En vísperas del primer debate presidencial, el Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de su organización, se declara listo ante este encuentro que ha despertado mucho interés de diversos sectores de la población en virtud de que se trata del primer encuentro cara a cara entre las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República sobre diversos temas de interés nacional.
Este primer debate, que se realizará el 7 de abril, a las 20:00 horas, tiene el objetivo, desde la perspectiva del INE, que la ciudadanía cuente con elementos suficientes para emitir un voto informado y, consecuentemente, razonar su voto y elegir al partido político, coalición, candidata o candidato de su preferencia.
Ahora bien, más allá del debate presidencial existen dudas o cuestionamientos sobre el impacto que pudiera este ejercicio democrático.
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De entrada, Signa Lab, adscrito al Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) entregó al INE, después de aplicar la metodología aprobada por unanimidad por el INE y confirmada también por unanimidad de la Sala Superior del Tribunal Electoral a una base con 24 mil preguntas recolectadas de mexicanas y mexicanos a partir de los 13 años, 108 preguntas que se proporcionaron el miércoles 3 de abril a las personas seleccionadas como moderadoras para que elijan 30 preguntas que resulten más importantes para medir el temple, el conocimiento, las propuestas de las y el candidato a la Presidencia de la República.
Es importante señalar que la y el moderador no seleccionarán preguntas que harán directamente a alguna candidatura, ya que el formato aprobado establece que una pregunta debe ser contestada por todas las candidaturas y otras tres serán seleccionadas de forma aleatoria por cada una de las personas candidatas.
Ahora bien, independientemente del debate, ¿Cuál es la utilidad de un debate? Algunas personas critican sus costos, tanto en términos materiales, logísticos, como del personal involucrado en su realización.
En primer lugar, hay que señalar que su organización está determinada por la ley electoral que obliga al INE a organizar, al menos, dos debates presidenciales. En esta ocasión, al igual que en 2018, se llevarán acabo tres. Por otra parte, con estos ejercicios el INE garantizar el derecho de acceso a la información de las y los ciudadanos.
La realidad de estos ejercicios es que la ciudadanía tenga elementos para ver en cada candidata o cada candidato sus aportaciones, propuestas, alcances y mejoras. Esto le permitirá, de viva voz de cada actor político involucrado, ir construyendo un voto informado, es decir, libre de toda objetivación previamente construida que le permita decidir, con mayor certeza, la opción viable más congruente desde su punto de vista.
Lo que sigue es que la ciudadanía conozca las propuestas presentadas por las diferentes candidaturas, las valore y luego, en plena libertad, determine aquellas que están más ajustadas a la realidad de nuestra emblemática nación y a solventar sus principales problemáticas.
Esta libertad nos permite conocer el registro exacto de la intención del voto; elemento fundamental que construye un sistema democrático basado en dos elementos: el voto activo de la ciudadanía que vota en libertad por el partido político, la coalición, la candidata o candidato que mejor haya ofertado diversos planteamientos que son dignos del voto ciudadano.
Asimismo, este primer debate y los subsecuentes, serán una herramienta fundamental para la ciudadanía para ir conformando un voto informado y razonado, es decir, con determinados conocimientos básicos del quehacer de las personas que aspiran al más importante cargo de elección popular: la Presidencia de la República.
El Debate debe significar la confrontación de ideas, de proyectos de nación, de propuestas de mejora y de solución o de cómo enfrentar las diversas problemáticas o retos que tiene el país.
Lo que esperamos, finalmente, es que, con la realización de estos ejercicios democráticos, la ciudadanía cuente con más y mejor información de las diversas opciones políticas que puedan contribuir a elevar la participación ciudadana y a la emisión de un voto informado el próximo 2 de junio en las más de 170 mil casillas que instalará el INE dentro y fuera de nuestro país. Una alta participación ciudadana en las urnas incide en la consolidación de nuestro sistema democrático como la única vía para que las y los ciudadanos decidan el rumbo que debe tomar nuestro para los próximos años.