8M Y SUS PANCARTAS

La marcha y la singularidad de las pancartas

Este 8 de marzo, en las calles las “morras” y su alegría, su creatividad, sus denuncias. | María Teresa Priego

Escrito en OPINIÓN el

Para Marta Acevedo, amorísima.

Y volcana.

“Somos volcanes creciendo nuevos mapas”. Decenas de miles de volcanas inventando el futuro. Las batucadas irrumpen en las calles a lo largo y a lo ancho de un México en el que el movimiento feminista avanza con una convicción imparable. Es 8 de marzo. Las “morras” y su alegría, su creatividad, sus denuncias. En las faldas de la Victoria alada el mujere-río se reúne. Marea violeta y pañuelos verdes. “Nos dijeron que no saliéramos solas por las calles, entonces, vamos todas”. La cartografía de los derechos, los anhelos, los dolores, las esperanzas, las rabias, las ternuras y las amoras se va dibujando en consignas y en pancartas. La Ángela de la Independencia despliega sus alas orgullosa. Es su día preferido. “No soy la musa, yo soy la artista”. ¿Me lo estaré imaginando o sí lo dijo? Levanta el puño. La batucada vibra. “Déjeme quieta. Déjeme sana”. “A palabras machistas oídos violetas”. La inolvidable frase de la feminista afroamericana Audre Lorde en las camisetas moradas: “El silencio no te protege”. 

El silencio, ese milenario hoyo negro y una frase que se ha convertido en un clásico porque el silencio encubre a los agresores y nunca ha protegido a las víctimas. Pero pensábamos que sí. No quedaba de otra. ¿Quién se atreve a hablar cuando está tan sola?  “Tengo cosas tatuadas sin tinta”. “Rompo el silencio, tejo dignidad, exijo justicia”, “Nunca callada, nunca sometida, declarando la guerra al sistema feminicida”. Las pancartas se convierten en verdaderas micro-narrativas: “Mi agresor trataba bien a la gente, pero a mí me hacía pedazos”, “Le quité la comodidad de mi silencio y ahora está tras las rejas”, “No soy libre mientras otras sean prisioneras aunque sus cadenas sean distintas a las mías”, “Mi agresor siguió como si nada hubiera pasado mientras yo intentaba sobrevivir”, “En México caras vemos, tíos, primos, hermanos, papás violadores no sabemos”, “Chicas, piénsenlo, ¿los hombres van a salvar al mundo? No lo creo, no lo creo”, “Sal de tu burbuja de privilegio y ve lo que está pasando”, “Todas tenemos una historia por la cual marchamos”, “Que lo más revolucionario y desafiante que hagamos sea vivir como mujeres”. “Los violadores existieron antes que las minifaldas”, “No te veas al espejo con ojos de hombre”.

La mayoría son mujeres muy jóvenes. Aprenden juntas, descubren, arriesgan y nos enseñan. Las redes sociales son ese megáfono que atraviesa las ciudades y las fronteras. Como cada año desde que las bellezas de la ola toman las calles, las amigas suspiramos y nos decimos: “¿recuerdas cuando éramos cien?” Y cuánta alegría nos provoca esa transformación. Cuánta celebración: “¡y siempre las mismas!” “Y nos citábamos por el teléfono fijo”. La sororidad es ya una experiencia masiva que comparten con jóvenes de la entera munda. “Somos la revolución”. “Soy un incendio que ya nada va a apagar”, “Somos noticia, seremos historia”, “Lucha aunque no te falte nada porque a algunas les falta todo”, “Hagamos ruido”. “Esta es tu manada”. Las imagino imaginando. ¿Qué escribir y cómo? ¿con imágenes? ¿cuáles? La individualización de las pancartas es más notoria año con año. “El techo de cristal se rompe en comunidad”, “El feminismo me dio luz. Comprensión, voz y libertad”. Una pancarta dice: “Amiga, ¿llegaste? Amiga...,” Así está escrita y es terrible. Todas entendemos muy bien a qué se refiere. 

Las ya clásicas por entrañables: “No somos histéricas somos históricas”, “Soy la oveja feminista de mi familia”, “¿Qué cosecha un país que siembra cuerpos?”, “Queremos ser libres, valientes ya somos”, “Amiga yo te creo”, “Así se pelea como niña”, “Pelea como morra”, “Nos enseñaron a ser rivales, pero decidimos ser aliadas”, “Somos malas, podemos ser peores”, “Nuestra primera arma contra el patriarcado es el amor entre mujeres”, “Desde el patriarcado el mundo se va a acabar, desde el feminismo se va a transformar”, “No es un caso aislado, es el patriarcado”, “Rebelión consciente, se une al contingente”, “La maternidad será deseada o no será”, “Fuera aborto del código penal”, “MI cuerpo es mi casa y en mi casa mando yo”, “A mí no me cuida la policía, me cuidan mis amigas”, “La periferia resiste”, “Fuimos todas”, “El feminismo es prieto”, “Machete al machote”, “Que nuestros gritos de lucha no los dejen dormir”, “Ahora la historia la escribimos nosotras”. “Tiemblen machos somos manada”.

“Mamá, tranquila, hoy no voy sola por la calle”. “Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”. La tan célebre frase de la escritora feminista Mary Wollstonecraft en cantidad de pancartas: “No queremos poder sobre los hombres sino sobre nosotras mismas”. “No habrá murallas tan altas que las mujeres organizadas no puedan derrumbar”, “A mí también me gustan las morritas y no las acoso”, “El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas”, “Libres, poderosas y sin miedo”, “No son monstruos, son hijos sanos del patriarcado”, “Somos el clamor de las que ya no están”. “Quisieron enterrarnos sin saber que somos semilla”, “Ni de la iglesia, ni del Estado, ni del marido, ni del patrón”, “Las mujeres no se complementan con un hombre, somos completas desde que nacemos”, “Haz ciencia como niña”, “Te quieren bonita, tú quiérete poderosa”.

“Nos quieren sacar los ojos porque ya los abrimos”, Una muchacha muy joven avanza con su cartel en alto y su carita triste: “Ale Negrete. Nos falta mi mamá”. Su mamá fue asesinada en su lugar de trabajo en la colonia Narvarte. 11 niñas, adolescentes y mujeres asesinadas cada día. Las que nos faltan están en el centro de la marcha: sus nombres, sus fotos. Sus familias, sus amigas/os exigen justicia y cumplen el ritual de la memoria. “Justicia para Agostina Jalabert”, “No estamos todas, nos falta Eunice”, “Nos falta Monserrat”. Don Luis Castillo está de nuevo presente con su cuerpo cubierto por la foto de su hija desaparecida en Ciudad Juárez hace 13 años (cuando tenía 14): “Esmeralda Castillo Rincón. No me olviden, falto yo”, “¿Dónde están?”, “Fue feminicidio”, “Quisiera vivir, no sobrevivir”, “Harta de venir por 11 morras diarias”, “Marcho porque estoy viva y no sé hasta cuándo”, “¿Por qué algo tan simple como volver a casa es un privilegio?”, “Hoy grito porque Leyla ya no puede”, “Que ser mujer no nos quite la vida”, “Quiero que mi mamá me ayude a buscar mi vestido de graduación, no que la ayuden a buscar mi cuerpo”. “No era paz, era silencio”.

”La hermana asesinada de la escritora Cristina Rivera Garza está presente: “Liliana, tu verano es invencible”. Qué libro extraordinario el que Cristina escribió para ella/con ella: “El invencible verano de Liliana”. “Por las que salieron a estudiar y no volvieron para graduarse”, ªEstás de suerte, estás viva”, “¿Cuándo me toca?”, “Las vidas no son negociables”, “Merezco vivir/merezco decidir”, “Quiero morir de vieja, no por ser ‘vieja’”, “Seríamos más, pero de la fosa no se vuelve”, “Se la debemos a las que no volvieron”, “¿A qué mujer de tu familia tendrían que matar para que te importe?”, “Por un futuro sin: ‘avísame cuando llegues bien’”, “Te espantas porque luchan y no porque las asesinan”, “Te molesta más el feminismo que el feminicidio” ,“Harta de avisar que llegué viva”, “Si me matan, no dejes sola a mi hija”, “Quien ama no mata, no humilla, no maltrata”, “Que nuestra menstruación sea la única sangre que derramemos”, “Solo queremos que nos dejen de matar”, “Hoy estoy aquí porque pude correr más rápido que él”, “Aquí está ese corazón de las que se llevaron”, “Le quiero dar a mi mamá un título, no una foto de “se busca’”, “Este es un país tan pobre que se grita más un gol que un feminicidio”. 

La violencia. El acoso, el abuso sexual, la violación. La valientísima y ya constante irrupción de la primera persona: “Yo marcho porque no conozco a una sola mujer que no haya sido acosada”, “Grito hoy por mi niña interior muerta de susto ‘¡Ee día!”. Y ésta pancarta que circuló muchas veces en distintas versiones:Grito por mi yo chiquito que no supo cómo defenderse”.“Mi cuerpo no quiere tu opinión”, “Mi cuerpa no es para tu consumo”, “Nadie pidió tu piropo”, “Mi cuerpo no pide que te masturbes mientras voy en el transporte”, “¿Cuándo creíste que mi cuerpo te pertenecía?”,“La primera vez me pasó a los 6, la segunda a los 15, luego a los 20. ¿Qué se necesita para que veas?” “Yo nací desnuda el pervertido eres tú”, “No soy tu mamacita”, “4320 mexicanos violarán hoy”, “Si hay violencia no es amor”, “Hoy lucho porque mi historia no se repita con otra niña”, “Ninguna mujer se viste para ser violada”, “Marcho porque cuando me abusaron sentí culpa”, “A mis niñas no las vas a tocar”, “De todas las niñas que han sido violadas soy parte de ellas”.

“Dile a tu hijo que no viole, no a tu hija que tenga miedo”, “Prefiero ser violenta que ser violada”, “La iglesia protege a los violadores”, “Mucho ‘cierren las piernas’, poco ‘guarden las vergas’”, “Los novios también violan”, “¿Yo voy vestida como ‘puta’ o tú estás pensando como violador?”, “Les crees cuando te dicen que ella es puta, pero pides pruebas cuando te dicen que él es un violador”, “Hombres necios que acusáis, abusáis y violáis a la mujer sin razón”. El año pasado leí estas frases por primera vez en una pancarta: “Quiero que los secretos familiares dejen de encubrir abusadores”, ahora la vi pasar por lo menos una veintena de veces. La denuncia de la violencia intra-familiar y del abuso sexual incestuoso: “Mi familia me llama ‘zorra’ por mi ropa, pero jamás llamó ‘violador’ al abuelo por lo que me hizo”, “Fui la niña de 11 años que tocó un familiar”, “Oye primo, a la prima no se le arrima, se le respeta”, “Muchas salimos porque ‘en casita’ no estamos seguras”. “Sobreviviste a tu infancia, hiciste lo que tenías que hacer”, “¿Neta les molesta más una feminista en la familia que un machito?”, “La familia también violenta”, “Papá, ¿por qué mis hermanos hombres no sufren violencia económica y yo sí?”

Estamos detenidas en una esquina. “Abandona a tu Diego Rivera”. En mi mismo cuadernito de tapas rojas del año pasado escribo a la velocidad del rayo. No quiero perderme ni una frase para contárselas a ustedes y a mi amiga Marta Acevedo, la súper pionera del feminismo mexicano que hoy no pudo venir, pero que disfruta como nadie la rebelión de las jóvenes, sus incendios y sus palabras. Toda la marcha pienso en ella. En su generosidad. En su sentido del humor. En su inteligencia. En esa alegría suya cuando abre grandes sus ojos para contarnos algo. “La alegría como acto subversivo”, eso seguro lo cree y le va a gustar. Vamos a disfrutar juntas de las frases juguetonas: “Viva la vulva”, “Esta gorda te tumba el patriarcado”, “Con este culazo aplasto al patriarcado”, “Mi posición sexual favorita es yo arriba y abajo el patriarcado”, “Las mujer no lloran, las mujeres facturan”, “Es un hermoso día para destruir al patriarcado”, “Yo decido cómo me visto y con quién me desvisto”, “Nuestra lucha es tan urgente que hasta las introvertidas están acá”, “Arriba las gorditas de chicharrón y abajo el patriarcado”. 

Leemos la a dolorosa ironía: “Todos tenemos una amiga que sufrió abuso, pero nadie tiene un amigo abusador”, “Si te acosan, prende un porro, así sí viene la policía”, “Wey, ¡ya!”. Nos educaban para competir entre nosotras. Es verdad. Sobre todo por las miradas masculinas. Por esa aprobación de los hombres que se valoraba y aún ahora suele valorarse tanto más que la nuestra. Las jóvenes lo saben, lo escudriñan, lo rechazan: “Nos hicieron creer que somos rivales pero juntas somos invencibles”, “Mis amigas son revolución”, “No te rindas y arde fuerte que eres fuego”, “La sororidad importa”, “Viva la ternura radical”, “Hermana aquí estaremos cuando estés lista”. “Feminismo compañera: amor y ternura radical”, “La mejor aliada de una mujer es otra mujer”, “Mi hermana me cuida desde el cielo, y yo cuidaré a todas en la tierra”. 

“Las mujeres trans no nos han borrado, ellas son nuestras compañeras”, “Bonitas, prietas y antifascistas”, “Feministas blancas, dejen de hablar por nosotras”, “Lo único que quiero es educación”/Malala”, “No sentir rabia es un privilegio”, “Si tú eres una mujer fuerte, no necesitas permiso”, “Hundirse es hacerse profunda”, “Que el privilegio no te ciegue la empatía”, “Defensa de las mujeres en situación de calle”, “Juntas somos resistencia”

“Nuestros latidos hoy se conectan”, “México no solo duele, mata”, “Es una marcha ¿Por qué tanto policía?”, “Me piden denunciar pero el soborno lo va a liberar”, “De mi cuenta corre que mi hijo te respete”,  “Las mujeres somos resistencia para enfrentar, TRANS-formar la realidad”.

“Somos el humo, somos el fuego”, “La maestra marchando, también está enseñando”,“Mujer luchadora, no mujer víctima”, “Mujeres trabajando contra la brecha salarial de género y la precariedad materia”. 

“Salí de casa para apoyar a mis hijas”, “No hay nada como una mujer enojada”, “Con voz más fuerte que nunca”, “Vamos a florecer y no a desaparecer”, “La lucha empieza esa es la misión”, “Mujer cuestiónalo todo”, “No me voy a callar porque estoy hasta la madre”, “Ni oprimida ni opresora, mi cuerpo es mío”, “Abuelita, vine a gritar lo que te hicieron callar”, “¿Por qué callar si nos están gritando”, “Si miraras con nuestros ojos gritarías igual”, “Soy la nieta de la que me dijo: ‘ni un paso atrás’”. Una pancarta con la imagen de una niñita: “No mereces ser sexualizada”, “Me visto como yo quiero”, “Por mi abuela, por mi mamá, por mis tías, por mis primas, por todas”,  “¿Cuántas marchas más para que les importemos”, “Que la danza sea nuestra voz para exigir dignidad para todas las mujeres”. “Feminismo interseccional, rompe el pacto patrarcal”, “La ideología machista le dio orden a mi alma feminista”, No me puedes quitar las partes que te faltan”,

La toma recurrente de la voz propia y la primera persona: “No soy histérica ni estoy menstruando, grito porque nos están asesinando”. La relación con el miedo a partir de la descubierta de la fuerza colectiva y una bella cita de Nina Simone: “Te diré qué es la libertad, para mí es la ausencia de miedo”. “El miedo ya cambió de bando”, “Me gustaría que la libertad y la alegría y no el pinche miedo guíen nuestros pasos”, “Nada asusta más a un machista que una mujer sin miedo”, “Soy parte de la generación de mujeres que ya no tiene miedo”, “Libres, poderosas y sin miedo”, “El miedo ya no me paraliza”, “El miedo se convierte en rabia”, “Por un futuro donde mi sobrina nunca tenga miedo”. “Nos quieren como musas porque nos temen como artistas”, “Sistema extractivo y colonial”, “Mujeres diferentes en un país diferente, ”“Exorcizar al patriarcado”, “La solución no es marginarse, sino joderlo todo”, “Solo pido paz”. “La gordofobia también es violencia patriarcal”, “Mujeres diferentes en un país indiferente”, “Lucho por tener un parto sin violencia”, “Mamá: sí vamos a cambiar al mundo”, 

“Madres por decisión, no a la imposición”, “¿Feliz día? Feliz el día que no nos falte ninguna”

“Ninguna mujer debe correr peligro”, Por las mujeres de ciencia que la historia olvidó, pero nosotras no. Nunca más sin nosotras”, “Sin título no me veo más bonita”, “No soy una princesa, soy una guerrera”. Un letrero que dice “Bacardi” y luego: “Lo que a ustedes los justifica a nosotras nos culpa”, “Que las niñas mañana puedan ser lo que quieran”, “Yo nací para ser perra, pero no quiero llevar bozal”, “Me quieren flaca, yo me quiero libre”.

El amor a los seres sintientes y las pancartas anti- especistas: “Ver cuerpos como objetos de consumo es especista y patriarcal”, “Ni semillas modificadas, ni animales maltratados, ni mujeres abusadas”, “Ni mujeres ni animales son objetos patriarcales”, “Menos machos y más michis”, “Ellos no tienen 7 vidas, nosotras tampoco”, “Si no vuelvo abraza a mi perro”, “Los únicos machos en los que confío son mis gatos”. Los avatares del ahora tan cuestionado (y con tanta razón) “amor romántico”. Las promesas pagadas tan caras. Por ingenuidad, por confusión. Por la fuerza de los mandatos culturales: “Me costó dejar a mi agresor y sigo viva, marcho por las que no pudieron”, “No quiero tus flores, quiero tu respeto”,

“Queremos derechos, no flores”, “Tu abuso venía disfrazado de amor”, “Ella te amaba y creyó en ti”, “El anillo de compromiso era un grillete”, “¿Amor? ¿amor? Fue una puta violación”, “Confundí el maltrato con amor”, “Si te pega no te quiere”, “Eso que llaman ‘amor’ es trabajo no pagado”. “Por si me besa/por si me abraza/ por si me mata”.