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#RECOVECOS

Rosario Robles: el revés a la lucha anticorrupción de AMLO

El combate a la corrupción siempre ha sido un espejismo en México. | Jorge Ramos Pérez

Escrito en OPINIÓN el

Rosario Robles y Andrés Manuel López Obrador recorrían el país juntos. Eran los tiempos en los que, ya con varios años fuera del PRI, el hoy presidente de México luchaba desde la izquierda contra el PRI. Luego vendría el momento en que Cuauhtémoc Cárdenas hizo jefa de gobierno a la activista universitaria en la UNAM.

Por más que hoy se hable del inicio de una nueva era, lo cierto es que Cárdenas fue quien irrumpió con fuerza en 1988 para cuartear la dictadura perfecta. Al ingeniero vaya que le hicieron un fraude y uno de los más que bien enterados de ello fue Manuel Bartlett, hoy prominente miembro de la autodenominada 4T.

Justo esta semana se cumplen 25 años de la primera vez que se llevaron a cabo elecciones en la Cuidad de México, entonces Distrito Federal. En los comicios del 6 de julio de 1997 ganó Cárdenas. Luego, en 1999 cuando se fue a competir por la Presidencia de la República quedó al frente Rosario Robles, primera mujer en gobernar la capital del país.

Carlos Ahumada, un empresario de origen argentino, tiene la llave del cofre que esconde toda la ira de López Obrador contra Rosario Robles. Porque si fuera porque ella traicionó a la izquierda en 2012 al sumarse gustosa al gabinete de Enrique Peña Nieto, entonces ya hubieran actuado contra el priista que vive con tranquilidad en España.

Pero no. Es Ahumada y todo lo que detonó lo que derivó en la ojeriza a Robles.

Por eso es que resulta muy interesante que Robles Berlanga difundiera el viernes 1 de julio que el 23er Tribunal Colegiado en Materia Administrativa consideró que la Secretaría de la Función Pública (SFP), por instrucciones de la ex titular Irma Eréndira Sandoval, violaron sus derechos y ordenó declarar la nulidad de la sentencia que la inhabilitó por 10 años.

¿Cuál era el delito? ¿La historia de la “estafa maestra”? ¿Corrupción en la Secretaría de Desarrollo Social o la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano? ¿Burlarse de lo más desfavorecidos, a los que dice defender AMLO, en la Cruzada contra el hambre?

No, la inhabilitación por 10 años para trabajar en el servicio público fue "por no haber informado en mi declaración patrimonial de una cuenta de 2 mil pesos, que jamás tuvo un movimiento y que, incluso, fue cancelada por el propio banco", les restregó en la cara Rosario Robles.

El 23er Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, además -precisó Rosario Robles- "les señala que rediscutan el asunto, con base en el artículo 37 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos".

"Toda la saña con la que he sido atacada por instituciones del Estado México, se ha tapado con un muro: el de la justicia. Un paso más en el camino por la verdad y en contra de la infamia de la que he sido objeto", argumentó Rosario.

Este tremendo revés a la Función Pública, a la “implacable” Irma Eréndira Sandoval, no tuvo respuesta oficial. Optaron por lamerse las heridas en silencio.

El combate a la corrupción siempre ha sido un espejismo en México. Estos #Recovecos lo han reseñado desde hace un par de años y este reportero lo ha contado por más de dos décadas y aquí se documentó en mayo pasado (Corrupción, el (otro) engaño de AMLO (lasillarota.com).

La historia en breve es muy sencilla. En 1982 Miguel de la Madrid arrancó una campaña contra la corrupción con el eslogan de la “renovación moral”. Su predecesor, José López Portillo, se había despachado con la cuchara grande… como siempre ocurre.

De la Madrid fundó la Secretaria General de la Contraloría General de la Federación. Sonaba muy bien, pero era una fraude. Esa oficina fue el primer antecedente institucional de la actual Secretaría de la Función Pública (SFP), aunque desde la época de la conquista han “luchado” contra la corrupción.

Vicente Fox puso en el 2000 al primer “zar anticorrupción”, un “bárbaro del norte”, Francisco Barrio Terrazas, que había prometido ir contra los “peces gordos”. Ni a charales y de bárbaro solo tuvo el apodo.

Lo cierto es que cada sexenio nos tienen acostumbrados a capturar personajes de peso para a ver ver -es un decir- un nuevo poder y la ruptura con el pasado.

Carlos Jonguitud, líder del SNTE; Rogelio Montemayor, ex director de Pemex; Raúl Salinas, el hermano incómodo de Carlos; Raúl Muñoz Leos, ex director de Pemex; Elba Esther Gordillo, ex lideresa del SNTE, son parte de esa galería. La lista es mucho más robusta, ejemplo de cacerías anteriores, de espejismos pasados.

Un caso reseñado de principio a fin por el reportero inició en abril de 2007. El entonces titular de la SFP, Germán Martínez Cázares, fugaz director del IMSS con el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo persiguió sin descanso.

Aunque para finales de 2012 el acusado los iba venciendo en todas las instancias. Por ahí de 2015, Muñoz Leos estaba muy tranquilo en un Sanborns de la colonia San Miguel Chapultepec. “He ganado todos los procesos”, dijo.

De Irma Eréndira ni siquiera vale la pena gastar palabras.

Pero Rosario Robles podría ser el mejor ejemplo de que la lucha contra la corrupción de López Obrador es un engaño.

Punto y aparte. Adán Augusto López Hernández ejerce el poder. Y lo ejerce casi como antecesores suyos lo hacían en Bucareli.

Punto final. Rumbo al 2024 no hay nada escrito. Ni en la CDMX ni para la Presidencia de la República. Abróchense los cinturones.