GOBIERNO DE MÉXICO

Presidente débil

AMLO fue tanto tiempo opositor que no logró dejar de serlo. | Julio Castillo

#OpiniónLSR.
Escrito en OPINIÓN el

Durante los últimos años hemos sido testigos de una forma distinta de gobernar; una que no se sustenta en la verdad, en los logros o en los hechos sino en el carisma y la popularidad de un presidente que dedica su tiempo a hacer ruedas de prensa que cada vez parecen más programa de espectáculos mañanero. Un presidente que abusa de la comunicación, está obsesionado con polarizar y cada mañana reparte culpas de sus fracasos y suma nuevas personas a su lista de enemigos.

A pesar de que López Obrador es el presidente que ha contado con más apoyo del poder Legislativo (porque tiene mayoría), el presidente que ha logrado controlar en buena parte al poder Judicial y el presidente que más contrapesos ha ignorado y reducido, también es el presidente que más debilidad ha demostrado en los resultados porque nada le ha salido bien… absolutamente nada… incluso lo que pasó justo como quería que pasara, ha sido para fracasar.

Algunos de los síntomas de la debilidad del presidente:

Para empezar, a estas alturas ya es justo decir que López Obrador fue tanto tiempo opositor que no logró dejar de serlo y por ello culpa de sus fracasos a una persona que dejó de ser presidente hace 10 años. No hay semana que no se hable de lo que se hizo en el gobierno de Felipe Calderón y no está de más recordar (por mucho que le duela a AMLO) que Calderón sí supo atender la pandemia que le tocó, combatió la inseguridad y al crimen organizado con mucho mejores resultados y menos violencia, logró prácticamente la cobertura total en salud, era respetado en todo el mundo, no habló de más y supo respetar la democracia y a las instituciones. Otro dato interesante es que ningún familiar de Calderón fue acusado o grabado recibiendo sobornos o en una casa de un contratista, cosa que no puede decir AMLO de sus hermanos o su hijo.

Otro rasgo de debilidad es lo que está pasando con el AIFA. Desde el poco interés de la gente por usarlo y hasta el acuerdo que se firmó en mayo del año pasado en donde distintas empresas se comprometían a pasar la parte de carga al AIFA, no tiene peso alguno la voluntad del presidente. Ante petición pública expresa los presidentes de Estados Unidos y Canadá aterrizaron en el AIFA, pero despegaron en el Benito Juárez… ni siquiera AMLO usa el AIFA. Esta semana salió un decreto para obligar a que toda la carga se traslade al AIFA… como se firmó un acuerdo que nadie respetó ahora será obligatorio… un presidente débil.

Otro rasgo que evidencia la debilidad de López Obrador es la carrera adelantada de la sucesión. No se trata de la oposición, ellos están en sus tiempos, es el propio partido y los propios colaboradores de AMLO los que ya lo ven tan acabado que iniciaron su carrera a la presidencia de forma evidente y cínica, y mientras López Obrador intenta llenar el tiempo de sus mañaneras hablando de García Luna (una forma más en la que entiende atacar a Calderón) sus principales colaboradores están haciendo campaña y cerrando acuerdos para consolidar sus aspiraciones… en otras palabras, el gobierno es tan débil que mejor ya estamos viendo qué viene.

Sin embargo, el rasgo que evidencia en mayor medida la debilidad de AMLO es su obstinación por hacer una reforma electoral. Si fuera tan popular como nos quiere hacer creer no se necesitaría una reforma electoral para acabar con la democracia y así garantizar la continuidad de Morena en el poder. AMLO sabe bien que se acabó su poder cuando optó por cambiar las reglas para intentar no perderlo. Un presidente débil y agonizante.

Nadie puede negar el espíritu autoritario de AMLO; su raíz en el priismo autoritario, su vocación por negar la realidad y su desprecio por la legalidad y los equilibrios son evidentes, sin embargo, lo primero que tiene que hacer un presidente es parecerlo, y López Obrador más que presidente parece un opositor frustrado porque nada de lo que ha intentado le ha salido… un presidente débil.