DEMOCRACIA

Llenar el Zócalo

No es lo mismo la voluntad, que el servilismo. | Julio Castillo

Créditos: Erika Flores
Escrito en OPINIÓN el

El presidente de la República tiene un concepto (anacrónico y absurdo) de que las movilizaciones y la capacidad de congregar personas son sinónimo de fuerza política y de aprobación popular. Hace unos días, después de que faltó Zócalo para la cantidad de personas que fueron a manifestarse en contra del “plan B” que plantea acabar con la democracia, López Obrador se sintió intimidado y cual niño dijo, haré una más grande el 18 de marzo, pero es muy distinto congregar desde el poder y lo sabe bien. Algunos comentarios al respecto:

Hace unos meses, después de la marcha para rechazar lo que podríamos definir como el “plan A” para acabar con la democracia hizo lo mismo y efectivamente congregó a miles de personas en el Zócalo, sin embargo, no sé si por error, por cinismo o por soberbia, dijo que se habían acabado los camiones de todo el país para llevar gente a su concentración… se documentó en varios medios de comunicación las filas eternas de camiones estacionados comprobando que fue uno de los acarreos más grandes de la historia… en fin, el chiste se cuenta solo.

Después dijo que los que marcharon en pro de la democracia eran pocos y que no valía si no llenaban el Zócalo y como ya se sabe y se dijo en el presente texto hace unas semanas no sólo se llenó, todas las calles cercanas se llenaron y aunque vi pocos camiones, vi muchos estacionamientos llenos, quizás todos los cercanos.

AMLO presume que ha llenado 60 veces el Zócalo y fuera de que es una cifra que parece más metáfora que dato duro, nadie puede negar que lo llenó como opositor muchas veces, pero como gobernante siempre se apoyado de la estructura y del presupuesto del gobierno… esto quiere decir que se convirtió en lo que tanto criticó y lejos de ser un presidente que congregue masas, es un presidente que acarrea beneficiarios.

Ahora, para el 18 de marzo, ni siquiera hay una razón para congregar gente, su único motivante es que la oposición llenó el Zócalo y su ego quedó herido. La cuenta oficial de Morena en redes sociales dice, entre otras generalidades, que es para defender la democracia… ahí es cuando la mentira se vuelve cínica porque los que defienden la democracia ya fuimos al Zócalo, quienes la quieren acabar apenas irán… y si en realidad creen que se necesita una reforma para acabar con el fraude, pues el gobierno de López Obrador llegó con un fraude.

Por otro lado, cuando una movilización no tiene un fin claro, es simplemente un ejercicio de vanidad política. Incluso cuando alguien va a un concierto masivo, lo hace por un interés propio, en el caso del 18 de marzo nadie irá por un fin propio, el único objetivo es que el presidente López Obrador se sienta cobijado y lo será; será cobijado por los miles de millones de pesos que ha regalado, por los cientos de millones que costará llevar a la gente al Zócalo y por sus corcholatas, que seguramente intentarán demostrar su “arrastre” público, a la par de que le hacen la barba al líder que será quien diga quién será el candidato.

En fin, no es lo mismo llenar el Zócalo con libertad que llenarlo de acarreados; no es lo mismo la voluntad, que el servilismo.