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¿Presidenta Sheinbaum?

En la batalla de las percepciones, la reiteración del concepto “Presidenta Sheinbaum” va por buen camino. | José Antonio Sosa Plata

Escrito en OPINIÓN el

Empecemos por lo básico. La anáfora o reiteración es una figura retórica que consiste en la repetición de una o varias palabras al principio de un verso o enunciado. En la literatura, se emplea para otorgar al texto una mayor belleza o fuerza creativa. Sin embargo, por el potencial que tiene, en la comunicación política moderna se ha convertido en una de las herramientas más utilizadas para persuadir a la ciudadanía.

La reiteración no solo se utiliza en el discurso tradicional. También es muy útil para posicionar ideas, compromisos, promesas, ataques a los adversarios o conceptos. La repetición constante de algunas palabras facilita la recordación de creencias o convicciones preestablecidas. De ahí la importancia que tiene saber elegirlas con mucho cuidado, de manera particular cuando se trata de lograr la mayor eficacia posible.

El buen líder no abusa de las figuras retóricas. Menos de las que tienen por objetivo convencer a las audiencias de que lo que se dice es algo real, o que puede convertirse en verdadero. Por eso induce, razona, argumenta, motiva y conmueve con su lenguaje verbal y no verbal para fijar en la mente de quienes lo ven y escuchan, por todos los medios posibles, aquellas ideas que dan por hecho lo que les está diciendo.

Por si no lo leíste: "Presidenta Sheinbaum", así llama embajador de EU a jefa de Gobierno.

En la lucha por la Presidencia de la República, las reiteraciones son frecuentes y abundantes. Pero hay una en la que las y los aspirantes ponen especial énfasis: la asociación de su nombre con el cargo que buscan. Presidenta Sheinbaum, presidente Ebrard, presidente Adán Augusto López, presidente Monreal, es una expresión que se escucha cada vez con mayor frecuencia en los eventos públicos en los que participan, pero además en las narrativas que se construyen en torno a los personajes.

Tal vez la referencia que hizo el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, cuando en un evento de la embajada se refirió a la jefa de Gobierno como “presidenta Sheinbaum” fue un error involuntario. Y si no lo fue, se trató de una acción bien calculada en tiempo y forma, en el marco del Tercer Congreso Nacional de Morena. Lo cierto es que la importancia que le concedieron varios medios contribuye al fortalecimiento de su posicionamiento personal con miras a las elecciones de 2024.

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A la mayoría de los líderes se les recuerda por ciertas frases que fueron cuidadosamente diseñadas y reiteradas. También por otras que improvisaron y que —con el tiempo— se convirtieron en memorables por los efectos que tuvieron en la población. Para los medios de comunicación, este tipo de expresiones son un recurso muy conveniente, si lo que se pretende es dar un mayor realce a las noticias que atraigan a sus seguidores. En las redes sociales, la reiteración también facilita y da un mejor cauce a las conversaciones.

Por otra parte, al preparar un debate —o cualquier entrevista en los medios— es indispensable saber qué conceptos y frases se deben reiterar. La claridad, concisión y precisión son requisitos absolutamente indispensables de los mensajes principales. Las imágenes que evoquen las palabras deben ser nítidas, apelar a experiencias previas y ser lo suficientemente poderosas para llamar la atención de la mayoría. Bajo ninguna circunstancia debe haber espacio para las ocurrencias.

Consulta:  José Luis Guzmán. 100 frases memorables deplorables de los políticos. México: Editorial Planeta, 2015.

Por supuesto que las mentiras también se pueden reiterar y crear, momentáneamente, una “ilusión de verdad”. El problema es que la creencia extendida de que los políticos están entrenados para engañar ha favorecido la crisis de confianza que hoy padece la mayor parte de los gobiernos y partidos políticos en el mundo. Lo que muchos no han terminado de entender es que el principio de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Hitler, en el sentido de que “una mentira que se repite con frecuencia se convierte en verdad” hoy es obsoleto y temerario.

En el contexto actual, sí hay consecuencias cuando se miente en el espacio público. Y aunque existe una tendencia marcada a la tolerancia de las sociedades frente a lo que se dice en los medios, existen sobradas evidencias de que los recursos que ofrecen las nuevas plataformas tecnológicas facilitan el descubrimiento de los mentirosos. Cierto es que en las relaciones personales nos cuesta más trabajo identificar la mentira. Pero también lo es que disponemos de diversos medios y recursos para que el engaño malicioso no prevalezca sin ningún tipo de sanción.

Te puede interesar: Milagros Pérez Oliva. Cómo los mentirosos crean una ilusión de verdad y cómo evitar caer en su trampa. BBC Future, 7 Noviembre 2016.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado que tiene una gran habilidad para elaborar frases reiterativas de alto impacto. Sin embargo, durante su gestión ha asumido riesgos que hasta ahora ha podido sortear, si se toman en cuenta los indicadores de popularidad y credibilidad que aún mantiene en buena parte de la población. Falta ver cuáles serán las consecuencias de los errores o compromisos incumplidos una vez que termine su mandato, aún cuando su proyecto de la 4T se mantenga por varios años más.

En contraste, ninguno de los personajes que quieren ocupar su lugar ha demostrado la misma capacidad que su jefe ha demostrado hasta ahora para convencer a la ciudadanía. Algunos de los aciertos tácticos de sus mensajes y narrativas son significativos, pero no suficientes para alejarse del “manto protector” del presidente. Evidentemente tienen que mejorar, a pesar de la ventaja que le llevan a sus adversarios.

Lee: Milagros Pérez Oliva. La corrosión moral y el precio de mentir en política. El País, 1 Mayo 2018.

Lo anterior no quiere decir que hagan caso omiso de las leyes electorales. Ya llegará el tiempo para los mensajes y propuestas de la precampaña y campaña. Mientras tanto, las instituciones que encabezan les ofrecen múltiples recursos y posibilidades para ir construyendo un perfil de imagen acorde con el diagnóstico y oferta política que la sociedad necesita y quiere escuchar de sus gobernantes.

La reiteración es una figura retórica más efectiva cuando va acompañada de un compromiso auténtico con la verdad. En contextos de preocupación, incertidumbre o crisis, la gente valora más que se le hable sin rollos ni rodeos. Es lo que hoy se necesita. La asociación del nombre con el cargo empieza a funcionar y así debe mantenerse. En todo lo demás, las ideas siguen siendo confusas. La disciplina y lealtad con el primer mandatario no explican ni justifican dicha carencia.

Recomendación editorial: Kurt Spang. Persuasión: Fundamentos de Retórica. Barañain, España: EUNSA, Ediciones Universidad de Navarra, 2006.