El Desarrollo Infantil Temprano (DIT) es un proceso en el que las niñas y los niños aprenden a moverse, pensar, hablar, sentir y relacionarse (ENSANUT, 2017). Garantizar el bienestar y el DIT es esencial para promover los derechos de la infancia y promover oportunidades para proteger a todas las niñas y niños bajo la consigna de no dejar a nadie atrás.
En el marco del Día de la Niñez, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) presentó un estudio sobre el contexto y presupuesto que se le destina al DIT en México, en el que se encontró que el Gobierno Federal destina solamente 0.12% de su presupuesto al DIT. Lo que resulta insuficiente para garantizar un desarrollo adecuado de las infancias, aunado que dichos recursos disminuyeron 4.1% real de 2018 a 2023.
En México, aunque 8 de cada 10 niños y niñas de 3 a 5 años se desarrollan adecuadamente en términos de salud, aprendizaje y bienestar, este nivel se encuentra por debajo de países como Cuba, Uruguay, Argentina y Costa Rica. El ámbito en el que presentaron mayores rezagos fue alfabetización, pues el 75.7% de las infancias tuvo atraso en este ámbito.
La falta de asistencia a la educación temprana es multifactorial: actualmente 8.2 millones de niñas y niños no asisten a programas de educación inicial y preescolar. Duplicar la inversión en el desarrollo infantil podría incrementar el acceso a educación en la primera infancia y al desarrollo de habilidades de alfabetización; principal limitante del DIT. Esta inversión debería enfocarse en programas presupuestarios que brinden educación integral de calidad y que procuren la salud y estimulación de las infancias.
De 2018 a 2023, el gasto público por cada menor de 5 años inscrito en programas de educación aumentó $86 pesos, al pasar de $2,597 a $2,683 pesos. Sin embargo, este resultado no fue resultado de una mayor asignación presupuestal, sino de una caída en la matrícula educativa pública, pues 295 mil 763 niños y niñas quedaron fuera de la escuela durante la pandemia por COVID-19.
El gasto público per cápita en DIT representa sólo una séptima parte del gasto privado per cápita en las primeras infancias que realizan las familias de mayores recursos en el país. Por lo que la baja inversión pública en DIT puede generar mayores desigualdades en el futuro.
Lo anterior se refleja en las diferencias en el desarrollo infantil que existen entre las regiones del país y estrato de ingresos. Las infancias de la región sur tuvieron mayores rezagos en comparación con el centro del país; la región que mostró un mayor desempeño en los niveles de desarrollo infantil. Por su parte, los niveles de desarrollo infantil fueron superiores en los estratos de mayores ingresos.
La falta de priorización de la educación en los primeros años de vida limitará los retornos de las inversiones en etapas posteriores y que la educación garantice igualdad de oportunidades principalmente para los hogares más pobres. Por ello, invertir en el desarrollo de la primera infancia es esencial para que más niñas, niños y comunidades prosperen. La niñez tiene que dejar de ser el colectivo más vulnerable y olvidado en términos presupuestarios.
* Alejandra Llanos Guerrero | Coordinadora de educación y finanzas públicas. Licenciada en Economía por la Universidad de Guanajuato. Realizó sus prácticas profesionales en el Banco Interamericano de Desarrollo, sede Washington DC, donde mejoró sus habilidades de investigación económica y manejo de bases de datos. A lo largo de la licenciatura fue asistente de investigación, impartió los laboratorios de Econometría y fue finalista del Reto Banxico 2018. Entre sus principales intereses se encuentran los temas de desigualdad desde una perspectiva de derechos. Actualmente colabora en el CIEP como coordinadora del área de educación y finanzas públicas. Trabaja para que todas las niñas y niños de México tengan acceso a una educación de calidad.
** Tania Beltrán Castillo | Investigadora. Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en la Universidad de Toulouse II-Le Mirail (Francia). Durante la licenciatura formó parte del Equipo de Debate de la Facultad de Economía y fue ayudante de profesor SNI III para la clase de Investigación y Análisis Económico en la misma Facultad. Ha colaborado en el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED-UNAM) en investigaciones en temas de desigualdad, desarrollo económico y género. Obtuvo el primer lugar en el concurso de ensayos La Economía Mexicana a Debate en su segunda edición. Actualmente colabora en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria en temas de Economía de los Cuidados. Considera que para alcanzar el desarrollo es necesario poner en el debate los temas de género y cuidados.