MARIO VARGAS LLOSA

Vargas Llosa, 8 razones para conocerlo

Murió Vargas Llosa y con él se va una generación de escritores que cruzaron fronteras y lograron consolidar un movimiento literario: aquí un homenaje con 8 razones para conocerlo. | Julio Castillo

Escrito en OPINIÓN el

Murió uno de los grandes y con él se termina una generación de escritores latinoamericanos que además de su trascendencia con las letras, hicieron comunidad allende las fronteras y lograron consolidar un movimiento literario propio de la región. 

Algunos lo critican por su politización, pero eso es criticar su compromiso más allá de los escritos. Su juicio al socialismo vino de su apoyo al socialismo, su opinión sobre la doctrina social de la iglesia vino de su militancia política y su reproche al populismo vino de su experiencia en la región. Una persona que llevó el español a todo el mundo y que nunca se casó con el poder. Una excepción que nos deja cientos de textos, de cartas y de entrevistas, una excepción que retrato en 8 razones para conocer: 

  • Porque el 30 de agosto de 1990, durante el foro “La experiencia de la libertad” organizado por la revista Vuelta de Octavio Paz dijo: “la dictadura perfecta no es el comunismo, ni la Unión Soviética, ni Fidel Castro, es México”, la mejor definición de la fachada democrática que fue durante años y que hoy vuelve a ser México. 
  • Porque “La fiesta del Chivo”, aunque es una historia de República Dominicana, es el retrato de todas las dictaduras latinoamericanas, teoría que además reiteró Enrique Krauze en entrevista con Ciro Gómez Leyva el 14 de abril de 2025. Es el miedo, la complicidad, el culto a la personalidad, la corrupción, la violencia institucionalizada y la represión (Mario Vargas Llosa, 2006). 
  • Porque no sólo se quedó en el libro, fue candidato a la presidencia de su país y uno de los mayores defensores de las democracias liberales. Dentro de las memorias de campaña denunció la mentira de que hubiera una “reserva moral” en los intelectuales, porque en los países de tercer mundo no hay manera de que “pudieran trabajar, ganarse la vida, publicar y en cierta forma vivir como intelectuales, sin adoptar los gestos revolucionarios, rendir pleitesía a la ideología socialista y demostrar, en sus acciones públicas —sus escritos y su actuación cívica—, que formaban parte de la izquierda” (Mario Vargas Llosa, 1993). Al fin y al cabo, “la perfección de una historia —escribió Pierre Bayle— consiste en ser desagradable a todas las sectas (Castillo Peraza, 1978).
  • Porque “la novela es un género envenenado de humanidad”. “El mundo de la literatura y del arte es el mundo de la perfección, aquél donde la belleza, que es lo que en última instancia le da su independencia, su verdad, su autenticidad, nos enfrenta a lo acabado, a lo absolutamente abarcable con el conocimiento, con la conciencia y, además, lo hace con una visión esférica que nosotros jamás llegamos a tener” (Mario  Vargas Llosa, 2001).
  • Porque yo también me enamoré de París, de Londres, de Lily (la chilenita), de la Camarada Arlette, de Madame Arnoux, de Mrs. Richardson, de Kuriko y de Otilita; de la casualidad que dibuja un “Rayuela” globalizado con mucha más historia que sentimentalismo, con más dictaduras y menos jazz. Porque todavía no estoy seguro si se le debe pedir permiso al mar para hacer un rompeolas (Mario Vargas Llosa, 2013) y porque no hay manera de saber cuánto erotismo cabe en un relato sobre libertad de expresión (Mario Vargas Llosa, 2016b).
  • Porque “La civilización del espectáculo” es una advertencia, un grito elegante ante la banalización del espíritu. Porque describe cómo las sociedades han reemplazado la cultura por entretenimiento, el pensamiento por la imagen y el debate por el escándalo. Vargas Llosa no habla como profeta sino como testigo: “Hemos llegado a un mundo donde el escándalo reemplaza al argumento, donde la vulgaridad se premia y donde se confunde la libertad con el libertinaje” (Mario Vargas Llosa, 2012). Hoy México no sólo corre el riesgo de perder la democracia, también de perder la profundidad y ambas cosas también las señaló Vargas Llosa.
  • Porque “Cartas a un joven novelista” no es sólo un manual para escribir novelas (no para hacer escritores), es una escuela de sensibilidad. Vargas Llosa enseña que la escritura no es un talento, es una vocación que exige disciplina, hambre y sentido del mundo. “Escribir es enfrentarse al misterio del ser humano, es levantar con palabras una arquitectura que sea tan verdadera que parezca mentira”(Mario Vargas Llosa, 2016a). Leerlo es recordar que la literatura es el acto más libre de todos y el único capaz de desobedecer sin violencia.
  • Porque en “La tentación de lo imposible” se atreve a leer Los Miserables como se debe: no como novela del siglo XIX sino como espejo del siglo XXI. Descubre en Víctor Hugo a un revolucionario con pluma divina, un político sin partido y un moralista sin púlpito. Vargas Llosa afirma que escribir Los Miserables fue para Hugo la única forma de cambiar el mundo sin tomar las armas. “La literatura es, a veces, el único tribunal donde los miserables encuentran justicia”(Mario Vargas Llosa, 2004). La obra de teatro de Los Miserables sigue siendo mi favorita, el libro original es una enseña de vida y además, el libro de Vargas Llosa lo leí por recomendación de Germán Martínez cuando empecé a trabajar en la Cámara de Diputados, hace más de 20 años. 

Los grandes autores también se vuelven parte de nuestros recuerdos y de los momentos en que descubrimos sus obras. Nunca lo conocí personalmente ni tampoco he estado ni siquiera cerca de agotar su obra, pero estoy seguro que los libros son una forma de conversación y quizás es la única forma de seguir conversando con quienes ya no están con nosotros.

 

Julio Castillo

@JulioCastilloL