La muerte llegó con Los Reyes Magos

El tianguis de la María G. de García Ruiz estaba abarrotado de gente. Era la noche previa al Día de Reyes 2023 y “Chucho” y su novia, Jennifer, vendían pizzas para los hambrientos buscadores de juguetes. Esa noche esperaban vender lo de semanas, pero dos sicarios en motoneta los acechaban. Tenían la orden de plomearlos.

La colonia estaba caliente desde octubre de 2022, cuando un narcomenudista apodado el “Bola” fue asesinado a tiros. Se decía que uno de los que había colaborado para que el “Bola” cayera era el mismo “Chucho”, pero a nadie le constaba. Aun así, los “Quintero”, pagaron por vengar a su dealer y esa noche les habían avisado que el “Chucho” estaba puesto, que, entre todo el gentío, la huida sería más fácil. Y así ocurrió, de acuerdo con la carpeta de investigación FIEDH/2/UI-1C/D/0006C/01-2023.

Jesús Sánchez Ramírez, “Chucho” y Jennifer Lucero Martínez, ambos de 23 años de edad, despachaban pizzas cuando una motoneta Italika negra se abría paso entre la muchedumbre, justo sobre la calle Chilenos, casi esquina Mexicanos. El motor de la Italika se oía cada vez más cerca, pero se confundía entre el bullicio y el reguetón de que escupía la bocina de un puesto aledaño. Fue una lluvia de balas. El destello de los disparos parecía una seguidilla de cohetes y el griterío se multiplicó apenas cayeron los cuerpos de los pizzeros. A unos pasos de donde quedaron tendidos los cuerpos había un Nacimiento con los Tres Reyes Magos salpicados de sangre. Parecía increíble, absurdo, pero el gatillero que mató a “Chucho” y a su novia no tenía mano izquierda. Tenía un muñón que se asomaba de la sudadera oscura y quien lo vio advirtió a la Policía que por eso podían identificarlo. Tardarían en agarrarlo.

Al que sí detuvieron esa misma noche fue al “volante”, el conductor de la motoneta que llevó al pistolero hasta donde estaban las víctimas y después, a toda velocidad, lo dejó en Antigua Vía a la Venta, colonia Lomas de Becerra, territorio de los “Quintero”. Policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capturaron a Mauricio Vieyra Gutiérrez, de 35 años de edad, pero se les fue el sicario “manco”, un joven que a la postre sería uno de los más buscados de Ciudad de México.

La Alcaldía Álvaro Obregón vive momentos de tensión, pues el grupo criminal de Lenin Canchola, preso en una cárcel federal, ve amenazada su hegemonía tras los últimos golpes asestados por la autoridad. Los “Curveños” o los “Quintero” han salido a tratar de consolidarse a sangre y fuego, y para eso habían echado mano de su mejor gatillero: Gabriel Almaraz Ramírez, el “Benny” o el “Manitas”. Pese a haber nacido con un problema congénito que le impidió a su mano izquierda desarrollarse normalmente, era uno de los delincuentes más mortíferos. El 17 de febrero de 2021 presuntamente asesinó a tres personas en Lomas de Becerra y en 2020 arrastraba al menos otras dos vidas más. Era un matón a sueldo que, además, era usado para cobrar e intimidar a todo aquel que tuviera una deuda con los “Quintero”, grupo delictivo encabezado por Ángela Quintero, la “Güera”.

Esta mujer es conocida por ser despiadada y fría, tan es así que, en septiembre de 2021, se presume, entregó a su propio hijo, el “Tatatá”, detenido junto con otro joven por agentes de la SSC. Desde entonces, el “Tatatá” se les volteó a sus propios familiares y formó su propio equipo de narcomenudistas y sicarios. El “Benny” aparentemente se fue con él, pero en la calle se rumoraba que seguía haciendo encargos a los “Quintero”, así como a otros mafiosos. Apenas el miércoles fue por fin capturado mediante una orden de aprehensión, justamente la de “Chucho” y Jennifer, los vendedores de pizzas en el tianguis de juguetes. Fue la hermana de Jennifer la que relató que su cuñado, “Chucho”, tenía problemas con unos vendedores de drogas, específicamente con la “Pelícano”, el “Cachetes” y Janet Moreno, hermana del “Bola”, asesinado tres meses atrás. No detalló cómo “Chucho” pudo haber participado en la muerte del “Bola”, pero admitió que ese mismo día había sido amenazado.

El “Benny” fue presentado como generador de violencia, incluso por el propio secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, pues las indagatorias lo señalaban como autor material de un puñado de homicidios al poniente de la ciudad. Se escondía en la alcaldía Cuajimalpa, antes bastión de Lenin Canchola y que a últimas fechas han entrado nuevos jugadores. Como el “Benny” surgen, mueren o quedan tras las rejas decenas de generadores de violencia, pero lo que persiste es la violencia. Es lo único que no cambia en la ruleta de la mafia. Hay una centena de “Bennys” allá afuera, listos para tomar su lugar.

Enterado está, querido lector y recuerde: el infiltrado es usted.