NUEVA ÉPOCA

Una nueva época

Son muchos los acontecimientos que nos anuncian la llegada de una nueva época: la revolución tecnológica, la reorganización de la arquitectura internacional y la ampliación del diálogo interreligioso. | Marco Adame

Escrito en OPINIÓN el

Son muchos los acontecimientos que nos anuncian la llegada de una nueva época, hechos relevantes que no se circunscriben a una fecha específica o a un periodo de tiempo determinado, sino a un proceso de cambio profundo que ha iniciado hace algunos años, incluso décadas,  y que compromete el estilo de vida y los referentes con los que nos relacionamos con la realidad de este primer cuarto del siglo XXI.

Por su alcance, comento tres fenómenos que, en mi opinión y con las limitaciones del espacio, ayudan a comprender el cambio epocal. La revolución tecnológica, que ha abierto las puertas al conocimiento y las comunicaciones como no había sucedido antes; la reorganización de la arquitectura internacional después de la pandemia, con nuevos bloques económicos y políticos que conforman la nueva globalización regionalizada; y la ampliación del diálogo interreligioso, que sienta las bases de un ecumenismo humanista y cristiano, en busca de respuestas a las grandes necesidades de un mundo peligrosamente violento, desigual e insolidario.

La creación de ARPANET en 1969 y de la WWW  en 1970, transformaron la comunicación, el acceso a la información y el comercio; la aparición de la computadora personal en la década de los ochenta y del Smartphone en 2007, marcó la era de los dispositivos móviles; y la IA a partir del 2010 y las redes 5G apoyadas por los satélites Starling a partir de 2019, ha revolucionado la industria, la medicina y el entretenimiento; también el llamado mundo de las cosas, la comunicación remota y la realidad aumentada, hasta niveles inimaginables y casi incomprensibles. 

La guerra comercial, protagonizada por los Estados Unidos y China, ha puesto a todos los países en guardia, acelerando las negociaciones y alianzas para defenderse de los aranceles que ha impuesto el presidente Trump y para conformar bloques regionales para enfrentar la nueva era comercial. China refuerza el acuerdo comercial RECEP con sus aliados y vecinos, la UE plantea un nuevo comienzo y Norteamérica espera la renegociación del TMEC en 2026, sin seguridades sobre su destino. 

Muy lejos han quedado los esfuerzos multilaterales y las reglas del GATT, fundado en 1947, que apelaba a la no discriminación, la reciprocidad, la transparencia y la reducción de barreras arancelarias. Poco ha podido hacer la OMC, para mediar las actuales controversias y su futuro es incierto. 

En tanto, sopla un aire fresco en la agenda internacional, impulsado por el llamado al cuidado de la “casa común”, que hizo el recientemente fallecido papa Francisco. El impulso al diálogo activo a favor de la conversión ecológica, la unidad y la fraternidad, y la construcción de la paz, ha empezado a mover las agendas de los líderes mundiales y ha multiplicado los esfuerzos para alcanzar nuevas cimas para la humanidad

El diálogo, el discernimiento y las decisiones de esta nueva época, están fuertemente impactadas por la necesidad de bajar las banderas de la intolerancia política y religiosa; y por alentar los acuerdos, en medio de las grandes diferencias y los intereses de las partes, a favor de un mundo más justo y más humano.

La llegada de una nueva época nos interpela a todos, es innegable su vigencia, pero es incierto su derrotero, este dependerá de los valores y principios que predominen en los arreglos y esfuerzos éticos por construir un mundo mejor.

 

Marco Adame

@MarcoAdame