SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

El embate a la Corte

Me sumo al despertar ciudadano que tomó las calles para alzar en unidad la voz por la democracia y la libertad: ¡La Corte no se toca! | Tania Larios

Escrito en OPINIÓN el

No hay libertad sin división de poderes. Esta afirmación tiene su origen en “El espíritu de las leyes”, libro escrito hace 275 años por Montesquieu, y que a pesar del tiempo transcurrido sigue vigente, principalmente en los países que se jactan de ser democráticos. 

Como tal, el sistema político mexicano se basa en la división de poderes, con esto se ha asegurado que existan pesos y contrapesos que eviten, principalmente la concentración de poder. Por décadas ha sido así y los llamados Poderes de la Unión habían coexistido en respeto y autonomía. 

Hasta este sexenio, si bien el presidente no mintió cuando aseguró que traería una “transformación” lo que no nos dijo es que, la mal llamada “cuarta transformación” se basaría en la tiranía de un solo hombre, que ve al Congreso de la Unión como una oficialía de partes y a la Constitución como manual, más que como la ley que debe regir su actuar. 

Frente a este escenario, si bien la oposición desde el Congreso ha ganado grandes batallas, y ha logrado frenar algunas ocurrencias como la reforma eléctrica o la electoral, otras más fueron detenidas en el Poder Judicial, con el voto valiente de ministras y ministros que hacen valer la Constitución. 

La Corte en México se ha convertido en un símbolo ya no sólo de justicia, sino de esperanza en el porvenir, de la garantía de democracia y de libertad, más aún con la llegada de la ministra Norma Piña a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una jueza de carrera, cuya lealtad está con la Constitución y la ley. 

Se ha frenado, una parte del oscuro “Plan B” el cual busca dañar nuestra democracia electoral, se ha puesto un alto a la opacidad en las mega obras “prioritarias” del presidente como el Tren Maya y a la transferencia de la Guardia Nacional a SEDENA. 

Las y los ciudadanos hemos observado con claridad, que podemos tener confianza en la Corte, a pesar de que siguen los intentos por controlar el pleno de la SCJN, el presidente se topó con su talón de Aquiles, grandes mexicanas y mexicanos que tienen como bandera la defensa nuestra Carta Magna sobre la cual se cimientan las leyes, el Estado de derecho y la División de Poderes. 

Apenas el domingo miles de ciudadanos expresaron su apoyo a la SCJN y en especial a la ministra presidenta Norma Piña quien representa, al igual que el presidente a un Poder de la Unión, esto en una marcha convocada desde la sociedad como respuesta al desprecio a la Constitución y a los incesantes ataques del Ejecutivo. 

La intimidación y la violencia están a la orden del día, la semana pasada, comandados por el gobernador de Veracruz, pero iracundos por la irresponsabilidad del inquilino de Palacio Nacional, un grupo de personas se instaló a las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para hacer reclamos por las últimas sentencias, un derecho, claro, sin embargo, la gravedad está en la apología a la violencia que se hizo, ¡llegaron simulando cajas fúnebres!

Esto es gravísimo, en un país cuyas heridas por la violencia no acaban de cerrar, cuando ya hay nuevas, en el México en el que se asesinan a 11 mujeres al día, que se amenace de esa forma a la presidenta de un Poder de la Unión, a la presidenta de la Corte, sólo nos confirma que la violencia es también una herramienta del presidente. 

Hace algunos días celebrábamos la aprobación de la Ley 3 de 3 contra la violencia, que evitará que deudores alimentarios y abusadores lleguen al poder, pero ¿qué hacemos con los violentadores que desde el poder hoy atacan a la ministra presidenta Norma Piña

Hombres y mujeres, algunas feministas selectivas que por un lado festejan que se rompan techos de cristal y que por otro callan, omiten o se unen al agravio contra la mujer que hoy representa a la Corte

Es tiempo de la Constitución, del Estado de derecho, de las leyes, de la ciudadanía y es tiempo de las mujeres, que se sepa, que se escuche, que si tocan a una respondemos todas, desde aquí le digo a la ministra presidenta Norma Piña ¡No estás sola! 

Y me sumo al despertar ciudadano que tomó las calles para alzar en unidad la voz por la democracia y la libertad: ¡La Corte no se toca