La esperanza de acabar con el virus de inmunodeficiencia humana como una amenaza para el planeta para el 2030 aún es posible, sin embargo, uno de los requisitos para poder lograrlo es que se deben proteger los derechos humanos de todas las personas que viven con VIH o corren el riesgo de contraerlo. Ese el llamado que este año, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH y el Sida (Onusida) hace a todos los países a propósito del Día Mundial de Respuesta al VIH a conmemorarse el próximo 1 de diciembre.
Bajo el lema, Sigamos el Camino de los Derechos, el organismo internacional pone énfasis en el cumplimiento de la declaratoria Declaración Política para Poner Fin al VIH/SIDA de 2021, en la que se plantea como necesario que para 2025 menos del 10 por ciento de los países del mundo tengan marcos jurídicos y políticos restrictivos que lleven a denegar o limitar el acceso a los servicios relacionados con el VIH.
Así como que menos del 10 por ciento de las personas que viven con VIH y las poblaciones clave sean víctimas de la estigmatización y la discriminación y menos del 10 por ciento de las mujeres, niñas, personas que viven con VIH y personas de poblaciones clave sean víctimas de desigualdad y violencia de género.
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Para Winnie Byanyima, directora general de Onusida, “las leyes, políticas y prácticas que castigan, discriminan o estigmatizan a las personas impiden el acceso a la prevención, las pruebas, el tratamiento y la atención relacionados con el VIH”. Por lo que, “es urgente eliminar las leyes penales y de otro tipo que vulneran los derechos de las personas y promulgar leyes y enfoques que respeten los derechos de todas las personas afectadas por el VIH y el sida”.
Nuestro país no está exento de esta problemática, pues en el Código Penal Federal, y en 27 códigos penales estatales, está vigente la figura de delito de peligro de contagio, bajo la cual, se puede poner de pretexto la sensación de riesgo, aunque no haya una transmisión de infección, para procesar penalmente a una persona.
Es decir, una persona que sienta que se puso en riesgo su salud, aunque realmente no se haya enfermado o infectado de algo, puede iniciar una demanda contra una persona que tenga una condición de salud específica, por ejemplo, vivir con VIH.
Los avances científicos han mostrado que las personas con VIH que toman sus medicamentos correctamente adquieren la categoría de indetectables, debido a que la presencia del virus en su sangre es mínima. Además de que esa condición de indetectabilidad, también significa que la persona no puede transmitir el virus a otra. Sin embargo, a pesar de esta evidencia científica, publicada en revistas científicas de primer nivel y avalada por la Organización Mundial de la Salud, las y los jueces siguen procesando a personas bajo la figura del delito de peligro de contagio.
En términos epidemiológicos, algunas cifras de Onusida indican que de los 39.9 millones de personas que viven con VIH en el mundo, 9.3 millones aún no tienen acceso a un tratamiento que podría salvarles la vida. El año pasado, 630 mil personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida, y 1.3 millones de personas en todo el mundo contrajeron el VIH por primera vez. En al menos 28 países, el número de nuevas infecciones por VIH va en aumento. Para frenar la trayectoria de la pandemia, es imperativo que todos los que lo necesiten puedan acceder sin miedo a los programas que salvan vidas.
En el caso de México, el reporte del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el sida, que abarca hasta el segundo trimestre de este año, indica que durante los primeros seis meses del año se han registrado nueve mil 502 nuevos casos, para obtener un acumulado de 161 mil 352 registros de 2014 a la fecha, y más de 300 mil de 1983, año en que se diagnosticó por primera vez a una persona con VIH en el país, hasta el día de hoy.
Del conteo de 2014 a la fecha, se observa que 136,163 son casos de hombres y 25 mil 189 de mujeres, la mayoría de ellos, derivados de una transmisión por la vía sexual. Casi la mitad de estos registros son de personas entre los 20 y los 40 años de edad. A pesar del acceso a tratamiento y a servicios de salud, todavía se registran casi cinco mil defunciones asociadas a complicaciones por el virus.
En este espacio, desde hace siete años, se han abordado diversos temas relacionados con el VIH, como la criminalización del VIH, la serofobia, la discriminación por VIH, el trabajo de la sociedad civil y algunas publicaciones relevantes en la materia. Con motivo de la conmemoración, así como parte del trabajo de quien escribe en organizaciones como el Grupo de Estudios sobre Derechos, Géneros y Diversidades A.C. y la Red Mexicana de Organizaciones contra la Criminalización del VIH, nos sumamos a los llamados para que se modifiquen y se eliminen las leyes que impiden el pleno goce de los derechos humanos de las personas con VIH y que obstaculizan las labores de prevención como consecuencia de la construcción de una cultura de miedo alrededor del virus.