Un aspecto por demás importante en toda democracia es la participación de la ciudadanía ya que esta constituye la columna vertebral que le da vida y sostiene los múltiples componentes que integran un sistema político.
La participación de la ciudadanía puede registrarse de varias maneras, pero una de las más visibles se manifiesta cuando asiste a los procesos electorales a ejercer su derecho al voto, ya que, con ello, define el rumbo de una nación para los próximos años.
El involucramiento de las personas en las elecciones tiene varias implicaciones. Si la participación es baja generalmente se le atribuye a la falta de interés de las y los ciudadanos por los actores políticos participantes, por la falta de ofertas tangibles en el desarrollo de las campañas, por apatía, o incluso, porque ya no cree en el propio sistema instaurado por el Estado, entre otras consideraciones.
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En caso de una buena participación ciudadana, la misma dota al sistema en su conjunto de legitimidad y da credibilidad al propio proceso electoral, a las personas que eventualmente resulten electas y potencializa el voto.
Por ello, conocer la afluencia de la participación de los principales artífices de una democracia es fundamental.
México, apenas en junio del año pasado, llevó a cabo la elección más grande en su historia. Más de 20 mil cargos de elección popular estuvieron en disputa entre elecciones federales y hubo elecciones locales en sus 32 entidades federativas que, multiplicadas por el número de partidos políticos, entre federales y locales registrados, esta cifra creció exponencialmente.
De acuerdo con información pública del Instituto Nacional Electoral (INE), la votación registrada fue del 59.8%. Si comparamos las 6 últimas elecciones presidenciales, a partir de 1994, observamos que la elección de 2024 fue la segunda más baja, luego de la elección presidencial de 2006 participó el 58.6% de la ciudadanía; la participación más alta se presentó en 1994 en donde se alcanzó una participación del 77.2%.
Analizando la información que presenta el INE en el Estudio muestral de la participación ciudadana 2024, en cada una de las entidades federativas observamos datos muy reveladores:
- La mayor participación ciudadana se registró en los estados de Yucatán (71.4%), Tlaxcala (70.7%), Ciudad de México (69.4%), Coahuila (64.4%), Puebla (64.3%), Estado de México (63.9%), Hidalgo (63.6%) y Campeche (63.2%).
- En tanto, las entidades federativas que registraron menos participación ciudadana fueron Durango (53.8%), Baja California sur (53%), Chihuahua (52%), Sonora (49.4%), y Baja California (47%).
- En 30 entidades federativas hubo una mayor participación de mujeres que de hombres, siendo la mayor diferencia en los estados de Puebla y Oaxaca con un 6.7% para ambas entidades.
- No obstante, en los estados de Baja California y Nuevo León se presentó la menor diferencia en la participación entre ambos sexos, aun así, la mujer votó más que los hombres con 0.4% en ambas entidades.
- Estos registros permiten advertir que la participación de las mujeres en la elección de 2024 fue del 64.3%, 4.6% arriba de la media nacional y 9.5% arriba de la participación de los hombres, aún y cuando éstos últimos representan el 52% del listado nominal de personas electoras.
De los datos hasta aquí apuntados, destacan varias consideraciones. De entrada, que a pesar de que la mujer tiene un proceso histórico de ser discriminada, que hasta el día de hoy no se completa una auténtica igualdad sustantiva, está demostrando estar consciente de la importancia de ejercer su derecho al voto y, con ello, definir el rumbo de esta nación.
También, permitirá el análisis de participación de diversos indicadores de participación que, seguramente le servirán a la autoridad electoral para la adecuada planeación de próximos procesos electorales.
Este tipo de estudios finalmente son fuente importante que fortalece a las instituciones para beneficio de la presencia de la ciudadanía en elecciones, con lo que nuestro sistema político se legitima y fortalece.