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OPINIÓN

Frente Cívico Nacional, una apuesta interesante

Es plausible todo esfuerzo por oxigenar la vida pública en nuestro vapuleado país. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

Faltan dos años para las elecciones presidenciales, y sin embargo López Obrador ya ha mandado señales claras de quiénes son la y los aspirantes que podrían obtener la candidatura de Morena -que finalmente será decidida por él como en los viejos tiempos del sistema de partido hegemónico-, y dio el banderazo de salida para que se promuevan por todo el país sin ningún disimulo, y sin importar tampoco la posible violación a la legislación electoral por lo que el INE tuvo que emitir una tutela preventiva para que se respeten los tiempos.

Cuando menos hasta el momento los números le dan una clara ventaja al oficialismo, en buena medida gracias a que el presidente mantiene altos niveles de popularidad a pesar de la complicada situación por la que atraviesa nuestro país (57% según la última encuesta de El Financiero que es coincidente con el tracking poll de Mitofsky), y al crecimiento electoral de su partido sobre todo a nivel territorial, que en unos pocos años ha logrado el triunfo en 20 gubernaturas -además de los gobernadores de Morelos y San Luis Potosí que son sus aliados-.

Pero también hay un segmento importante de la población que no coincide con el presidente (alrededor del 43%), y mucho menos está satisfecho con el desempeño de su gobierno que obtiene calificaciones reprobatorias particularmente en materia de seguridad (67% por 21% que considera que vamos bien), economía (50% vs 35%), y combate a la corrupción (50% vs 34% ). Es decir, no es poca la gente inconforme con el actual gobierno e incluso con el presidente, pero tampoco encuentran una opción distinta a la cual apoyar. Cada vez es más común escuchar la expresión “tengo claro por quien no voy a votar, pero no se por quien hacerlo”.

En la mayoría de las encuestas, el nivel de preferencia electoral por los principales partidos de oposición está por debajo del 20%, lo que probablemente se puede explicar, entre otros factores, porque no han hecho mucho para reconocer sus errores, reinventarse y recuperar credibilidad. Tal parece que a 4 años de la derrota siguen ensimismados, se han instalado tan sólo en la crítica reactiva, no han impulsado nuevos liderazgos y tampoco han atinado en presentar propuestas innovadoras que respondan a los diversos problemas del país, articular un discurso atractivo y vincularse de nuevo con la sociedad.

En este contexto, resulta interesante el surgimiento de un Frente Cívico Nacional que, cuando menos de lo que se alcanza a apreciar, no va a quedar en un mero membrete o en un espacio para la grilla de unos cuantos. En estos meses han logrado instalar capítulos en las 32 entidades, y si bien sus figuras más visibles son exdirigentes partidistas, la integración de este Frente es amplia y plural pues también se han sumado académicos, empresarios, activistas, representantes de organizaciones y grupos sociales de distintos orígenes y posiciones políticas e ideológicas, que puede ser una de sus mayores aportaciones al generar espacios de diálogo propositivo e incluyente que permita encontrar coincidencias y construir un proyecto alternativo que tome en cuenta las distintas voces, realmente atienda las preocupaciones de la gente, y en torno al cual se convoque a la unidad dentro de la diversidad. Es decir, de alguna manera pretenden suplir lo que los partidos dejaron de hacer, lo que, en sí, ya es una buena noticia.

También se han propuesto defender la institucionalidad democrática, derechos y libertades, retomar las causas ciudadanas que han sido abandonadas por la clase política, impulsar la celebración de elecciones primarias para que quienes aspiren a la candidatura presidencial o a otros cargos públicos de elección, ya sea desde los partidos o desde la sociedad, compitan abiertamente con reglas claras y no se definan a través de acuerdos cupulares, así como conformar gobiernos de coalición. No pinta fácil, pero es plausible todo esfuerzo por oxigenar la vida pública en nuestro vapuleado país.