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La próxima semana en el marco del Encuentro Nacional de Fototecas, le entregarán a Francisco Mata la medalla al mérito fotográfico. | Ulises Castellanos

Créditos: Francisco Mata
Escrito en OPINIÓN el

La próxima semana en el marco del Encuentro Nacional de Fototecas, le entregarán a Francisco Mata la medalla al mérito fotográfico. Mata no sólo es el mejor fotógrafo documentalista de su generación, sino que adicionalmente, tengo el honor de contar con su amistad desde hace décadas.

Mata es uno de los fotógrafos más reconocidos de la fotografía contemporánea. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco 1979-1983. Y la Maestría en Artes Visuales en la UNAM. Se desempeñó como fotoperiodista en el diario La Jornada de México, 1986-1992. Su trabajo fotográfico se ha publicado en varios de los principales periódicos y revistas de Estados Unidos, España, Canadá, Italia, Francia, Inglaterra y México. Sus fotografías han sido expuestas en: México, Holanda, Alemania, Italia, España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Escocia, Japón, Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay, Ecuador, Perú, Honduras, Cuba y Costa Rica, por mencionar sólo algunos espacios.

Ni siquiera sé por dónde empezar esta columna para recordar lo que Paco ha impactado en mi vida profesional.

Empezaré por lo básico, vi sus fotografías publicadas en los ochenta, en el diario La Jornada y sin conocerlo personalmente ya lo admiraba, siempre me preguntaba, cómo le hacía él para encontrar sus imágenes, inolvidable para mí un gen especial, la calaca saliendo del metro Zócalo, una imagen poderosa e insólita. El mejor momento de la fotografía de calle lo representaba su trabajo.

No puedo recordar el día exacto que lo conocí, pero sí recuerdo el día que nos reunimos en la Condesa para que revisara mi proyecto para las becas del FONCA cuando yo era joven y creador allá por 1996. Le mostré mi trabajo sobre albañiles, fue duro en su crítica pero me dio su aval para pedir la beca que finalmente obtuve en ese año.

Desde el principio reconocí su claridad y honestidad a la hora de hacer y hablar de foto, y ejercer la crítica. Seguí su trabajo, premios y libros eran una constante, fue un faro profesional permanente. La vida y los amigos comunes nos acercaban y alejaban de manera intermitente.

Recuerdo coincidir con él en 1994 en la cobertura del levantamiento zapatista en Chiapas allá por 1994, viajamos y trabajamos juntos en aquel entonces, y siempre me sentí honrado de compartir tiempo con él. Aprendía sin saberlo.

Coincidimos en innumerables fiestas, coberturas, encuentros y exposiciones. Vi crecer a sus hijas y escucharlo era un aprendizaje permanente. Siempre que tuve dudas, acudí a él, y él siempre tuvo tiempo para orientarme. 

En 1999 me acompañó en mi boda en Cuernavaca y nos emborrachamos juntos, en una noche muy especial.

Cada que yo enfrentaba un reto periodístico, pensaba en cómo lo resolvería Mata y entonces disparaba. Nunca logré estar a la altura de su trabajo, pero siempre lo invité a colaborar en donde yo dirigí los departamentos de foto o suplementos de la época.

En 2010, me invitó a integrarme a la Fundación Meyer y juntos hicimos varios proyectos en la casona de Coyoacán. En 2015 lo invité a ser parte del libro que conmemoraba el terremoto de la Ciudad de México y juntos lo celebramos en el Centro Histórico.

En 2016, nos encontramos en el funeral de Fidel Castro en Cuba y cenamos una noche en La Habana donde compartimos experiencias profesionales. Más adelante nos acompañó en tareas educativas en la Fundación Poniatowska.

En 2017, generosamente me compartió imágenes de dron durante la cobertura del terremoto aquí en CDMX. En 2019, vivimos juntos la trágica muerte de un amigo entrañable, la del querido Eniac Martínez. Después vino la pandemia y sobrevivimos.

Hace unos meses nos echamos una larga comida con amigos en la Condesa y nos actualizamos. Hoy puedo decir que lo quiero y admiro como a pocos. Su influencia en mi trabajo es indeleble. Tengo todos sus libros.

La amistad es un privilegio sin precio. Gracias Paco, por tanto. 

Sus premios y reconocimientos son de sobra conocidos. Mata fue premio de Adquisición en la Bienal de Fotografía Mexicana en 1988. Premio de Honor en el Concurso del Bicentenario de la Revolución Francesa, México-Francia, 1989. Beca de Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1989. Third Mother Jones Fund for Documentary Photography USA,1993. Premio de Fomento y Coinversión del Fondo Naciónal para la Cultura y las Artes, 1994 y 1999. Residencia Artística en el Museo de Bellas Artes de Orleáns, Francia, en el marco del 5º Recontres Photographiques d´Orleáns, Une Saison Mexicaine. Octubre - Noviembre, 2004. Honor of Distinction in Photojournalism, Black an White Spider Awards 2006- Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de México desde el 2000 y ha repetido en nuevas ediciones.

Sus libros y publicaciones son únicas: “América Profunda”, 1992. “Sábado de Gloria”, 1994. “Litorales”, 2000. “México Tenochtitlán”, 2005. “Tepito ¡Bravo el Barrio!”, 2006. “Arca de Noé”, 2009. “Un Viaje. El metro de la ciudad de México”, 2011 y mil cosas más.

Francisco Mata Rosas ha impartido diversos talleres en decenas de instituciones, y cuenta con más de 100 conferencias sobre el tema de la fotografía, la imagen, nuevas tecnologías, multimedia, posfotografía, etc., en importantes festivales, museos e instituciones académicas en Estados Unidos, México, Inglaterra, Argentina, España, Brasil y otros países.

Han sido tres décadas de mil historias. Conocer a Mata cambió mi mirada, y su amistad es entrañable para mí. La próxima semana lo premian en Pachuca y por supuesto, allá estaremos con él.¿

Enhorabuena por este nuevo reconocimiento a su trayectoria.

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