LAS INTENCIONES DE EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR

El jaguar chiapaneco

Las iniciales ERA que se ven gorras, bardas y demás, es la marca política registrada del senador Eduardo Ramírez Aguilar quien quiere gobernar Chiapas. | José Luis Castillejos

Escrito en OPINIÓN el

Las iniciales, ERA, que aparece en gorras, playeras, bardas, redes sociales, ranchos, hoteles, casas y llaveros es marca política registrada del senador Eduardo Ramírez Aguilar. Está en todas partes el nombre de quien quiere gobernar Chiapas pese al alud de cuestionamientos sobre el origen de sus fondos, que según sus detractores políticos no serían nada transparentes.

¿Quién lo financia? ¿De dónde salen los millones para mover una superestructura? ¿De dónde brotan las sumas millonarias para adquirir propiedades? Estas son las preguntas que se consignan cotidianamente en las redes sociales. 

Su horizonte es la gubernatura pero la tiene difícil por los enormes pasivos políticos que ha dejado a su paso en cargos como la Secretaría General de Gobierno, el Congreso de Chiapas o como alcalde de su natal Comitán.

Y para limpiar la lluvia de críticas y ganar la gubernatura tendría que derramar cientos de millones de pesos que le permitan llegar vía la compra de votos, una práctica que ha sido constante durante muchos sexenios en Chiapas y que no es un secreto.

A Eduardo Ramírez Aguilar, ex presidente del Senado de la República, lo han acusado de todo: De haber movido la porra de los otrora Jaguares de Chiapas, de infiltrarse en partidos políticos, de haber utilizado a invasores de tierras para desestabilizar al Gobierno y después presentarse como el desarticulado de conflictos.

También es señalado de haber saqueado Chiapas junto con el ex gobernador Manuel Velasco. Sin embargo, no hay denuncia penal en su contra. El reclamo en voz de los constructores a muchos de los cuales no se les pagó sigue latente.

Lo peor que le ha pasado es que al senador Eduardo Ramírez Aguilar (ERA) lo han sindicado en las redes de tener nexos oscuros con la narcoactividad. No ha aceptado una entrevista con La Silla Rota para aclarar los señalamientos.

Se ha cuidado. No ha caído en la provocación de sus rivales. No es ni lerdo ni palurdo. Se mueve con inteligencia y sabe comportarse a pesar del embate de sus detractores. 

Pero en un reciente exabrupto, adelantándose mucho a los tiempos políticos, dijo que quiere gobernar y se ha preparado para echar andar el Plan Chiapas Avanza, lo que sería la ruta del jaguar.

“Quiero ser gobernador y estoy preparado para ello”, dijo en un exceso de confianza este político que usa trajes de cortes rectos, en colores azul marino y negro, gris o verde, camisa blanca y corbatas tradicionales. 

Da la apariencia de un político cuajado y ha dejado de lado la propuesta de repetir el plato en la presidencia del Senado de la República. 

Pero su destino, lo ha dicho abiertamente, es Chiapas aunque a este estado le queda debiendo, porque a pesar de haber tenido en sus manos el manejo del Senado no ha logrado hacer mayor cosa para contribuir a sacarlo de ese empobrecimiento.

Nunca cuestionó desde el Senado la política exterior desarrollada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien, a su vez, ha tenido serios traspiés en su manejo diplomático ante Estados Unidos y con el tema de migrantes que ingresan desde América Central, región a la que ha ayudado con sumas millonarias en dólares.

Tampoco se sabe que este autodenominado “Jaguar negro” haya hecho algo frente a la crisis de menores migrantes no acompañados.

Y aunque entre sus funciones está promover la autorización de los movimientos de las fuerzas armadas en territorio nacional no hizo tampoco nada para presionar a fin de que el gobierno realmente encare la desbordada narcoactividad que tiene en jaque al país.

Si su agenda se llama Chiapas ¿Qué ha hecho por este Estado? Él asegura que fomentar el desarrollo y la reactivación económica ha sido su prioridad desde el Senado de la República pero en este estado “no se ve”.

Previo a su reciente informe legislativo dijo que ha presentado diversas iniciativas y propuestas para reducir impuestos en la zona fronteriza del Estado, ratificar el incremento del salario mínimo, promover inversiones del exterior, apoyar al sector cafetalero, pesquero y ganadero. Gran parte de esto es una mentira, al menos en la ganadería.

¿Podrá ERA escribir un nuevo capítulo, un nuevo episodio en Chiapas que está azotado por la pobreza, la falta de apoyo del gobierno Federal, abandono al campo e inseguridad?

¿Le servirá de algo la cátedra y el doctorado adquirido para solucionar los ancestrales problemas de Chiapas que no logra superar los conflictos en la comunidad maya-tsotsil de municipios como Chalchihuitán, Chenalhó, Aldama, San Andrés Duraznal y Pantelhó?. Hay 25 mil desplazados internos que a los senadores y diputados no les parecen interesar.

En Chiapas se vive una negra radiografía. Del total de la población, 75.5% se encuentra en condiciones de pobreza, y de esta cifra 29% en condición de pobreza extrema, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Un tercio de la población presenta rezago educativo; menos del 40% de la población cuenta con acceso a servicios de salud; menos del 80% tiene acceso a seguridad social; únicamente 20% se beneficia de vivienda de calidad; 55.8% tiene acceso a servicios básicos en la vivienda; y menos de un cuarto de la población, es decir 24.5%, tiene acceso a alimentación de calidad.

De estas condiciones es de lo que no habla abiertamente Eduardo Ramírez Aguilar. Por eso es que su informe legislativo, aparte de auto promoción fue realmente una pérdida de tiempo.