LAS MUJERES Y EL MOVIMIENTO DE INDEPENDENCIA

Ellas también nos dieron libertad

Muchas mujeres participaron en la lucha de Independencia pero aún hay mucho trabajo por realizar desde la historia para conocer sus aportaciones. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

Si preguntamos los nombres de mujeres que hayan tenido algún papel relevante en determinado episodio histórico, es difícil poder dar alguno de manera ipsofacta debido a que nuestro panteón de personajes que han trascendido a lo largo del tiempo está plagado de hombres, y muy escaso de mujeres, a pesar de que, desde siempre, las sociedades han estado conformadas tanto por los unos como por las otras. Por eso, se suele pensar en un movimiento social como el de Independencia, plagado de seres masculinos, y totalmente ausente de una visión femenina. 

Las narrativas más conocidas hablan del papel de Josefa Ortiz de Domínguez, corregidora de Querétaro, en los inicios del movimiento de Independencia, como una de las personas participantes en las reuniones conspiradoras de las que formaban parte, entre otros, Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Ignacio López Rayón, entre otros, y de ser quien pudo alertar a los demás integrantes del Ejército Insurgente sobre el descubrimiento de sus planes. 

Pero, ella y su marido fueron apresados la misma madrugada del 16 de septiembre, después de haber sido delatados. En el caso de Josefa, fue recluida en varios conventos por siete años, hasta que le otorgaron su libertad en 1817, para posteriormente continuar manteniendo vínculos con algunos grupos liberales radicales. Después de la proclamación de la Independencia, se negó a sumarse al equipo de Agustín de Iturbide, quien le había ofrecido ser dama de compañía de su esposa. Y también rechazó cualquier posible recompensa por su participación en la Revolución de Independencia

Leona Vicario tuvo un papel muy activo en el proceso de Independencia, siendo parte del grupo de Los Guadalupes, encargadas de difundir la información del ejército insurgente de manera clandestina, así como armas y algunos otros insumos requeridos, además de sumarse constantemente a los debates de la vida política nacional y financiar el alzamiento de José María Morelos y Pavón. 

Sus inquietudes intelectuales, debido a que contó con una gran educación, rara para una mujer de la época, las enfoco al periodismo, siendo una de las primeras en ejercer dicha profesión en el país en publicaciones como “El Ilustrador Americano” (1812-1813), el “Semanario Patriótico Americano” (1812-1813) y “El Federalista”. Por su fervor independentista fue capturada y apresada, y vivió gran parte del proceso en constantes fugas. También, varios de sus bienes fueron incautados. 

Después del proceso de Independencia, el historiador Lucas Alamán aseguró que ella se había sumado a la causa independentista por seguir a su esposo Andrés Quintana Roo. Sin embargo, ella misma le contestó por medio de un escrito para indicarle que sus opiniones y sus pensamientos son totalmente personales. 

Durante 1810 y 1811, Mariana Rodríguez del Toro, de amplia ideología liberal, participó en la conspiración de abril de 1811 de la ciudad de México, donde hacia un llamado a los líderes independentistas a no darse por vencidos a pesar de que las cabezas de las huestes insurgentes habían sido capturados. Por sus acciones, fue encarcelada.  

María Ignacia Rodríguez de Velasco, alías La Güera Rodríguez, financió las movilizaciones de Miguel Hidalgo, debido a que pertenecía al sector adinerado novohispano, y mantuvo vínculos con muchos personajes clave de la revolución de Independencia. Se menciona que fue gracias a ella que Agustín de Iturbide cambió de parecer para llegar a un acuerdo con las tropas insurgentes y consumar la independencia

Originaria de Pátzcuaro Michoacán, Gertrudis Bocanegra no dudó en sumarse al llamado de Miguel Hidalgo, enrolándose en las filas del movimiento insurgente junto con su esposo y un hijo. Tras la muerte de ambos, ella se convirtió en enlace entre diferentes poblaciones, para organizar las movilizaciones militares y conseguir suministros. También prestaba su casa para las reuniones de las cabezas del movimiento y organizó la defensa de varias poblaciones michoacanas, ante los embates de las fuerzas realistas. Fue capturada en 1817 y fusilada, mientras organizaba la defensa de su ciudad natal.

También de tierras michoacanas, María Luisa Martínez de García Rojas se encargó de conseguir apoyo para las tropas independentistas y de transmitir información relevante, por eso, fue encarcelada en tres ocasiones, hasta que, en 1817, fue fusilada. De acuerdo con notas de la época, previo a su asesinato, mencionó "¿Por qué tan obstinada persecución contra mí? Tengo derecho a hacer cuanto pueda en favor de mi patria, porque soy mexicana. No creo cometer ninguna falta con mi conducta, sino cumplir con mi deber".

Oriunda de los mismos territorios, María Luisa Martínez de García Rojas, junto con su esposo Esteban García Rojas “El jaranero” hizo frente a los realistas en Erongarícuaro, perdiendo la batalla, quedando prisioneros y siendo fusilados en el cementerio. Antes de ese momento, había sido aprisionada en tres ocasiones por fungir como mensajera del bando insurgente.

Tras conocer que el movimiento insurgente había iniciado su lucha, en su natal Huichapan, Altagracia Mercado comenzó a formar un ejército con sus propios recursos para hacer frente a las tropas realistas. Ella misma participó en la mayoría de los enfrentamientos hasta octubre de 1819, cuando cayó derrotada. Sin embargo, le fue perdonada la vida y sólo fue encarcelada hasta el final del movimiento de independencia.

Conocida como La Capitana, Manuela Medina, oriunda de Guerrero, viajó muchos kilómetros para conocer a José María Morelos y Pavón y ponerse a sus órdenes durante 1813, teniendo una amplia participación en la toma de Acapulco, Guerrero y el Fuerte de San Diego. Debido a la gravedad de algunas heridas de batalla, estuvo más de año y medio en cama.  

Al norte del país, en Tamaulipas, en un momento de crisis en el que las facciones insurgentes estaban visiblemente agotadas, varias personas se sumaron al llamado de Francisco Javier Mina, quien desembarcó en la entidad para reforzar a quienes deseaban un país libre y soberano. Sin embargo, habían sido acorraladas por el ejército español, impidiéndoles el acceso al agua y a alimentos. En medio del caos, María Soto La Marina comenzó a acarrear agua para los soldados simpatizantes de la emancipación. 

Con identidades personales desconocidas, un grupo mayor a una centena de mujeres, organizadas en Pénjamo, Guanajuato, fue detenido a finales de noviembre de 1814 por orden de Agustín de Iturbide, quien las acusó de apoyar a la insurrección a través de sus familias.  

Estas son sólo algunas de las mujeres que participaron en la revolución de Independencia, entre 1810 y 1821, pero fueron muchas más las que tuvieron algún papel relevante en la misma por lo que aún hay mucho trabajo por realizar desde la historia para conocer sus aportaciones e ir modificando esa visión hegemónica masculina en cuanto a la construcción de una nación y de una vida política, pues sin ellas, no hubiera sido posible lograrlo.