8M

México en el #8M2023

Debemos defender nuestro derecho a no sentir miedo. | Ivonne Ortega

#OpiniónLSR.
Escrito en OPINIÓN el

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante 2022 se registraron 948 feminicidios, un promedio de 80 por mes. Enero de 2023 tuvo un saldo de 72 feminicidios, y el gobierno federal subrayó que esto significa una baja del 28.8% respecto al mismo mes del año previo.

Pero no hay nada que festejar. Nos siguen matando.

Un dato escalofriante es la recurrencia de agresiones contra mujeres en nuestro país. Si sumamos las muertes por feminicidios, homicidios dolosos y homicidios culposos durante 2022, tenemos un triste total de 7 mil 646.

7 mil 646 mujeres que hacen falta, que se les echa de menos en hogares, que dejaron familias y que siguen siendo un reclamo implacable al gobierno y a la sociedad machista que se resiste aún a dejar sus comportamientos violentos hacia nosotras.

Si echamos un vistazo a los registros de llamadas de emergencia al 911 relacionadas con incidentes de violencia contra mujeres de 2016 a 2022, vemos también un panorama alarmante: de 92,604 llamadas registradas en 2016, llegaron a 339,451 en 2022.

En seis años, las llamadas de emergencia de mujeres violentadas se incrementaron un 267%.

Las raíces del odio de género son profundas y vienen de décadas de formación machista, a menudo acompañadas de ignorancia, pero hasta en ámbitos académicos las violencias de género florecen y las mexicanas vivimos acosadas y en riesgo cada día.

Sigo insistiendo en la importancia de educar cada una a nuestros hijos en el respeto y la tolerancia, en el conocimiento de que nuestras diferencias no son motivo de violencia sino de entendimiento. Sigo pensando que la educación es la base sobre la que podemos construir un México donde podamos vivir seguras, libres y sin miedo.

A esta tarea fundamental deben coincidir sociedad y gobiernos, sin estar mirando ideologías políticas sino únicamente el bienestar y la salud social de una Nación que no está para más machismos, por micro que fueran.

Y también está el trabajo de combatir las violencias. De perseguir a violentadores y llevarlos tras las rejas, garantizar la reparación del daño cuando sea posible, y que la ley sancione con todo rigor a quien agreda a una mujer.

Vivimos en un país en que una mujer es asesinada cada dos horas y 20 minutos, pero cuando hay una denuncia 9 de cada 10 casos no son resueltos. Esto no puede seguir.

Se han realizado esfuerzos para actualizar legislaciones, para obligar a las fiscalías y ministerios públicos a actuar con perspectiva de género, a dotar a las agencias investigadoras de personal especializado, de intérpretes, de especialistas en el tratamiento psicológico de las violencias

Pero incluso en las oficinas que debieran garantizar estos derechos, con demasiada frecuencia los transgreden y vulneran a las mujeres que deberían proteger. Esos son los casos que más agravian porque se trata de violencias institucionales que revictimizan a quienes acuden a denunciar.

Así México en el #8M2023.

Por eso hay que entender a las que marchan, solidarizarnos con ellas y su sufrimiento, sentir en nuestra carne y nuestro corazón el dolor de vivir en este país donde la violencia contra nosotras es el pan nuestro de cada día.

Y también marchar, y también gritar. Y actuar, desde el hogar hasta la academia, desde el trabajo hasta el gobierno, allá donde esté una mujer en México debemos defender nuestro derecho a no sentir miedo, a la alegría de vivir sin temor a agresiones, a una vida sin acoso y sin discriminaciones.