es el principal proveedor extranjero de automóviles hacia EU.
En 2024, sólo la industria automotriz participó con el 21.7% del PIB manufacturero de México y con el 4.7% del PIB nacional. Produce el 4% del empleo total nacional, y sus exportaciones representan el 20% de las exportaciones totales.
En México se teme la pérdida de empleos y la suspensión de la inversión nacional y extranjera, con riesgo de quiebra para pequeñas fábricas proveedoras locales si no logran resistir el impacto.
Algunas empresas que producen en México y venden a Estados Unidos están tomando medidas preventivas de restricción, como General Motors, Ford Motor Co., Stellantis (propietaria de Chrysler, Jeep, Citroen, Ram y Dodge), Nissan, Toyota y Volkswagen.
Se estima que el costo de un automóvil podría aumentar con aranceles del 25% sobre piezas provenientes de México y Canadá no incluidas en el T-MEC, que aumentaría en sus costos entre 4 y 10 mil dólares dependiendo del vehículo, según Anderson Economic Group.
La Casa Blanca informó que aplicará los aranceles no sólo para los automóviles terminados, sino también para las autopartes, que a menudo se envían desde otros países antes de ser ensambladas en territorio estadounidense.
Sin embargo, los nuevos aranceles sobre las piezas procedentes de Canadá y México están exentos, mientras la aduana y la patrulla fronteriza de EU establecen un sistema para su evaluación, según comunicó la Casa Blanca.
El temor es que el T-MEC en su revisión próxima quite canonjías de libre comercio para dificultar que inversionistas de EU pretendan pararse en nuestro país para hacer negocio.
Sin embargo, México representa un paraíso laboral con todo y el capítulo 23 del T-MEC y el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida, porque la absoluta mayoría de las empresas no tiene que andar cargando con un Contrato Colectivo de Trabajo y un sindicato, y a la par, pueden pagar, sin restricción alguna, salarios miserables.
Por lo pronto, sigo buscando en tiendas esos aranceles y me dicen que todavía no se venden. Yo estoy dispuesto a comprar hasta un kilo, para meterlo como argumento en mis amparos, con el riesgo de que sea contraproducente.