LAS FUERZAS ARMADAS EN LA MIRA

Sedena bajo la lupa del interés político

Son muchas las personas que están buscando que caigan en el error, no permitan que se manchen sus insignias y la labor de las Fuerzas Armadas. | César Gutiérrez

Escrito en OPINIÓN el

La perversidad de los actores políticos que están ahora en contra de las Fuerzas Armadas se tambalea ante la verdad.Todos aquellos estados que tienen problemas en materia de seguridad pública están presentando diversas anomalías al momento de auditarlos. Es demasiado obvio que no se ha ejercido el presupuesto en los cuerpos policiacos, ante una clara falta de adiestramiento, capacitación y profesionalización. 

Ahora bien, sin el apoyo y cooperación entre los tres niveles de gobierno, va a ser muy difícil que se le pueda garantizar la seguridad a los ciudadanos, ¿Por qué tanta omisión? ¿Por qué tanto descuido y torpeza de los funcionarios públicos? Es muy fácil hablar mal de quienes sí cumplen con su trabajo.

Cada entidad federativa es responsable de acuerdo a su propia constitución y su autonomía. Sería bueno que le expliquen a los ciudadanos ¿qué han hecho en su ámbito de competencia para atacar los problemas sociales, económicos, de seguridad y todos aquellos que han provocado el derrumbe de un crecimiento? Los gobiernos estatales y municipales son los directos responsables de la gobernanza en su nivel; y ante las promesas incumplidas los ciudadanos han comenzado a quejarse y a movilizarse. 

Hoy los mexicanos debemos estar conscientes de que todos aquellos actores políticos que hoy atacan a las Fuerzas Armadas, son los mismos que antes les besaban las manos (por no decir otra palabra) y que recibían grandes beneficios (como por ejemplo personal de escoltas) sin que les costara un peso. Esa es la gran diferencia. Hoy los atacan con saña sin tomar en cuenta a los soldados caídos que nunca más volverán a ver a sus familias, sin tomar en cuenta a todas las personas que han sido rescatadas por ellos. Esa es la INGRATITUD de muchos políticos que hoy hablan de una militarización inexistente, porque los militares no están deteniendo ni juzgando bajo el fuero militar a civiles, tal como lo dictaría una real militarización

Esta demagogia se ha hecho presente en cada palabra que se pronuncia en contra de quienes ofrendan su vida con vocación. Hablan de patriotismo, pero no se atreven a abrazar la carrera de las armas, gritan ¡Viva México! pero sin mejorar su conducta civil como ciudadanos. Muchos hablan de libertad cuando se han convertido en esclavos de aquellos políticos que sólo muestran su soberbia y desequilibrios mentales, en pos de la ansiada opulencia y magnificencia del poder.   

Afortunadamente, hoy las Fuerzas Armadas cuentan con un marco jurídico. Hoy se ha evitado que los militares caigan en la prisión militar por obedecer órdenes contrarias a la disciplina; en contraste de quienes sí hubieran cometido un delito y se les compruebe su grado de responsabilidad, por lo que deberán pagar las consecuencias.  

Precisamente, ante este escenario es fundamental que no existan más generales como Trauwitz, un Coronel Cosgaya, o como el Teniente Coronel Wenceslao, que en su momento se embriagaron de poder y abusaron de su posición; denigraron a la escuela Superior de Guerra, al uniforme olivo y a sus familias. Hoy tienen que enfrentar a la justicia y demostrar que no cometieron algún tipo de delito que ha establecido en su Teoría del caso, la Fiscalía General de la República. 

El poder es igual que el vino, no todos lo aguantan, se puede subir a la cabeza y hacer perder el concepto de realidad. Por tal motivo será necesario que las obras del Tren Maya y el aeropuerto de Tulum no presenten anomalías y que en un futuro sean sentados en el banquillo de los acusados.

Por ejemplo, el problema de Jiménez Pons ha sido muy claro. Como lo he mencionado en anteriores columnas, la falta de un proyecto ejecutivo, la falta de Manifestaciones de Impacto Ambiental, Uso de suelo y mecánica de suelos y todos aquellos estudios preliminares, fue lo que provocó que se desarrollara una problemática que pudo haberse evitado, pero el peso de los intereses particulares y las negociaciones pudieron más para que ese funcionario público demostrara su torpeza. 

Aunado a todo esto, se suma la problemática del suministro del balasto. Se debe planear tanto su contratación a los bancos productores y la logística para que éste sea entregado en cada uno de los tramos del Tren Maya. Cabe señalar que el balasto debe ser de óptima granulometría y apto para soportar cargas verticales que superan las 20 toneladas. Utilizar balasto de mala calidad provocaría problemas en un futuro, por lo que los laboratorios deben inspeccionar antes con todo el rigor necesario este material pétreo.

Esperemos que todos esos contratos que sean firmados por Sedena no se conviertan en su Waterloo más adelante, y después digan que sacaron balasto enterrado de algún lugar, o que los contratos estuvieron viciados con corrupción al ser adjudicados, o que tuvieron que pedir el famoso diezmo. Su trabajo debe ser impecable, son muchas personas que están buscando que caigan en el error. No permitan que se manchen sus insignias y la labor de las Fuerzas Armadas. Somos millones los que confiamos en ustedes, no nos fallen. 

Por último, muchos medios de comunicación acusan al general secretario Luis Cresencio Sandoval de amenazar a aquellos que mienten y tergiversan la verdad sobre las Fuerzas Armadas. ¿Se imaginan lo que dirán ahora que el general brigadier D.E.M. José Rodríguez Pérez presentó formal denuncia contra Alejandro Encinas por difamación y acusaciones que a su decir son falsas? ¿o lo que están analizando los abogados del general de División D.E.M., Ret. Alejandro Saavedra Hernández, quien fuera el comandante de la 35/o Zona Militar cuando sucedieron las desapariciones de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, sobre demandar y denunciar a gran cantidad de medios de comunicación que han utilizado su fotografía señalándolo como si fuera el general José Rodríguez, sin el mayor cuidado ni decoro a su vida personal, ni a la presunción de inocencia? Esto demuestra todavía más que cuando los medios quieren dar una nota, lamentablemente algunos de ellos no cumplen con los estándares de profesionalismo que conlleva su trabajo. El cual considero, es de los mas importantes que existen, ya que deben informar de forma verídica y verificando datos para no violar la presunción de inocencia ni señalar de forma falsa a personas distintas de haber cometido delitos.

Sin embargo, en el caso de los militares eso nunca les ha importado. Me pregunto, si realmente hubiera militarización ¿lo harían con la impunidad que lo hacen? Es muy fácil siempre crear narrativas que no se soportan con hechos reales. ¿Se imaginan si realmente existiera la militarización de la que hablan? Ya estarían siendo detenidos y juzgados por al menos mentir y difamar a personas que en la realidad jurídica nunca han sido acusados, ni son las personas que ellos señalan como tales y que acusan en las diferentes notas. Esta situación tan común la he vivido a lo largo de mi carrera como defensor de personal militar, ya que lo que publican en sus medios de comunicación es totalmente distinto a la realidad jurídica. Pero como los militares no pueden hablar ni opinar, porque entonces se les acusa de violar la libertad de expresión, se aprovechan de eso para calumniar y difamar sin mayor problema.