INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y COMPETENCIA ECONÓMICA

¿La inteligencia artificial afecta la competencia de las empresas?

Hoy tenemos un gran número de iniciativas regulatorias en todo el mundo en materia de Inteligencia Artificial y mercados digitales. | Arturo Robles

Escrito en OPINIÓN el

La Inteligencia Artificial (IA) impacta nuestras vidas con una rapidez y alcance sin precedentes.

Hace unos días expuse en este mismo espacio cómo podemos beneficiarnos con el uso de estas tecnologías y los retos que plantean para nuestra privacidad y protección como consumidores. En esta ocasión me ocuparé de cómo los datos influyen en el desarrollo y uso de estos sistemas y los desafíos que se imponen en materia competencia.

Los datos de los que se nutre la IA pueden ser utilizados para diferentes fines, desde mejorar o personalizar productos hasta venderlos a terceros. Las empresas están aprovechando cada vez más la capacidad de los algoritmos de la IA y la gran disponibilidad de datos para guiar sus decisiones, identificar qué productos recomendar y a qué tipo de  usuarios con base en sus búsquedas en internet y preferencias de compras, ajustar inventarios y precios en tiempo real, así como definir criterios de contratación de publicidad e incluso las inversiones a futuro.

En la actualidad, un pequeño grupo de compañías entre ellas Google, Facebook, Amazon, Apple, Microsoft e IBM compiten en el desarrollo la IA y con ello disfrutan de una importante ventaja: el acceso a un gran volumen de datos, y su posición dominante en el acopio de los mismos, para acceder a información importante en mercados de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) e infraestructura, comercio electrónico, medios digitales y de entretenimiento, pagos, publicidad, entre otros.

Pero ¿por qué puede el acceso a datos obtenidos a través de los sistemas de IA puede ser un problema de competencia? En 2021, la Comisión de Comercio Justo de Japón (JFTC, por sus siglas en inglés) advirtió que las ventajas de la acumulación de datos podrían imponer barreras a la entrada para nuevas empresas a tal punto que serían infranqueables.

Si bien la acumulación per se de datos puede no ser anticompetitiva, al llegar a una masa crítica es posible que ninguna empresa rival pueda hacerle frente en el mercado.

Además, la obtención y procesamiento de los datos también se asocia con otros riesgos para la competencia como: riesgos de colusión entre las empresas por el uso de algoritmos, abuso de dominancia de empresas que son desarrolladoras de IA, creación de nuevas barreras a la entrada y las fusiones denominadas data mergers o data-driven mergers, que consisten en fusiones entre empresas con gran volumen de datos, alta capacidad de procesamiento y sinergias en la información obtenida.

Dados estos desafíos, las autoridades de competencia de todo el mundo están siendo muy proactivas en la investigación y aprobación de las fusiones de las grandes empresas tecnológicas y de datos.

Hoy tenemos un gran número de iniciativas regulatorias en todo el mundo en materia de Inteligencia Artificial y mercados digitales.

En materia de IA, la Comisión Europea adoptó en 2021 una propuesta de reglamento sobre "sistemas de inteligencia artificial" que prohíbe el desarrollo y uso de la IA si atenta contra los derechos humanos y regulan de manera directa aquellos casos en los que se identifican riesgos para los mercados. Este tipo de iniciativas también están presentes en Reino Unido (AI Strategy, 2022) y Estados Unidos (a través de un memo publicado por la Comisión Federal de Comercio denominado: El objetivo de la verdad, la imparcialidad y la equidad en el uso de la IA por parte de su empresa). Otras iniciativas se encuentran en Brasil, Canadá, Chile, Colombia y Perú.

México emprendió la estrategia IA-MX-2018 para desarrollar un marco de gobernanza, entre otros objetivos.

En cuanto a la regulación de los mercados digitales, la Unión Europea y Reino Unido son quienes tienen un avance notorio en esta materia. La Comisión Europea aprobó recientemente una Ley de Mercados Digitales dirigida a una lista específica de "plataformas de acceso" y la Ley de Servicios Digitales.

En Reino Unido, ya opera en la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA, por sus siglas en inglés) una Unidad de Mercados Digitales, a través del cual se tiene una propuesta de un conjunto de herramientas para abordar los problemas de competencia. En este modelo, que ha servido como referencia para otras regiones del mundo, no debemos perder de vista que la Unidad de Mercados tiene estrecha colaboración con el regulador de las telecomunicaciones de ese país, Ofcom. El mismo esquema debe seguirse en México.

Siguiendo con los esfuerzos que se han llevado a cabo para regular los mercados digitales, en nuestro continente sobresale Canadá, al crear la Canadian Competition Bureau, una oficina especializada en mercados digitales; mientras que en Asia, la JFTC, estableció directrices para las empresas que recopilan datos de sus contrapartes comerciales, consumidores o por la combinación de negocios que tienen éstas.

Como podemos observar, el desarrollo y aplicación de tecnologías basadas en la IA avanza más rápido que la adaptación de las normas e incluso del conocimiento teórico de dichos fenómenos. La política de competencia y los marcos de aplicación pueden no estar lo suficientemente equipados para abordar el impacto de estos sistemas en las dinámicas de los mercados; de ahí de ahí que en la Hoja de Ruta 2021-2025 del IFT se contemplan análisis de los efectos potenciales de estas nuevas tecnologías, desde todos los ángulos.