ELECCIONES EN ECUADOR

El regreso de Correa

Guillermo Lasso debe entender que sus primeros dos años fueron un fracaso rotundo, que como hizo las cosas no funcionó, y que tiene que hacer cambios de fondo. | Francisco Santos

Escrito en OPINIÓN el

Qué paliza se llevó el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en las elecciones del pasado domingo. Las razones de lo sucedido son múltiples, y las trataré de explicar, pero el resultado tiene un solo ganador: el condenado expresidente Rafael Correa.

La primera razón es la situación económica que tanto su predecesor Lenin Moreno como Lasso tuvieron que afrontar. Correa dejó un país quebrado, empeñado a los chinos con algunas obras de infraestructura que se están cayendo a pedazos como la hidroeléctrica Coda Codo Sinclair que iba a costar 900 millones de dólares, acabó costando 3.3 mil millones y su cuarto de turbinas tiene 8 mil fracturas, 54 de las cuales son imposibles de arreglar.

Esta quiebra fiscal y de deuda, no olvidemos que los chinos cobran hasta el último centavo, los llevó a acudir al FMI. Y la verdad Lasso logró recortar el déficit del 7 por ciento del PIB al 2, pero el apretón no lo supo manejar, no lo supo explicar y los cerca de 4.8 mil millones que el FMI le dio no los distribuyó como tocaba. No tuvo ni el olfato político, ni la asesoría política para entender los que vivía el ciudadano ecuatoriano y ahora el país le pasa cuenta de cobro. Lasso el banquero gobernó como banquero, no se dejó ayudar y ahí están los resultados.

Algo parecido le sucedió al expresidente argentino Mauricio Macri. Recibió de Cristina Kirchner un país quebrado, y siendo un gran político se demoró en tomar decisiones y en mejorar la situación. La crisis económica lo derrotó en las siguientes elecciones. Lasso no aprendió nada de este ejemplo.

El otro derrotado es Jaime Nebot la gran fuerza política de Guayaquil, ciudad que transformó y su partido, el Social Cristiano, gobernó durante 31 años. Pero las razones son otras. Falta de renovación política en el partido además de las pugnas internas que allí se dieron. Muchos de los cuadros de su partido nunca se identificaron con la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri. Líderes importantísimos se fueron y le resquebrajaron el voto. Un ejemplo: un candidato a la alcaldía de Guayaquil que era del partido de Nebot, Pedro Pablo Duart, obtuvo un 15 por ciento de la votación.

Dos lecciones hay para la derecha en estos casos. Primero ir unidos. En Quito ganó el candidato de Correa con un 25 por ciento de los votos. La división le abrió el camino. En Colombia las alcaldías de Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla deben tener un solo candidato de centro o de centro derecha. Crear las condiciones para seleccionar un candidato es indispensable. Ya.

La otra gran derrota, más peligrosa aún, en esas elecciones fue la del referendo. A la pregunta de si autorizaban extraditar narcotraficantes y corruptos, los ecuatorianos votaron no. Que tanto hubo influencia de los narcos (hoy un poder inmenso en ese país) en ese voto aún no lo sabemos. Pero se sabrá y la verdad además del voto de rechazo a Lasso que ayudó de gran manera a ese NO lo cierto es que hoy Ecuador junto a Venezuela se va a convertir en paraíso de narcos. Sin extradición, sin sanciones y con una economía dolarizada, Ecuador ahora es el sueño de Pablo Escobar.  

En Ecuador se siente la violencia que el narcotráfico trae. Ya hay zonas donde no llega la autoridad y son de control absoluto de los narcos. Esmeraldas, el sur de Guayaquil, el noroeste de Guayaquil y gran parte de Durán están en manos de ellos. A lo largo y ancho de la costa ecuatoriana se siente la presencia de los narcos pues por ahí sale la coca. Todo esto con ese voto, incluyendo la violencia se va a empeorar. Vienen tiempos terribles para Ecuador.

Y finalmente Correa ganó la elección en una institución que él mismo creó para controlar todo el aparato del Estado, los otros poderes: el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Un instrumento vital que nombra Fiscal, Contralor, Superintendencias y más de 70 de los funcionarios de primera línea del Estado. El referendo lo quería acabar al dejarlo sin nombramientos y los ecuatorianos dijeron no. Y si bien no tiene mayoría Correa, la institución sobrevive y es un instrumento que puede utilizar.

Ojalá Lasso, que tiene grandes reservas monetarias, entienda que debe usarlas para armar una policía que pueda combatir a los narcos y de paso darle seguridad a una ciudadanía que hoy sufre una violencia nunca vista en ese país. Hoy la pobreza de su aparato de seguridad es lamentable. Lasso debe entender que la lucha para que Ecuador no sea un narco estado apenas comienza y que para ser efectivo se deje ayudar y deje de lado esa manera de gobernar “ineficiente y pedante” como la llama su asesor en la campaña del 2021, Jaime Durán Barba.

Pero no todo está perdido. Correa tiene un 25 por ciento duro de apoyo. Pero tiene un pasado que lo persigue. Ya ayer mismo por twitter dijo que Lasso no debe terminar su período. Y le va hacer la guerra con todo. Para tumbarlo pues Correa sabe que solo en el caos él tiene opción de sobrevivir políticamente.

En este escenario a Lasso le quedan dos años para voltear la marea. Debe “gobernar, gobernar, gobernar y no solo fijarse en la macroeconomía”, me dice una amiga política ecuatoriana. “Dejar de lado su soberbia y buscar aliados”, me dice otro amigo periodista. “Correa dejó el poder una vez, pero dos ya no”, me dice otro conocedor de la política ecuatoriana. Lasso debe entender que lo que está en juego es el futuro de la democracia en su país.

Aliados hay muchos. Empezando por Nebot y Lenin Moreno si Lasso se deja ayudar. Además hay una  infinidad de líderes y candidatos que sacaron la cara y buenas votaciones en las elecciones del pasado domingo. Hay exgobernadores y funcionarios del gobierno anterior, empresarios, líderes sociales y a todos los debe recoger. En ese 75 por ciento de ciudadanos que no están con Correa hay una gran coalición que se necesita construir en estos dos años. 

Pero Guillermo Lasso debe entender que sus primeros dos años fueron un fracaso rotundo. Que como hizo las cosas no funcionó. Y que tiene que hacer cambios de fondo. ¿Será que si lo hace? El ego de los políticos es tan grande, pero el futuro de Ecuador está en juego. Ojalá lo haga.