DERECHOS DE LAS MUJERES

Violencia política contra las mujeres en el ámbito digital

La violencia digital se da contra menores de edad y mujeres adultas. | Ingrid Schemelensky

Escrito en OPINIÓN el

La violencia que sufren las mujeres tiene sus raíces en un estado que ha tenido por muchos años una cultura patriarcal en donde las mujeres han sido discriminadas, violentadas e invisibilizadas.

No es sino hasta 2006 cuando se da un paso importante con la promulgación de la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres que sentó los primeros precedentes legales para referir que ambos sexos gozaran de los mismos derechos y deberes, así como promovió la no discriminación y la igualdad.

En 2010 aparece la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en donde fue reconocida la violencia como un fenómeno que atenta contra el desenvolvimiento y pleno desarrollo de las mujeres.

Asimismo, y gracias a la presión de diversos colectivos de mujeres, a legisladoras, a medios y líderes de opinión, académicas, entre otras, el Legislativo finalmente incorporó en 2014 el principio de paridad de género en la Constitución y se crearon diversas leyes que se han ido modificando con el tiempo para que las mujeres podamos tener una mejor representatividad política.

En 2019 los cambios en diversas normas dieron vida a la llamada “paridad en todo” para que dicho precepto no solo se cumpliera a nivel de las candidaturas, ahora, también en los cargos públicos en los tres órdenes de gobierno, en los organismos autónomos y en los sistemas normativos indígenas.

No obstante, estos avances, un fenómeno fue mucho más visible: la violencia de género contra las mujeres, por lo que en 2020 se estableció la legislación para prevenir, sancionar y erradicar este tipo de violencia.

En 2023 y gracias a una reforma constitucional se dio vida a la #8De8ContraLaViolencia que, entre igual número de supuestos, se puede dejar fuera de la contienda electoral a cualquier persona candidata si se le acredita alguno de estos ocho registros de violencia de género.

Sin embargo, hay un tipo de violencia que es importante referir para combatirla: la violencia digital.

De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a un Vida Libre de Violencia, la violencia digital “…es toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de información y la comunicación, por la que se exponga, distribuya, difunda, exhiba, transmita, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, sin su aprobación o sin su autorización y le cause un daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen propia”.

De acuerdo con el Módulo de Ciberacoso: violencia a través de medios digitales contra niñas y adolescentes del INEGI, de noviembre de 2023, revela que el 22.6% de la población de 12 a 17 años que usó internet o celular experimentó alguna situación de violencia digital.

De igual manera, el INEGI reporta que la situación de violencia digital que más experimentó la población está vinculada con la violencia psicológica, 40 de cada 100 mujeres, a través de la recepción de mensajes ofensivos, insultos o burlas; 34 de cada 100 niñas y adolescentes recibieron fotos o videos de contenido sexual; 32 de cada 100 mujeres recibieron insinuaciones o propuestas de tipo sexual, entre otras.

Ahora bien, la violencia digital no es propia sólo de niñas y niños, también de mujeres adultas.  Basta revisar el Registro Público de Personas Violentadoras que publica el INE para darnos cuenta que este fenómeno incide en el ejercicio y participación política de las mujeres.

Justamente las autoridades electorales tanto administrativas como jurisdiccionales, junto con el Instituto Nacional de las Mujeres, han construido todo un andamiaje para visibilizar este fenómeno y tratar de erradicarlo a través de acuerdos, sentencias, manuales, protocolos, entre otros que, en mi opinión, con los esfuerzos de otras instituciones podrían servir de referencia para unificar criterios y posturas en favor de las mujeres y con ello, abatir este tipo de violencia que no permite a las mujeres su pleno desarrollo, las discrimina, les provoca un daño psicológico, las exhibe, las menoscaba, las discrimina y violenta a su propio ser.

 

Ingrid Schemelensky

@IngridKSC