LOS RIESGOS DE DEFENDER EL MEDIO AMBIENTE

El alto costo de la defensa del medio ambiente sano

Las integrantes del grupo en defensa del medio ambiente sano: Planeta 4, sufren constante acoso gubernamental derivado de sus acciones. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

La búsqueda de una compatibilidad entre las obras de desarrollo urbano con los estándares internacionales mínimos de cuidado del medio ambiente y el cuidado de la salud de la población ha sido uno de los objetivos de varias defensoras del medio ambiente de Irapuato, quienes, desde hace varios años, agrupadas en una organización civil llamada Planeta 4, han cuestionado ampliamente a los gobiernos en turno por privilegiar a los autos y al concreto por sobre los árboles, los animales y el derecho al medio ambiente sano de todas las personas. 

Incansables, actualmente, en conjunto con los colectivos La Milpa de la Paz, y Adopta un árbol, están coordinando un grupo de educación ambiental de niños y niñas afectados por el deterioro ecológico del río Silao. En esos espacios alternativos, enseñan a las y los menores la importancia del cuidado del río, de no tirar basura en su cauce, y de conservar las especies que habitan en él o en sus alrededores. Pues, la conservación de un espacio como ese permite el cuidado del agua, y por ende, del futuro. 

Además de impulsar una Ley para Proteger al Arbolado Urbano de Guanajuato y sus Municipios, debido a que, un mal manejo de este incrementa la temperatura, afecta la calidad del aire, la erosión del suelo e impacta directamente a la ciudadanía y al ecosistema urbano (aves, insectos, mamíferos), ya que se pierden ejemplares y hay épocas del año en las que no se pueden llevar a cabo las actividades cotidianas a lo largo de todo el día debido al calor. A pesar de los beneficios de la iniciativa, no ha sido tomada en cuenta. 

Para Planeta 4, es fundamental cambiar la visión de que los árboles son objetos, por el contrario, se debe incentivar e impulsar el mensaje de que son seres vivos y se les debe tratar y cuidar dignamente, además de resaltar su aportación ecológica en la disminución del dióxido de carbono. Por esa razón, ha lanzado la campaña “Adopta un árbol”, a través de la cual se regalan “árboles del amor”, o cercis, cuyas hojas son color rosa y en forma de corazón, para ser plantados en espacios públicos. 

A pesar de sus esfuerzos, sus redes sociales están inundadas de fotografías de árboles que han sido “desmochados”, es decir, les han cortado parte de sus ramas, provocándoles un desequilibrio en su estructura, reduciéndose sus capacidades y su impacto ecológico. Recientemente, denunciaron que algunas personas, de manera intencional, dañaban los árboles plantados como parte de la campaña de adopción de los mismos. Y sospechan que los autores de dichas acciones son personal del ayuntamiento irapuetense. 

A pesar de interponer denuncias ante la Fiscalía General del Estado de Guanajuato por los hechos, la respuesta de la misma es que el asunto está concluido, por lo que las denuncias no han procedido o el organismo considera que el asunto no es de su competencia. Así como otros, relacionados con la detención de una obra de construcción de una torre médica que no cumple las normas establecidas en materia ambiental, y la remodelación adecuada de una avenida, pero sin respetar los árboles y las áreas verdes. 

Desde 2016 han cuestionado las políticas ambientales del gobierno municipal de Irapuato y entidades aledañas. Originalmente, Planeta 4 estaba compuesta por cuatro integrantes, pero dos de ellas decidieron dejar su activismo para proteger a sus familias y a  ellas mismas ante el constante acoso policial. En el caso de una de las integrantes de la organización, Liz, parte de su familia ya vive en otros lugares, incluso fuera del país, debido al constante acoso gubernamental derivado de sus acciones.

Ha enfrentado demandas por que sus plantas “invaden” las banquetas y no dejan pasar a la gente, enviándoles patrullas constantemente a su domicilio y siendo exigida, por parte de las fuerzas policíacas, para ser cortada de manera inmediata. En el último episodio, más de dos patrullas acudieron a su domicilio, y no dejaron de presionarla, hasta que cortó la calabaza, planta que sólo crece en época de lluvias y más de la mitad del año está seca. 

En los últimos días, Liz está temerosa de muchas cosas. Por un lado, la impunidad con la que dañan su trabajo como activista y el constante asedio sufrido por varios años. Por otra parte, la vulnerabilidad hasta en su propio domicilio y en otros espacios a los que suele acudir. A pesar de esto, no piensa desistir, al igual que Lety, su compañera. Juntas han cuestionado la política ambiental del municipio donde residen, Irapuato, y muchas otras acciones que favorecen los intereses de sectores como el automovilístico o el inmobiliario. Pues, parte de esa convivencia con la naturaleza y su cuidado implica defenderla de quienes piensan que debe estar a su disposición, y no en convivencia recíproca.