JUSTICIA

La indignación de la 4T

La presidente de la SCJN defendió el respeto a la Constitución y a la división de poderes. | Agustín Castilla

#OpiniónLSR.
Escrito en OPINIÓN el

El oficialismo reaccionó con gran indignación ante el supuesto incumplimiento al protocolo en la ceremonia por el aniversario de la Constitución y, a partir de un tweet del vocero presidencial, cual si fuera una señal de arranque se desató una andanada de críticas principalmente en contra de la ministra presidenta de la SCJN utilizando una redacción casi idéntica en la gran mayoría de los mensajes. También se sumaron personajes como el inefable secretario de Gobernación -que se empeña en dinamitar los puentes de comunicación con todos los actores políticos y sociales no alineados a la 4T-, o el presidente del Senado quien calificó como arrogante su discurso sin reparar en que también lo relegaron como representante del Senado.

Si hacemos un rápido repaso a lo que ocurrió, podremos darnos cuenta de que dicha molestia no tiene mucho sustento. La ministra Norma Piña recibió al presidente López Obrador en la entrada del Teatro de la República junto con el diputado Santiago Creel en su carácter de presidente de la Cámara de Diputados y por tanto del Congreso, le aplaudió cuando ingresó al recinto -que por cierto no es una obligación-, y se puso de pie en el momento en que se rindieron honores a su investidura. En todo caso, su “gran pecado” fue no ponerse de pie mientras el presidente saludaba al resto del presídium y que no se encuentra establecido en ningún protocolo, por lo que quizá podamos discutir si se trató de una falta de cortesía mientras que para otros fue un acto de dignidad.

Lo que sí es grave, es que hayan cambiado el orden del presídium minutos antes como claramente se observa en un vídeo, mandando a la orilla a las personas titulares de los otros dos poderes de la unión ni más ni menos que en un evento de Estado, y que al presidente lo flanquearan los secretarios de la Defensa y Marina. Es curioso que quienes todos los días arremeten contra cualquier voz ya no digamos disidente sino que basta con que no se ajuste a la narrativa oficial, sean tan sensibles al protocolo y a la cortesía política. Cómo olvidar el “cállate chachalaca” o “al diablo con sus instituciones”.

Probablemente lo que en realidad les causó una gran incomodidad fueron las palabras de la presidente de la Suprema Corte quien de manera clara defendió la independencia judicial, el respeto a la Constitución y a la división de poderes -aunque lamentablemente pareciera que fueron pronunciadas en el vacío ante el silencio del oficialismo al igual que el llamado a la reconciliación y el diálogo que lanzó el diputado Creel-, y por ello buscaron distraer la atención indignándose por la supuesta falta de respeto al presidente López Obrador.

Ojalá reaccionaran igual ante las dolorosas situaciones que atestiguamos día con día y que sí lo ameritan como los feminicidios, la desaparición de personas o la inseguridad y la violencia en sus diferentes manifestaciones que generalmente goza de impunidad. Ojalá exigieran con la misma vehemencia que se resuelva el desabasto de medicamentos sobre todo para las y los niños pacientes de cáncer que no pueden recibir sus tratamientos oncológicos y en no pocos casos han perdido la vida, que se cumpla con el esquema de vacunación completo para que no regresen enfermedades ya erradicadas como el tétanos, que se ponga un alto a la extorsión y cobro de derecho de piso a pequeños negocios que apenas sobreviven, que se castigue el desfalco en Segalmex que supera por varios miles de millones de pesos a la tan recurrida estafa maestra y cuyo titular fue premiado con otro puesto en el gobierno, o que se explique la súbita opulencia en que viven algunos miembros de la nueva clase gobernante y sus familias. Ojalá también se indignaran ante lo que realmente importa y que en mucho, es su responsabilidad.