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Un aeropuerto bloqueado

La actual administración federal y los medios masivos en México están divorciados y eso afecta la imagen del AIFA. | Ulises Castellanos

Créditos: Foto: Ulises Castellanos
Escrito en OPINIÓN el

Esta semana me fui a dar una vuelta al polémico Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Fui de manera casual, sin vuelo de por medio a conocerlo y para hacer algunas fotos. Y ¿qué cree? No vi la torre de control inclinada, ni el cerro que taparía los despegues, y mucho menos a la señora de las Tlayudas entre otras mentiras divulgadas en redes y difundidas también por algunos personajes resentidos.

Es cierto, ha habido mucho debate en torno a la construcción de este nuevo aeropuerto en México y cómo afectaría a los pasajeros y las aerolíneas. La sociedad cuestiona los inconvenientes, así como su impacto general en los viajes aéreos. Sus costos y beneficios. Bienvenido el debate, pero no perdamos de vista que se trata de una obra nueva y en crecimiento. Un dato, con 59 operaciones diarias ya se ubica entre los primeros diez del país y en menos de un año, movió más gente que el de Toluca, de hecho el doble, llegando ya a casi un millón de pasajeros que usaron el AIFA. El 96% de estos pasajeros lo usaron para rutas nacionales.

Mi impresión a vuelo de pájaro es sencilla, es una instalación terminada con acabados perfectos, espacio, movilidad y enorme oportunidad para su crecimiento. Se construyó en tan sólo 3 años, y aún existen etapas por desarrollarse en el futuro, no olvidemos que tres presidentes fracasaron en construir el suyo y no pudieron, Fox sólo alcanzó a construir una terminal extra al Benito Juárez que lleva ya años saturado. Calderón ya ni lo intentó y Peña Nieto no terminó el de Texcoco.

Hace apenas unos días el presidente López Obrador reveló cómo a pesar de lo que le dijeron sus hombres de confianza, decidió cancelar el NAIM para encargarle la misión a los ingenieros militares mexicanos, previa consulta nacional. Para bien o para mal, esa fue su decisión y hoy tenemos el AIFA a una hora de la Ciudad de México, por cierto, nada distinto a las distancias que se recorren del JFK al centro de Manhattan o al CDG que se encuentra a una hora de París.

El AIFA sin duda se ha convertido en un tema controvertido entre tuiteros, periodistas, activistas, viajeros, y población en general. El aeropuerto fue construido en tiempo récord y fue planeado para ser el aeropuerto más grande de América Latina. Sin embargo, es cierto, ha recibido muchas críticas debido a su ubicación, costo e impacto ambiental. Pero poco a poco, cada uno de esos temas ha sido superado. Pronto incluso contará con una ruta de tren de pasajeros directa desde Buenavista entre otros avances.

Aunque no es espectacular en su arquitectura, se percibe más bien sobrio y sencillo, si resulta muy funcional, tiene un enorme estacionamiento y espacios en documentación que nada le piden el AICM.

El AIFA ha enfrentado numerosos desafíos desde su apertura, que van desde problemas de conectividad terrestre hasta la falta de infraestructura para las aerolíneas de carga que están por operar ahí. Como anecdotario, cabe destacar que el primer mandatario extranjero que ya lo estrenó fue el presidente Joe Biden, seguido de Justin Trudeau Primer Ministro de Canadá hace apenas unas semanas.

Obvio no soy un experto en aeronáutica ni nada relativo a aeropuertos. Pero sí puedo decir que conozco un centenar de ellos alrededor del mundo. Desde los más lujosos en Qatar, India, China o Europa, hasta los más sencillos de nuestra América Latina como los de Costa Rica, Bolivia o Cuba entre otros y el AIFA se sitúa a media tabla al menos entre todos ellos. No tiene lujos, pero sí es grande y funcional. Cuenta con museos y un hotel de primera en su interior. Y lo más importante, su existencia es un hecho, no promesas.

Además el nuevo aeropuerto de México es un espectáculo para la vista. Da para mucha foto. Desde los aviones y los pasajeros hasta los colores vibrantes y las texturas del paisaje, hay algo que todos pueden admirar o retratar. Cuenta con un explanada en la azotea del estacionamiento para esperar vuelos o recoger a la familia y tomarse la foto del recuerdo. La arquitectura del aeropuerto es modesta en sí misma, muy al estilo militar eso sí, no olvidemos que además en Santa Lucía se encuentra la base principal de las fuerzas armadas. 

El AIFA cuenta con diseños modernos y una curiosidad extravagante, unos baños muy decorados. Los fotógrafos que lo visiten tendrán oportunidad de capturar interesantes tomas para su Instagram. Ya sea que esté buscando un lugar original para hacer retratos o simplemente desee experimentar algo nuevo, el nuevo aeropuerto de México brinda una experiencia única en ese sentido.

Sorprende el boicot de los medios corporativos para destacar lo positivo de este aeropuerto, en otros tiempos hasta transmisiones en vivo le hubieran dedicado. Pero la realidad es que la actual administración federal y los medios masivos en México están divorciados y eso afecta la imagen del AIFA. Adicionalmente el gobierno de México no tiene una estrategia clara o visible para potenciar sus logros y le dejan todo el peso de su “comunicación” al Presidente de la República. De ahí, la politización del tema y sus consecuencias. 

La mayoría de los “críticos” del AIFA, ni siquiera han puesto un pie en el aeropuerto. Hablan de oídas.

Ojalá con el tiempo, se pueda apreciar en su justa dimensión la existencia de este aeropuerto, que simplemente se suma a la infraestructura nacional en este terreno. Quizá con el tiempo el debate se centre y se disipe el ruido ideológico que rodea a cada comentario que se produce alrededor del tema. Por lo pronto, olvide mi columna, no me crea y vaya, cámara en mano por su propio pie a conocer este aeropuerto. La pasará bien. Y se le conviene en precio y horario, tome un vuelo y váyase a la playa, eso es lo importante de un aeropuerto, que funcione.