NARCO TERRORISMO

A quién conviene el narco terrorismo

Quieren culpar al personal de las fuerzas armadas de la mala estrategia de seguridad pública, cuando en realidad a cada entidad federativa se le respeta su autonomía. | César Gutiérrez

Escrito en OPINIÓN el

La ola de violencia en nuestro país ha generado diversa y controversial propaganda. Mientras unos critican la incorporación de la Guardia Nacional a SEDENA, otros están aprovechando esta coyuntura para justificar sus omisiones, torpezas y corrupción dentro de los gobiernos a nivel estatal. Quieren culpar al personal de las fuerzas armadas de la mala estrategia de seguridad pública, cuando en realidad, a cada entidad federativa se le respeta su autonomía y únicamente cuando es rebasada, el gobernador tiene la facultad de realizar una solicitud por medio de su congreso local para que el ejecutivo autorice la participación de las fuerzas armadas o la Guardia Nacional, entonces se establecen acuerdos en el Consejo Nacional de Seguridad Pública. La pregunta sería ¿a quién realmente le conviene este narco terrorismo?

Si se realizan auditorías en los gobiernos estatales en materia de seguridad pública, ahí podría saberse si se han ejercido correctamente los presupuestos. Por ejemplo, en la capacitación, adiestramiento, actualización de equipamiento, material, sueldos, prestaciones, al personal que integra las policías de nivel municipal y estatal. Por medio de la transparencia de estos indicadores de gestión y desempeño de las dependencias a ese nivel, nos podremos dar cuenta si realmente se ha cumplido con la prevención de los delitos del fuero común y de alto impacto.

De acuerdo a diagnóstico,de cada estado, mapa criminal, política criminal e índice delictivo, es como se toman las decisiones para perseguir a las bandas locales que operan. Lamentablemente los ciudadanos inocentes son quienes sufren los daños colaterales por la impunidad y la omisión de los funcionarios públicos. Cada entidad federativa debe tener diagnósticos propios para elaborar Planes Estatales de Desarrollo, Programas sectoriales, Especiales y Regionales. Debido a la comisión por omisión de los servidores públicos de nivel estatal, no se logra consolidar la estrategia y la planeación de la ejecución para desmembrar a las bandas. Sólo cambia de cabeza la Hidra. NO SE ATACA de manera total a toda la ESTRUCTURA U ORGANIZACIÓN CRIMINAL que conforma su MODELO EMPRESARIAL DELICTIVO, tienen negocios multimillonarios construidos que operan desde su financiamiento, el lavado de dinero, la logística, la venta, distribución y transporte de drogas, ejecución de conductas que están tipificadas como delitos del fuero común y de alto impacto. Sin embargo, en todas las fiscalías de México, se requiere que su Policía de Investigación pueda operar procedimientos ágiles y necesarios, para que en toda la investigación sean anexados los dictámenes periciales pertinentes e idóneos -según el caso- que establezcan de manera fehaciente, el esclarecimiento de los hechos y acrediten la culpabilidad de los posibles acusados. 

Los ciudadanos mexicanos debemos comenzar a exigir y denunciar a todos aquellos funcionarios de alto nivel que integran las fiscalías y oficinas de seguridad pública, para que quede expuesta la omisión en que incurren cuando dejan de perseguir a todos aquellos grupos delictivos y sus brazos armados generadores de alta violencia. No es posible que las facciones de estos delincuentes NO puedan ser detenidos ni sepan dónde están, quiénes los integran, quiénes les pagan, cómo se mueve el dinero y el curso de delitos en cada uno de sus actos ilícitos.

Cuando comprendamos que interponer mil denuncias tiene un gran peso contra los funcionarios públicos corruptos, a partir de ahí comenzaremos a cambiar a un México más justo. Reitero, no podemos seguir pagándoles un sueldo a funcionarios mediocres, ineptos, apáticos, torpes y negligentes. Los ciudadanos estamos hartos de la omisión que se ejerce en las entidades federativas, al no prevenir la ejecución del delito. 

Por eso es tan importante que las unidades policiales a nivel municipal y estatal sean más especializadas y equipadas -incluso- con la tecnología más avanzada. De otra manera, estamos enviándolos a la muerte o a que sean cooptados. Esa es la dura realidad. Muchos eruditos e intelectuales hablan de militarización, pero cuando se les piden soluciones, solo responden que el ejército no está capacitado (según su criterio), pero no dan ni proponen alguna salida viable que nos brinde resultados tangibles, medibles y alcanzables, sólo es una crítica destructiva que con su demagogia genera incertidumbre en la población. 

Por otro lado, el día 2 de agosto del actual, publiqué el marco jurídico que establece las normas y tipicidad de quienes cometen terrorismo, delincuencia organizada y el uso prohibido de armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. Lo que llama ahora la atención es que estos grupos están realizando operaciones de interdicción, por medio de hostigamientos y agresiones con drones con explosivos, incursiones en ataques múltiples en los incendios premeditados a las tiendas; ejecuciones a plena luz de día, secuestros de personas (como el de la presidenta municipal de Sayula de Alemán, Ver.) y hasta de helicópteros (CDMX), bloqueos de los caminos de primero, segundo y tercer orden, por medio del sabotaje y el terrorismo. 

De lo anterior se desprende lo siguiente: los grupos armados han ido evolucionando de acuerdo con los tiempos modernos y las guerras. Y la famosa guerra de guerrillas, en donde intervienen factores fundamentales como son: la población, el medio geográfico, los medios de acción y los diferentes tipos de apoyo o financiamiento.

Dentro de estas agresiones que se han realizado, se pueden observar las siguientes características: un plan centralizado y ejecución descentralizada, utilizando la sorpresa y el secreto, acciones de corta duración y ataques múltiples. 

No estamos lidiando con gente común y corriente, son gente especializada a quienes no les importa el dolor de las personas, ni el diálogo; por lo tanto, la actuación de las fuerzas armadas debe ser dura. Delincuente que NO se rinda, se considera una amenaza y debe ser neutralizado, para que sea detenido y puesto a disposición. En consecuencia, los ministerios públicos y los jueces deben proteger a las víctimas, el interés público y social de todos los ciudadanos y evitar que gane la impunidad de la puerta giratoria. 

Lo más sorprendente, es que durante esta jornada de violencia, precisamente en las comandancias de Región y Zona Militar, así como de la Guardia Nacional dentro de su Teatro de Operaciones, fallaron sus órganos de inteligencia, los estudios tácticos y del terreno, las órdenes generales de operaciones; falló la guerra de papel. Y si todo esto no falló, entonces ¿qué pasó?

La falta de coordinación entre los tres niveles de gobierno es evidente, la filtración de información es obvia. Es necesario reflexionar sobre todo este cúmulo de errores, ya que el cargo no sólo sirve para cobrar y mandar, es para tomar decisiones y dar cumplimiento a la TRIPLE FUNCIÓN DE UN COMANDANTE.

Por último, me parece increíble que algunos supuestos especialistas y medios de comunicación, así como comunicadores, sigan asegurando que la Guardia Nacional pasará a formar parte del Ejército Mexicano, situación totalmente falsa. Ni siquiera se han preocupado por conocer y entender la restructuración que se realizó en la Secretaría de la Defensa Nacional, donde el ejército se convierte en una comandancia general al mismo nivel que la Fuerza Aérea, y la SEDENA crea un estado mayor conjunto y se deja al Secretario de la Defensa Nacional con un cargo político administrativo, donde deja la parte operativa de las operaciones a las comandancias de cada fuerza militar.

Curiosamente se critica tanto a la Guardia Nacional y su adscripción a esta secretaria de estado por estar contra lo establecido en el artículo 21 constitucional, lo cual es cierto. Pero les pregunto, siendo serios y realistas ¿quién va a combatir la delincuencia en el país si no tenemos policías ni otra institución para hacerlo? Es fácil criticar, pero ninguno de los políticos y expertos en el tema han señalado alguna opción real y viable ante dicho fenómeno. Lo que estamos viendo no es la militarización de la seguridad pública, estamos ante la policiación de las Fuerzas Armadas. Las afectaciones a la seguridad interior son claras y cotidianas. Curioso que algunos toman este tema como bandera de ataque sin pensar que la información tergiversada es también un acto de terrorismo. Así que mucho cuidado, no se les vaya a hacer realidad lo que tanto piden.